Tal vez sea uno de los pocos neurólogos del país que entiende cuán importante es el cuidado del cerebro, por esa razón, desde el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN), Danilo Sánchez Coronel impulsa la creación de la Red Nacional del Cerebro, con el propósito de que esta atención especializada llegue a los rincones más alejados del Perú.
Tenía 19 años cuando vio por primera vez un cerebro humano. Era estudiante de la Facultad de Medicina de San Fernando de la Universidad San Marcos, y desde niño había tenido una gran curiosidad por entender cómo funcionaba ese órgano maravilloso que hacía inteligentes a las personas y a otras, no.
Aquella mañana de finales de 1970, no podía creer que esa masa gelatinosa y frágil entre sus manos fuera la misma máquina poderosa y organizada, compuesta por millones de neuronas que interactúan entre sí, la responsable de todas las funciones humanas: respirar, soñar, pensar, escribir, recordar. Para él, fue una sorpresa.
Afortunadamente, esta experiencia no afectó su decisión de seguir la carrera de medicina ni su vocación por la neurología, una pasión que fue cultivando desde sus estudios secundarios en Trujillo, cuando leía precozmente libros de Alexander Luria, neurólogo ruso y uno de los pioneros de la neurociencia. Un “cerebrito” el joven Danilo.
Visión integral
Hace un año asumió la dirección de Neurología Clínica en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN), donde trabaja desde hace casi tres décadas. Desde esa posición, coordina ocho departamentos que tienen en común el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de enfermedades del cerebro.
Entre las patologías que atienden se encuentran enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y el parkinson, neurovasculares, como el infarto cerebral, epilepsia, y otras condiciones neuropediátricas y neurooftalmológicas.
Aunque su especialidad es el deterioro cognitivo, en el que ha alcanzado un alto nivel de competencia, Sánchez Coronel ha desarrollado una visión integral de las afecciones cerebrales y ha consolidado su pasión por la promoción de la salud.
Está convencido de que el trabajo en el primer nivel de atención y con la comunidad es clave para salvar a la población de muchas enfermedades, incluidas las que afectan el cerebro.
“En algunos lugares del país como Yurimaguas, la gente cree que es normal tener movimientos involuntarios de brazos y piernas, o sufrir convulsiones. En esos casos, los familiares suelen llevar a la persona a descansar, sin saber que podría tratarse de epilepsia”, comenta.
Red del cerebro
Por ello, desde la dirección que lidera, está impulsando la creación de la Red Nacional del Cerebro para llevar atención especializada a los rincones más alejados del país.
Con su equipo están localizando neurólogos y otros profesionales interesados en la neurociencia, los que se convertirán en sus principales aliados para aplicar la telemedicina y organizar campañas. Asegura que coordinar desde Lima con las direcciones regionales de salud no siempre es sencillo.
Además, este neurólogo, especializado en psicología, investigación y estadística, dirige el Programa sobre deterioro cognitivo, en el que aborda junto con los pacientes y sus familias los problemas relacionados con la pérdida de memoria. Realiza tamizajes a los que acuden al instituto o participan en sus campañas.
El alzhéimer es una de sus mayores preocupaciones, ya que, aunque se cree que afecta solo a los adultos mayores, también está apareciendo en personas jóvenes.
“El alzhéimer es el colapso del desarrollo cerebral, una regresión, la antítesis de la evolución. La persona que desarrolló todas sus potencialidades humanas –inteligencia, lenguaje, pensamiento– comienza a degradarse. Lo curioso es que no es consciente de su deterioro, pero para la familia es un drama”, concluye.
Más en Andina:
(FIN) DOP/ SMS
Publicado: 16/9/2024