Una pareja de arqueólogos afirmó haber detectado pasajes subterráneos Inca, por debajo de la ciudad del Cusco, que conecta el templo Inca del Coricancha con el parque arqueológico de Sacsayhuamán, ubicadas entre los 3,400 a 3,700 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.
Lo que se mantenía en crónicas desde la colonia y persiste en la tradición oral como las “chincanas” o laberintos, sería resuelto en un futuro no tan lejano, por Jorge Calero Flores y Mildred Fernández Palomino, ex directora de Cultura, integrantes del Proyecto “La Chincana”.
Ambos, egresados de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Unsaac), trabajan desde el 1997, y ahora, desde hace cuatro meses, junto a equipo multidisciplinario, y la asistencia de expertos internacionales de la empresa Proceq, están a punto de un descubrimiento importante para la arqueología.
Las chincanas
Calero Flores informó a la Agencia Andina que los pasajes son excavaciones de enormes zanjas, revestidas con muros pétreos, techos y vigas de piedra labrada, cubiertas con tierra de hasta dos metros a más. La cavidad sería de un metro a dos metros 60 de ancho por un metro 60 de alto “sospechamos que el Inca pudo haber sido llevado en andas por ahí”, dijo.
El investigador explicó que el trabajo científico fue bajo tres métodos: la primea consta de información en base a crónicas, la segunda fueron las pruebas de sonido y finalmente el recorrido por un trazo con el uso de dos georradares, bajo técnicas avanzadas, que arrojaron resultados sorprendentes.
“Hemos analizado documentos del siglo XVI y XVII, el cronista Anello de Oliva nos indica que había muchos pasajes subterráneos, un cronista anónimo nos dice que pasaba por el costado de la Catedral, es decir las casas arzobispales, luego dice que está por el costado de Sacsayhuamán, todo eso ha servido para ir ubicando el trazo”, afirmó.
Esta chincana o pasaje subterráneo es de 1,750 metros de longitud, con accesos entre el Coricancha, donde actualmente está el templo colonial Santo Domingo “Templo Punchaw” y un espacio ceremonial pétreo en forma de “H”, ubicado al costado del sector “rodaderos” de Sacsayhuamán, espacio impresionante para apreciar las constelaciones y fenómenos solares.
“El Inca Huayna Ccapaq había construido este templo de la parte de arriba de Sacsyahuamán en honor a su esposa”, destaca.
También hay tres ramales, uno hacia Callispuquio, otro que se dirige al sector de Muyucmarca en Sacsahuamán y otro ramal que define su trazo por la parte posterior del templo de San Cristóbal “este ramal parece que baja paralelo a la calle Procuradores (plaza de armas) y entra a un Acllahuasi”, sostiene.
Por debajo de la explanada
El arqueólogo detalla que el trazo atraviesa la explanada de Sacsayhuamán continúa por el costado del camino prehispánico, se dirige hacia la parte baja, a unos metros del río Choquechaca, donde hay una inflexión a unos metros antes de chocar con muros ciclópeos de Sacsayhuamán.
La ruta sigue en línea recta hasta una terraza de muros ciclópeos, siempre próximo al río Choquechaca, el cual por tramos se encuentra concluido, resalta una porción próxima a la curva de la pista del sector de Sapantiana “no está concluido en su revestimiento pétreo, notándose el corte en el cerro, que forma una plataforma”, acota.
La chincana continúa por el perímetro del Palacio de Colcampata, llega a la recta del templo de San Cristóbal (camino al Acllahuasi antes mencionado), en la curva de la pista de autos hay una inflexión que lo dirige al frontis del Colcampata. El lugar es bastante visitado por turistas por ser un mirador espectacular a la ciudad del Cusco.
El trazo llega a la ciudad del Cusco en forma lineal, casi recta, hacia el templo de Santo Domingo o Coricancha, dicho trazo evidencia una pendiente ligera. En la parte superior hay viviendas y calles, zona bastante urbanizada. No se descarta que unos orificios horizontales, encontrados en el recorrido, hayan sido respiraderos.
Calero Flores y Fernández Palomino aseguran discusiones académicas en la que sobresale, para revelar las chincanas, escritos como la del Inca Garcilaso de la Vega “Debajo de los torreones había labrado, debajo de tierra, otro tanto como encima; pasaban las bóvedas de un torreón a otro, por las cuales se comunicaban los torreones, también como por cima”, que les dio más confianza.
Los arqueólogos, alumnos del doctor y maestro Manuel Chávez Ballón, considerado como el “Padre de la Arqueología Cusqueña”, afirman que jugó un papel importante en las investigaciones que hoy realizan con ayuda de la tecnología, y serían develadas próximamente.
“Él ya tenía algunos datos, estaban debajo de la calle principal del Coricancha, parece que él entra en algún momento, él sabía con mucha precisión, y él nos recomienda de que busquemos debajo de las calles y entre andenes, porque en Machu Picchu también había encontrado una”, afirma.
Piden autorización al Ministerio de Cultura
Por último, Fernández Palomino indicó a la Agencia Andina, que han presentado un documento para obtener la autorización a la Dirección de Cultura de Cusco, Ministerio de Cultura (Mincul), para realizar excavaciones en Sacsayhuamán y corroborar sus investigaciones, la cual está en evaluación y calificación por 30 días, y no descartan que entre marzo y abril puedan acceder a la chincana y ramales.