El periodista hondureño Germán Vallecillo y su camarógrafo Jorge Posas fueron asesinados a tiros este miércoles en la ciudad de La Ceiba, en el Caribe de Honduras, informaron fuentes cercanas a su familia.
El comunicador, hijo del también periodista del mismo nombre, y su camarógrafo, se movilizaban en un vehículo negro, hacia las 12:00 hora local (18:00 GMT), cuando fueron interceptados en el barrio El Naranjal, cerca de una guardería infantil, por desconocidos armados que al parecer iban en una motocicleta.
Vallecillo, quien hoy estaba de cumpleaños, trabajaba para el Canal 45 de televisión y una radio de La Ceiba, y según las versiones de medios locales de prensa había quedado de verse con su padre, para almorzar.
Miembros de la Policía Nacional acordonaron la escena del crimen y un oficial dijo a los periodistas que se ha iniciado la investigación del caso.
El periodista asesinado había escrito hoy en redes sociales múltiples mensajes de agradecimiento por saludos recibidos de familiares y amigos desde primeras horas del día, por su cumpleaños.
“No a la impunidad”
El presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), Dagoberto Rodríguez, lamentó el crimen y les pidió a todas las autoridades de investigación que den con el paradero de los criminales y que el caso "no quede en la impunidad".
"El llamado es para el mismo Estado, no se puede seguir asesinando periodistas en Honduras, que en la mayoría de los casos no han sido investigados", subrayó Rodríguez.
Entre 2001 y 2020 en Honduras han sido asesinados más de 80 periodistas, y según el estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh) el 97 % de los casos han quedado impunes hasta ahora.
El ejercicio del periodismo, según el titular del CPH, se ha vuelto "hostil" en Honduras, un país donde la violencia criminal deja un promedio de entre 10 y 13 homicidios diarios, según organismos de derechos humanos.
En 2019 fueron asesinados al menos ocho periodistas hondureños, sin que las autoridades hayan esclarecido las causas de los crímenes.
Con frecuencia algunos comunicadores denuncian amenazas de muerte por parte de desconocidos, incluso agresiones de elementos de los cuerpos de seguridad del Estado, cuando andan haciendo coberturas noticiosas.