Durante su recorrido por el Mar de Grau, estos enormes cetáceos -que en su etapa adulta llegan a medir entre 14 y 16 metros de longitud y pesan alrededor de 36 toneladas- se dejan ver al protagonizar acrobáticos saltos y maromas que exponen a la intemperie su enorme cabeza, cola o aletas. Tras impulsarse sobre la superficie golpean el agua, esparciéndola varios metros a su alrededor.
A diferencia de otros tipos de ballena, esta especie conocida también como “yubarta” o “gubarte” posee una forma corporal muy particular, con aletas pectorales largas y cabeza nudosa. Los machos emiten un canto complejo, el cual dura de diez a veinte minutos y se repite por varias horas. Según los entendidos, este canto parece estar vinculado con el apareamiento. Desde 1966 está prohibida la caza de esta especie dado que estuvo en tal nivel de vulnerabilidad que corría el peligro de extinción.
Ecoturismo
El impresionante espectáculo que estelarizan las ballenas jorobadas en alta mar motivó a empresas dedicadas al ecoturismo en la caleta de Los Órganos y de otras zonas costeras de la provincia piurana de Talara, así como del litoral de Tumbes, a ofrecer paseos marítimos para avistar el tránsito de las ballenas jorobadas. Debido a su creciente presencia en el mercado turístico, las autoridades competentes coordinan medidas de fiscalización y control.
El avistamiento dura alrededor de 40 minutos en el caso de los adultos y 30 minutos cuando se trata de una madre y su cría. Las embarcaciones mantienen una distancia prudencial para no aturdir a esta especie ni poner en riesgo a los turistas.
Esta experiencia no se limita solo al avistamiento de ballenas, dado que durante el trayecto marítimo se puede apreciar diversas especies como tortugas marinas, lobos marinos, mantarrayas, entre otras que evidencian la gran biodiversidad del mar peruano.
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