La ciudad del Cusco, capital del imperio inca o Tahuantinsuyo, fue fundada en el siglo XIII d.C. por Manco Cápac, pero tres siglos después los conquistadores españoles la incorporaron a sus nuevos dominios en el llamado reino del Perú bautizándola como una urbe a la usanza de ese entonces. ¿Hubo realmente fundación española de la ciudad del Cusco?, ¿Cuándo ocurrió y quién lo hizo?
La historia oficial, basada en crónicas de la época, sostiene que el 23 de marzo de 1534, un año y cuatro meses después de la captura del inca Atahualpa en Cajamarca, el conquistador Francisco Pizarro, acompañado de un contingente conformado por oficiales, subalternos y religiosos, tuvo a su cargo la ceremonia de fundación a la usanza española de la ciudad del Cusco en la plaza principal llamada Haucaypata.

La hasta entonces capital del Tahuantinsuyo fue bautizada con el nombre de “La muy noble, leal y fidelísima Gran Ciudad del Cuzco: cabeza de estos reinos del Perú”, anexándola a los nuevos dominios del rey Carlos I de España en América.
El acta de fundación fue redactada por el escribano Pedro Sancho de la Hoz y el documento terminado lleva las firmas de Diego de Almagro, Hernando de Soto, Juan Pizarro y del capitán Gabriel de Rojas, además de ochenta soldados que acompañaban a Francisco Pizarro.

Según los cronistas españoles se encontró una urbe con unas 100 mil viviendas, por lo cual los historiadores calculan que entonces residían allí entre 125 mil y 300 mil habitantes, incluyendo el ámbito rural de la ciudad.
Tras la fundación española de la ciudad de Cusco se señalaron como sus límites la provincia de Vilcas, al norte; las tierras del Collao, al sur; el mar, al oeste, y la selva al este.
Monumentos coloniales destacados en la ciudad del Cusco
Entre los monumentos construidos durante la época colonial en la ciudad del Cusco destacan los siguientes:
Basílica Catedral
Erigida con el nombre de “Basílica de la Virgen de la Asunción”, es el principal templo religioso cristiano católico de la ciudad del Cusco. Tras la fundación española de la ciudad, los conquistadores españoles pidieron a Francisco Pizarro la creación de un Obispado que estuviese a cargo del fray Vicente Valverde.

Durante 15 años no se determinaba la ubicación final de la Basílica Catedral, debido a que el Cabildo o municipio acordó comprar terrenos colindantes a la misma, siendo el canónigo Juan Ruiz quien adquiere el palacio inca Kiswarkancha al precio de 2,800 pesos de entonces.
En 1617, interviene el arquitecto fray Miguel Huertas, modificando arcos y bóvedas. En 1649 el arquitecto Francisco Domínguez Chávez y Arellano culmina la edificación con la construcción de la fachada o pared maestra. El 14 de agosto de ese año, fray Pedro de Arteaga y Sotomayor bendice el templo, estrenándose el 15 de agosto con una fiesta que se extendió hasta el mes de setiembre.
La Catedral del Cusco reúne características arquitectónicas del renacimiento manierista y del barroco español. Flanqueada por dos sólidas torres, sus portadas laterales son manieristas, y la central discretamente barroca.
En su interior, debajo del altar mayor, se encuentra una pequeña cripta arqueada que contiene las cenizas de muchos arzobispos cusqueños fallecidos. La Catedral posee una Sala de Platería, una pequeña capilla lateral que contiene una variada colección de objetos religiosos hechos de piedras preciosas, oro y, sobre todo, plata. Entre estos objetos encontrará un féretro de plata repujada utilizada para llevar la imagen del Señor de los temblores. Otro elemento es un gran enrejado que se utiliza durante la celebración del Corpus Christi que pesa 160 kilos.

Los muros de la Catedral están repletos de lienzos procedentes de la famosa escuela cusqueña de pintura, la cual se originó durante la época colonial. Destaca entre ellos “La última cena”, obra del pintor cusqueño Marcos Zapata. Mide 5 por 4 metros. El cuadro reemplaza algunas características de la obra original cuyo autor es el genial Leonardo Da Vinci, por las costumbres y creencias andinas, tales como la vizcacha, un roedor andino silvestre considerado el guardián de los lagos y las montañas.
La sillería del coro es otro de los atractivos más famosos de la Catedral. Se ubica en la parte inferior de la nave central. Está hecha de cedro puro y está formada por sitiales de doble fila en los costados y una sola fila en la pieza central. Destacan los respaldos adosados a los muros con tallados de relieve con figuras de diversos santos.

El Señor de los Temblores, una imagen tallada en madera de Cristo crucificado con tez morena es un emblema de la fe en la población del Cusco y se encuentra en su Catedral. Su origen se remonta a un devastador terremoto ocurrido en 1650, que destruyó el templo sin afectar la imagen al que los fieles se encomendaron para que cesen las réplicas y así sucedió. Desde entonces se convirtió en la principal figura religiosa de la ciudad del Cusco.
La sacristía es una de las salas más destacadas de la Catedral. Se encuentra al lado derecho del altar principal. Sus paredes están dominadas por retratos de todos los obispos del Cusco, desde Vicente Valverde hasta los obispos más recientes. Entre los demás tesoros de esta sala, destaca el Cristo de la agonía, un enorme retablo de cedro tallado, la cual destaca por su realismo, expresividad y fino trabajo.

Uno de los tesoros más valiosos de la Catedral del Cusco es una custodia repleta de metales y piedras preciosas que pesa 27 kilos y mide 1.20 metros de altura. Fue elaborada por el artista Gregorio Gallegos y donada por el obispo Pedro Marcillo Rubio de Auñón en 1745.
Templo La Compañía
Otro destacado monumento colonial de la ciudad del Cusco es el templo La Compañía, ubicado en la Plaza de Armas, y es una de las construcciones religiosas más significativas del estilo arquitectónico barroco. Comenzó a construirse en 1576 sobre el templo inca Amaru Cancha, y se reconstruyó en su totalidad después de un fuerte sismo que afectó a la ciudad en 1650. Su construcción formó parte del complejo del Colegio de la Transfiguración, erigido por los Jesuitas a su llegada al Cusco.

De planta en forma de cruz latina, su fachada es de piedra profusamente decorada, tiene dos grandes torres y dos capillas anexas. La arquitectura del templo sirvió de modelo para otros muchos templos que se construyeron en el sur andino.
En la fachada se observa una portada-retablo de tres cuerpos y tres calles, encajonado entre sus dos esbeltas torres campanario, que han servido de modelo para muchos otros templos cusqueños. Las dos torres son lisas y pulidas en su parte inferior, que contrasta con la rica decoración en la parte.

En su interior conserva uno de los más imponentes altares mayores de madera de cedro tallada y cubierto de pan de oro, de 21 metros de alto. Alberga destacadas obras de arte como el lienzo del matrimonio de Martín García de Loyola con la ñusta Beatriz Clara Coya, así como una colección de lienzos de la vida de San Ignacio de Loyola.
Templo y convento de Santo Domingo
Construido por la orden de los Dominicos sobre lo que fue el templo del Koricancha o Intihuasi (Templo del Sol), tras la cesión concedida por Juan Pizarro el 23 de noviembre de 1538 al obispo, fray Vicente Valverde.

La construcción del templo y convento sobre muros incaicos, que dio inicio al mestizaje arquitectónico peruano, estuvo a cargo del sacerdote Juan de Olías, gracias al apoyo pecuniario de Juan Pizarro, hermano del conquistador y pariente del mencionado religioso.

La actual iglesia tiene tres naves y una plataforma de construcción en forma de cruz griega, la fachada es de características platerescas y la torre de la iglesia es de característica barroca con tendencia al churrigueresco.
Barrio de San Blas
Ubicado a pocas cuadras de la plaza de Armas, este barrio es famoso porque allí están los talleres y viviendas de los artistas y artesanos más importantes de la ciudad imperial. Recorrer sus estrechas calles y pequeñas plazas permite apreciar edificaciones de gran belleza como su iglesia, una de las más antiguas de Cusco. Iglesias

Otros templos católicos de imprescindible visita son las iglesias de La Merced, de San Cristóbal, de San Sebastián, entre otros. Estas construcciones se hicieron en muchos casos sobre antiguas construcciones incaicas, y muchos de ellos son, además de centros de oración y conventos, bellos museos que albergan en su interior invaluables piezas de arte religioso, entre los que destacan pinturas de la célebre escuela cusqueña.
Palacio Municipal
Otra edificación emblemática es el Palacio Municipal, sede del antiguo cabildo, que es actualmente es ocupado por las autoridades municipales de Cusco y que se sitúa en la Plaza del Regocijo.

Museo Histórico Regional
Está ubicado en la casona colonial donde residió, hasta 1560, el ilustre escritor y cronista cusqueño Garcilaso de la Vega Chimpuocllo, en la calle Heladeros s/n. Alberga una bella colección de objetos arqueológicos de culturas preincas e inca, así como también una selecta colección de pinturas coloniales que nos muestra el éxito alcanzado por los artistas cusqueños.

El Museo Histórico Regional del Cusco, a cargo del Ministerio de Cultura, se convirtió en setiembre del 2020 en uno de los ganadores de la décimo primera edición del Premio Ibermuseos de Educación, gracias a un proyecto de inclusión e igualdad para difundir el patrimonio cultural.
Cementerio de la Almudena
Entre los lugares culturales emblemáticos de la Ciudad Imperial que también puede visitarse sin costo destaca el cementerio de la Almudena, el principal de la urbe y que fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2011 por reunir la más grande muestra de arte religioso funerario de Cusco y del sur peruano.

Allí descansan los restos mortales de célebres personajes cusqueños y del Perú como el fotógrafo Martín Chambi, el arqueólogo Manuel Chávez Ballón; la primera mujer abogada del Perú, María Trinidad Enríquez; y la escritora Clorinda Matto de Turner, ambas pertenecieron a la primera generación de mujeres ilustradas del Perú.
Otros lugares
También se puede admirar la arquitectura exterior de predios emblemáticos como la Casa del Almirante, donde destaca la decoración plateresca en su fachada con una pequeña ventana de estilo mudéjar; la Casa de los Cuatro Bustos; la Casa Cabrera, que alberga el Museo de Arte Precolombino; y la Casa de los marqueses de San Lorenzo de Valle Umbroso, sede de la Escuela de Bellas Artes de Cusco.
(FIN) LZD/MAO
JRA
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