Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) desarrolló un prototipo innovador de deshidratador de alimentos que ahorra energía y mejora la calidad de los productos.
Ruth Gabriela Lozano Hervacio, del Círculo de Investigación en Ingeniería de Alimentos de la Facultad de Industrias Alimentarias, señaló que, a través de este prototipo, buscan contribuir a la conservación de alimentos de una manera más eficiente y sostenible.
El equipo, conformado por cinco estudiantes, encontró inspiración durante la pandemia, cuando crearon el círculo para trabajar de forma remota en áreas de programación, inteligencia artificial y desarrollo de prototipos.
“Nuestra idea inicial fue encontrar cómo conservar los alimentos sin comprometer sus propiedades nutricionales; el deshidratado fue la opción ideal, aunque es un proceso que requiere mucho tiempo y energía”, comentó Ruth.
De esta forma, el proyecto empezó a evolucionar, llevando a estos estudiantes a explorar tecnologías que no solo aceleren el secado de los alimentos, sino que además consuman menos recursos.
¿Cómo funciona?
El prototipo combina el uso de luz infrarroja y aire caliente, lo que permite un proceso híbrido de deshidratación que reduce significativamente el tiempo de secado.
“Normalmente, un secador convencional funciona solo con aire caliente, pero nosotros le agregamos luz infrarroja para ahorrar energía y mejorar la calidad del producto”, explica Lozano.
Además, el equipo implementó programación en Arduino para monitorear variables clave como peso, humedad y temperatura, logrando así un control preciso y automático de todo el proceso de deshidratación.
Este desarrollo no solo es versátil en cuanto a los tipos de alimentos que puede deshidratar, sino que también disminuye el tiempo necesario para alcanzar los niveles óptimos de secado, lo cual significa que un alimento que tradicionalmente se secaría en 10 horas, ahora podría estar listo en ocho.
Para diciembre, el equipo espera tener el diseño final y completar el proyecto, el cual ha sido posible gracias a financiamiento inicial de Incubagraria y luego de la UNALM.
Este prototipo se perfila como una herramienta importante para la industria alimentaria y refleja el compromiso de los estudiantes molineros con la innovación y el desarrollo sostenible.