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Orgullo peruano: “Es hora de hacer ciencia para el Perú y el mundo” [infografía y video]

Joven investigador Aldo Benites describió una nueva especie de cachalote enano que vivió hace 7 millones de años

El investigador peruano Aldo Benites investigó nueva especie de cachalote enano que vivió hace 7 millones de años en el mar de Arequipa. Foto: Cortesía Aldo Benites

El investigador peruano Aldo Benites investigó nueva especie de cachalote enano que vivió hace 7 millones de años en el mar de Arequipa. Foto: Cortesía Aldo Benites

17:13 | Lima, ene. 1.

Por Jessica Olaechea Tejada

Cuando era un niño llegó al Museo de Historia Natural convencido de que quería estudiar a los dinosaurios sin imaginar que década y media después haría un gran aporte a la ciencia: describir una nueva especie de cachalote enano que vivió hace 7 millones de años en el mar de Arequipa. El investigador peruano Aldo Benites lo bautizó como "Scaphokogia totajpe", en homenaje a la cultura Mochica, por la cual siente fascinación.

Sin embargo, su historia es de más larga data aún; dice que desde que tenía 4 años no se ve haciendo otra cosa. Todo empezó cuando sus padres le obsequiaron un libro de dinosaurios. "Llegué a tal punto de engancharme con el tema que mi mamá me tuvo que forzar a leer otras cosas, como Harry Potter. Y fue una buena decisión, porque descubrí que me gustaba mucho leer", contó.

Años después visitó el Museo de Historia Natural, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), porque había encontrado unos fósiles en Piura, de donde es su padre. "Tenía 12 años y desde ahí nació mi conexión con el museo, iba de vez en cuando a leer o a conocer un poco más", reveló.

Pero ¿cómo llegó a esta especie? “Entre todos los fósiles [que atesora el Museo de Historia Natural] me tropecé —en el 2016—  con un cráneo [el del totajpe] muy especial, muy distinto a todo lo que había visto […]. No tenía ni idea de lo que era”, narró a la Agencia Andina el joven científico.



A diferencia de los cachalotes grandes, los Physeter macrocephatus (moby dick), los cachalotes pigmeo y enano —que aún existen— son extremadamente difíciles de ver en el mar.

En el caso del Perú, esos animales se deben haber visto máximo unas 10 veces, entre cadáveres y avistamientos en mar adentro. En consecuencia, se conoce muy poco sobre ellos y no había datos con qué comparar el material fósil que había.



Un pariente cercano, del género scaphokogia, se describió en 1988 para Perú. Sin embargo, el cráneo hallado estaba incompleto y no era un animal adulto, por lo que no se podían sacar conclusiones fehacientes.

Ambiente marino

Entonces, Aldo se embarcó de lleno a estudiar el animal prehistórico para que su tesis de licenciatura sea entregar a la ciencia la descripción de esta nueva especie de cachalote enano y ello “implicaba entender cómo era el ambiente marino hace 7 millones de años”.

La paleontología es estudiar el pasado para entender cosas que están sucediendo ahora, afirmó el investigador peruano Aldo Benites.

El joven biólogo, ahora con 27 años, está convencido de que es hora de que “los científicos peruanos hagan ciencia para el Perú y el mundo”. Fruto de su investigación fue "mi primera publicación científica grande" difundida en el 2020 en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology.

"No me pienso quedar en una isla, el mar peruano en el pasado era extremadamente diverso y tengo en mira un par de publicaciones sobre nuevos animales. Esto es solo la punta del iceberg", aseguró. Ahora está por concluir su maestría en Biología, concentración en Paleontología, en la Universidad de Zúrich, Suiza; es becario Ernst Mayr del Smithsonian Tropical Research Institute.

Una taza de sopa wantán

El Scaphokogia totajpe es una especie de cachalote enano jamás vista con características anatómicas diferentes, que le permitían cumplir funciones “innovadoras”.



“Tenía una cara como si fuera un ladrillo y la cabeza se parece a un plato o una taza de sopa wantán. Cuando sustenté la tesis esa era la forma en que me refería a la especie para graficarla”, contó a la Agencia Andina.

Vista lateral del 'Scaphokogia totajpe'.

La 'taza' era tan grande porque ahí tenía que dar soporte a todos los órganos de la nariz, los músculos que podían accionar este complejo. “[Al visualizarlo] es cuando me digo: este animal está volviendo a vivir en mi mente. Es un privilegio para uno porque es el primer momento en el que vuelve a la vida”.

De acuerdo con el análisis de la estructura anatómica del animal y una comparación con otras especies se determinó que este extraño cetáceo hacía algo muy distinto a lo que hacen sus parientes modernos.


“Tenía el hocico desviado hacia abajo y los huesos se encontraban muy engrosados a manera de lastre, lo que indicaba que podría haberse alimentado cerca del fondo del mar”, afirmó. 

Se sabe que el Scaphokogia totajpe era un adulto y medía de entre 2.20 y 2.60 metros de largo (sus parientes superan los seis metros). Y algo más, cuando murió debió haber sido comida de otro animal porque su cráneo tiene un par de incisiones.

Cebichero

“El totajpe había desarrollado esa cara de forma de ladrillo y esa taza tan grande para contener su energía y pescar; para poder estar pegado, con la cara hacia abajo, en el fondo marino y usarla como un sensor para buscar a sus presas. Algo completamente innovador”, sentenció.

No hay ningún cetáceo moderno que haga eso. “Esto nos indica que sus presas no eran los típicos peces ni calamares; este animalito debió estar pegado en el fondo marino buscando pulpos o lenguados. Era un completo cebichero y de cebiche fino”, bromeó.

“Las especies modernas de cachalotes son solo un remanente minúsculo de un grupo que fue extremadamente diverso y que tuvo el hotspot, es decir, su punto más diverso, en las costas de Perú, entre Ica y el norte de Arequipa”, sentenció.

Los cetáceos son muy buenos indicadores de ambiente de diversidad. “La morfología tiene mucha información para ser explotada y el pasado nos permite entender patrones de lo que podría suceder en un futuro. La paleontología es estudiar el pasado para entender cosas que están sucediendo ahora”, aseveró.

Para el investigador peruano, “el mar peruano hace 7 millones de años fue extremadamente diverso; me atrevería a decir que mucho más diverso que en la actualidad”. Y Sacaco, en la región Arequipa, de donde proviene la nueva especie, “es un área de gran importancia porque documenta una serie muy completa del mar peruano de entre 9 y 5 millones de años”.

Homenaje en lengua oriunda

Esta nueva especie también puede servir para poner en valor nuestra cultura y, por eso, Benites decidió usar un nombre en una lengua originaria como la muchik (mochica): totajpe, que significa cara grande.

“Suena bonito y hace referencia a la cara de ladrillo; le queda perfecto. Siempre me ha fascinado la cultura Mochica. Podría decir que son mis ancestros”, afirmó al tiempo de comentar que cuando visitó el Museo Larco vio un par de huacos retratos “extremadamente parecidos a mi papá y a mí”.

Esta vez fue muchik, pero aseguró que en algún momento pondrá nombres en quechua, aimara, asháninka. “Es una forma de hacer que esta identidad cultural peruana crezca en otro aspecto completamente distinto, como es el mundo científico”, enfatizó.

Consideró que “usar un nombre en una lengua originaria es decir: esta es nuestra cultura y dejar cierto colonialismo científico en el que científicos extranjeros vienen a estudiar nuestros animales, plantas, etcétera. Es hora de empezar a hacer ciencia por nosotros para el mundo y poner en valor nuestra cultura”.

Aldo no se detiene y ni bien concluya su maestría empezará el doctorado en Biología Evolutiva en la Universidad de Zúrich. Su gran recompensa es saber que aquello que empezó como una afición infantil y hasta un juego permitió entregar un valioso aporte al mundo científico con el sello del Perú.

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(FIN) JOT

Publicado: 1/1/2021