El Papa Francisco, de 88 años, permanece internado en el Hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral, una infección pulmonar que afecta ambos pulmones y que ha requerido un tratamiento con antibióticos y corticoides. ¿Cuáles son sus síntomas y por que resulta peligrosa para personas con la edad del Sumo Pontífice?
Eduardo Chirinos, neumólogo del Ministerio de Salud (MINSA), explica que se trata de una enfermedad grave que puede comprometer la vida del paciente, especialmente en adultos mayores con antecedentes respiratorios.
El Santo Padre ingresó al hospital la semana pasada con un cuadro de bronquitis, pero tras una tomografía se confirmó el desarrollo de una neumonía bilateral, lo que llevó a los médicos a intensificar su tratamiento. “Cuando hablamos de neumonía bilateral, significa que los dos pulmones han sido afectados, lo que indica una infección de gran compromiso”, explicó el Dr. Chirinos.
El especialista detalló que esta condición suele ser causada mayoritariamente por virus, como el de la influenza o el SARS-CoV-2, aunque también puede tener origen bacteriano.
“Recuerdan lo que hubo en el COVID? En el COVID, millones de personas tuvieron neumonías bilaterales, y estas eran mayoritariamente por virus”, indicó. “Pero muchos otros virus también producen lo mismo, como la influenza, el adenovirus o los virus respiratorios”, agregó.
En el caso del Papa, el uso de corticoides sugiere que los médicos han identificado una reacción inflamatoria grave en su organismo, conocida como “tormenta de citoquinas”. “Es una explosión. La defensa del organismo reacciona con tal magnitud que empieza a dañarse a sí mismo. Por eso es probable que estén usando los corticoides”, precisó el neumólogo.
El estado del Sumo Pontífice genera preocupación debido a su avanzada edad y sus antecedentes médicos. En su juventud, a los 21 años, Francisco sufrió una pleuresía severa que obligó a la extirpación de parte de su pulmón derecho, que lo hace más vulnerable ante infecciones respiratorias. “La edad es un factor clave. Estamos hablando de un paciente de 88 años, una persona vulnerable”, advirtió Chirinos.
Pese a la gravedad de la enfermedad, los últimos reportes desde el Vaticano indican que el Papa ha pasado la noche estable, ha desayunado con normalidad y ha logrado ponerse de pie y caminar brevemente en su habitación.
Esa información es muy buena, porque cuando un paciente comienza la enfermedad, si en 48 o 72 horas empieza a comer y moverse, significa que la respuesta al tratamiento es buena”, afirmó el médico.
No obstante, aclaró que aún es prematuro hablar de posibles secuelas. “Primero tenemos que salvar la vida del paciente, controlar la neumonía y los problemas asociados. Una vez que esté bien controlado, recién podremos hablar de secuelas”, sostuvo.
El Vaticano ha suspendido todas las actividades del Papa hasta nuevo aviso, mientras los médicos continúan monitoreando su evolución. Se espera que en los próximos días haya más información sobre su recuperación y posibles efectos a largo plazo de la neumonía bilateral.