Bruselas, tras los primeros copos de nieve de la temporada, da oficialmente la bienvenida a la Navidad con la inauguración de sus mercadillos navideños, que ornamentan la ciudad e invitan a visitantes de todo el mundo a cantar villancicos, patinar sobre hielo o comer churros.
Más de 200 puestos, de los cuáles 35 presumen de la etiqueta "productos artesanales", se exhibirán desde este fin de semana y hasta el próximo 5 de enero en el centro de la capital belga, cuya imponente Grand Place también se viste de gala con su árbol y luces navideñas.
Entre los diferentes puntos en los que se extiende el mercadillo, asoman numerosos puestos de churros, una delicia que resulta muy familiar y que atrae a visitantes españoles como Candela Hernando, que ante la comparación con los españoles, tiene claro su veredicto.
"Están más buenos los de España, por supuesto, pero no están mal porque vienen con mucho azúcar y están bastante buenos", declara a EFE la madrileña mientras sujeta una porción de este bocado.
Además de comer churros, durante cinco semanas también será posible disfrutar de planes tan navideños como patinar o practicar curlin sobre hielo, subirse a la noria, comprar tazas y guirnaldas y degustar la gastronomía navideña sin dejar de lado la cerveza, el chocolate y los gofres típicos belgas.
La Grand Place, protagonista de la Navidad en Bruselas
La Grand Place, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1998, fue el escenario de la inauguración de la temporada navideña celebrada este viernes, que contó con la música del coro del Teatro Real de la Moneda, la sala de ópera por excelencia de Bruselas.
Como plato principal de este acto, se procedió al encendido de un abeto natural de unos veinte metros adornado con más de 300 bolas rojas y 25.000 luces LED y que fue el protagonista del evento.
La iluminación del árbol arrancó el aplauso de los presentes e inauguró el 'Winter Wonders' (Maravillas Invernales, en inglés), nombre que recibe el evento que engloba toda esta oferta navideña de la conocida como la capital de Europa.
Los elementos que componen la navidad bruselense quedarían incompletos sin mencionar el vino caliente, una bebida típica en Europa en estas latitudes y alturas del año que ayuda a entrar en calor a turistas como la española Natalia Polo.
"Ahora toca un poco de vinito para entrar en calor, que hace mucho frío", asegura a EFE la originaria de Barcelona mientras sujeta con las dos manos su vaso de vino caliente.
Visitantes de todas partes y con acento español
Multitud de curiosos visitan cada año la oferta que durante este periodo estival ofrece la capital belga, una cifra de visitantes que el año pasado casi alcanzó los cuatro millones, según el folleto informativo del festival emitido por la empresa organizadora Brussels Major Events.
Por eso, tampoco es difícil escuchar, además de los villancicos, cierto acento español entre aquellos que pasean por las céntricas calles de la capital europea en busca de un plan navideño de fin de semana.
Este es el caso del español Alberto Escalada, procedente de Valladolid pero que reside actualmente en Bruselas: "Al mercadillo se viene a dar una vuelta con tus amigos, bebes un vino de estos con especias que te calienta las manos".
Una navidad para todos los gustos
Además de atraer visitantes a la ciudad, Winter Wonders persigue el propósito de enmarcar actividades culturales en el ambiente navideño y conseguir integrar a los habitantes de los barrios bruselenses, según afirmó el alcalde de Bruselas, Philippe Close, en un comunicado.
Para ello, contará con diferentes espectáculos, como una serie de creaciones multimedia que se exhibirán en el patio interior del reconocido ayuntamiento situado en la Grand Place o una iluminación de 11 metros que brillará en el Mont des Arts, donde se aglutinan varios museos.
Aunque menos relacionado con la temática central, los curiosos que busquen algo diferente también pueden visitar una exposición de dinosaurios alojada en la plaza de España de Bruselas o disfrutar de variadas experiencias virtuales con temáticas del espacio o de dragones gracias a la realidad virtual.