En la Reunión Ministerial y Semana de la Seguridad Alimentaria del Foro APEC 2024, realizada en agosto en la ciudad de Trujillo, el Gobierno peruano destacó que es su prioridad la atención de la agricultura familiar mediante programas y proyectos. ¿Por qué es importante la agricultura familiar en Perú?, ¿Cómo aporta a la seguridad alimentaria?, ¿Qué reconocimientos internacionales ha recibido el Perú en este ámbito?
Importancia de la agricultura familiar en Perú
La Política Nacional Agraria del Perú considera a la agricultura familiar como eje y base de todo su sistema agroalimentario, que permite alcanzar el objetivo de lograr una dieta saludable, producida eficientemente, que no produce daño al medio ambiente y es accesible para todos.
Asimismo, la agricultura familiar tiene un importante papel socioeconómico y cultural, teniendo en cuenta que, según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), son más de 3 millones las personas en todo el territorio nacional dedicadas a la agricultura familiar que es la proveedora del 80 % de alimentos que consumen los peruanos.
En ese sentido, dicha política resalta el empoderamiento de la mujer rural debido al rol central que desempeña en la seguridad alimentaria y la agricultura familiar.
También es fundamental el papel que desempeñan las comunidades campesinas y nativas, que conducen grandes extensiones de territorio biodiverso y son depositarias de los conocimientos y tecnologías ancestrales. La Política Nacional Agraria enfatiza la promoción de la economía circular en la agricultura.
La Política Nacional Agraria busca la aplicación de fundamentos agroecológicos en la producción agrícola, la innovación agrícola y la tecnología como herramientas esenciales que contribuyan con el incremento de la productividad de los agricultores y las agricultoras.
Asimismo, la Política Nacional Agraria busca impulsar una producción de alimentos orientada a enfrentar el hambre, la anemia y la malnutrición, lo que coadyuva a la mejora del bienestar de las personas, especialmente, de aquellas en situación de pobreza y vulnerabilidad.
Ello implica que los sistemas alimentarios estén vinculados a objetivos de sostenibilidad, productividad, nutrición, inclusión, género y resiliencia frente al cambio climático.
Por ello se debe priorizar elevar el nivel de vida de los productores agrarios, el uso sostenible de los recursos, el desarrollo de procesos de inclusión social y económica de la población rural y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y nutricional.
La pandemia del covid-19 evidenció la gran importancia de la agricultura familiar para la seguridad alimentaria, así como su potencial para la superación de la pobreza, la generación de empleo y la reactivación de la economía en general.
El más claro ejemplo del aporte clave de la agricultura familiar durante la pandemia en Perú son los mercados itinerantes “De la chacra a la olla”, impulsados por el Midagri y cuya presencia en todas las regiones del país permitió y sigue permitiendo a la población adquirir alimentos de primera necesidad a precio de productor, sin intermediarios, lo que benefició directamente a las familias agricultoras y a los consumidores.
Asimismo, son cada vez más las experiencias positivas de compras a asociaciones de agricultores familiares y productores orgánicos por parte de gobiernos locales para complementar el servicio alimentario escolar en los colegios de diversas regiones del Perú.
Un ejemplo de ello es el programa Allin Mikuy Yachanapaq, liderado por la Municipalidad Provincial de Huancavelica que, con el apoyo de la representación de la FAO en Perú, entregó 932 kilogramos de plátano y naranja provenientes de productores de la selva central a 25 instituciones educativas de dicha región.
Esta iniciativa permitió que más de 1,500 escolares de Huancavelica mejoren sus dietas, incorporando frutas ricas en micronutrientes esenciales para su desarrollo. Es la primera vez en esa región que un gobierno local realiza una compra macrorregional para complementar el servicio alimentario escolar.
Normas peruanas a favor de la agricultura familiar
En 2021 se promulgó la
Ley 31071 de
Compras Estatales de Alimentos de origen en la Agricultura Familiar, que permite a las entidades públicas responsables de programas sociales y asistenciales, brindar alimentos a la población y comprar, directamente a los productores y organizaciones de productores de la Agricultura Familiar, alimentos destinados al consumo humano.
Según dicha norma, estas entidades deberán adquirir del total de sus requerimientos anuales previstos, hasta el 10% en el año 2022; hasta el 20% en el 2023 y a partir del año 2024 como mínimo el 30% de alimentos provenientes de la Agricultura Familiar.
Otras normas vigentes a favor de la agricultura familiar son:
Resolución Ministerial N° 086-2022-MIDAGRI, que aprueba el Reglamento de Uso de la marca de certificación “Agricultura Familiar del Perú”, y se designa a la Dirección de Asociatividad y Desarrollo Empresarial la Secretaría Técnica de la Comisión Sectorial de la
Marca de Certificación “Agricultura Familiar del Perú”.
Lineamientos de la FAO sobre la agricultura familiar
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agricultura familiar ofrece una oportunidad única para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida, gestionar mejor los recursos naturales, proteger el medio ambiente y lograr un desarrollo sostenible, en especial en las zonas rurales.
“Gracias a su sabiduría y cuidado de la tierra, los agricultores familiares son los agentes de cambio que necesitamos para lograr el Hambre Cero, un planeta más equilibrado y resiliente, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, enfatiza la FAO.
El Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028) tiene como objetivo aportar una nueva perspectiva sobre lo que significa ser un agricultor familiar en un mundo que cambia rápidamente y destaca, como nunca antes, el importante papel que desempeñan los campesinos familiares en la erradicación del hambre y la construcción de nuestro futuro alimentario.
La FAO subraya que la agricultura familiar preserva los alimentos tradicionales, contribuyendo al mismo tiempo a una dieta equilibrada y salvaguardando la biodiversidad agrícola mundial y el uso sostenible de los recursos naturales.
Destaca también que, mediante la transformación de los productos y la generación de servicios e infraestructuras, la agricultura familiar crea oportunidades económicas reales, no solo para los agricultores sino para toda la comunidad.
“Ampliar el acceso de los agricultores familiares a las infraestructuras, la tecnología, la comunicación y las innovaciones adaptadas es fundamental para el futuro de los sistemas alimentarios y puede atraer a los jóvenes al sector. Esto afecta positivamente a la movilidad rural-urbana, en especial a las generaciones más jóvenes”, remarca.
Del mismo modo, sostiene que la agricultura familiar fomenta sistemas alimentarios diversificados que promueven la integración sostenible entre las zonas urbanas y rurales. “Con soluciones innovadoras para los mercados, los habitantes de las ciudades pueden disfrutar de alimentos saludables, nutritivos e inocuos”, apostilla.
Acceso al mercado internacional y asociatividad
La FAO considera también que la agricultura familiar debe orientarse no solo al mercado doméstico sino también al mercado internacional. Por ello, sostiene que es fundamental que la agricultura familiar logre un escalamiento económico con mayor volumen de producción y que esta sea estandarizada.
En ese sentido, afirma que es clave la asociatividad de los productores. Dicha asociatividad debe estar vinculada a dos factores: poder de compra y poder de venta. El primero de ellos permite abastecer de servicios que contribuyen a bajar los costos de producción y garantizar más margen de ganancia. A su vez, el poder de venta permite negociar mejores precios.
“La política pública en cuanto al fomento de la agricultura familiar debe orientarse a fortalecer la asociatividad orientada al mercado, pero sobre todo a facilitar, a través de la asociatividad, los distintos servicios que requiere la agricultura familiar campesina”, remarcó la FAO.
Reconocimientos internacionales al Perú
En lo que va de este siglo XXI, el reconocimiento internacional a la agricultura familiar en el Perú se materializó en la declaración de los Años Internacionales de la Papa, en 2008, y de la Quinua, en 2013, dos de los cultivos emblemáticos que fueron domesticados por los pueblos andinos hace miles de años y que los conservan a lo largo de generaciones.
Tanto la papa, que salvó del hambre a Europa y al resto del mundo, como la quinua son alimentos funcionales con un alto valor nutricional y que ayudan a combatir la desnutrición y el hambre mundial.
En el ámbito de la innovación tecnológica vinculada a la agricultura familiar, recientemente dos nietos de agricultores peruanos se hicieron acreedores del premio Desafío Mundial de Innovación de la FAO gracias a que crearon una herramienta que permite a los campesinos recibir y enviar dinero digital desde cualquier lugar del mundo.
Hugo Piñarreta y Robinson López, fundadores de la empresa Identi, son los creadores de esta tecnología que empodera al agricultor, lo hace visible, lo convierte en propietario, fuente de información y protagonista de su historia.
Durante el primer año del proceso de investigación y creación, Piñarreta y López encontraron que los problemas de mercado, asesoría técnica, poco acceso a insumos agrícolas de calidad y financiamiento, eran las causas de una dificultad de fondo: los agricultores eran invisibles para quienes querían comprarles sin intermediarios. “La solución que más sentido hizo fue crear una billetera de identificación”, señala Hugo.
Los desafíos en el proceso de creación de la billetera de identidad digital se convirtieron en la gran oportunidad de reivindicar al agricultor familiar. El uso de la biometría por voz sorprende a quienes conocen de esta tecnología. Hugo señala que la firma biométrica dactilar -ampliamente usada- no podía implementarse en esta innovación porque los agricultores, por la naturaleza de su labor, tienen las huellas digitales desgastadas. Además, esta biometría requiere de internet, al que muchos agricultores afirmaron no tener acceso por días cuando se internan en las labores de siembra y cosecha.
¿Cómo desarrollar la identidad digital sin Internet y en celulares análogos -cuyo uso es extendido en más del 50% de agricultores encuestados-? Ante este reto, Piñarreta y López respondieron a uno de sus hallazgos, el gran valor que la palabra y la voz tiene en la cosmovisión rural.
“Hemos desarrollado un algoritmo que básicamente te detecta la voz, detecta que es una voz humana, que está en vivo y no es grabada. Y detecta que eres tú con un 96.5% de confiabilidad. En cambio, la biometría facial tiene un 70% - 75% de confiabilidad, la dactilar entre un 80% - 85% de confiabilidad. Nuestra firma biométrica es mucho más confiable”, asevera.
Otro reto fue validar la billetera. Para ello, iniciaron con un piloto con agricultores dedicados al cultivo de café en el Valle del Monzón, en la región Huánuco. Hoy son más de 36 mil usuarios en cuatro países que hablan diferentes lenguas y cuyos niveles de alfabetización digital son diferentes.
“Creo que uno de los logros más grandes es que más de la mitad de ellos se han conectado con otro proyecto porque ya son visibles. (…) Convertimos al agricultor en un ciudadano del mundo. Esta es la ventaja de esta billetera de identidad digital”, declara el líder de Identi. La iniciativa ganó el premio Desafío Mundial de Innovación de la FAO y también fue presentada del Foro Mundial de Alimentación 2024 en Roma.
(FIN) LZD/MAO
JRA
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