Por María Reyna Cárdenas AndazabalEl coordinador residente de las Naciones Unidas (ONU) en el Perú, Igor Garafulic, comenta algunos momentos clave y retos que les tocó asumir en estos últimos cinco años, a pocos días de culminar su designación.
–¿Cuáles han sido los principales retos que le ha tocado asumir en nuestro país como representante de ONU?
–Llegué en octubre del 2019, así que en estos últimos cinco años tanto a mí como a mis colegas nos ha tocado acompañar al país en momentos muy difíciles, como la pandemia. Ahí la tarea que se nos dio a todos los de Naciones Unidas es que teníamos que mantenernos en el país, seguir trabajando. El máximo esfuerzo fue apoyar a que vinieran vacunas y logramos traer cuatro millones mediante un mecanismo internacional que se llamaba Covax. Luego el problema era ver cómo llegábamos con esas vacunas hasta Ucayali, por la cadena de frío, pero por medio de Unicef logramos comprar refrigeradoras y días después vimos el barco que iba a Ucayali con los antígenos y a mis colegas, con sus chalequitos de Unicef, entregarlos todos.
–Ustedes tienen mucha experiencia en temas de crisis humanitarias, sanitarias o alimentarias. ¿Cómo han volcado esa experiencia en el Perú?
–Lo de las vacunas pasó en el 2021, pero en febrero del 2022 nos llaman y nos dicen que hay un barco que está con un derrame de petróleo en Ventanilla. Nosotros contamos con equipos que atienden estas emergencias, entonces el lunes teníamos acá en Lima a ocho expertos, entre ellos un noruego y un español que habían estado en una emergencia parecida y eran expertos en sellar y que no se siguiera expandiendo el petróleo. El Banco Mundial y el PNUD lo que hicieron después fue un estudio de cómo les fue a los pescadores, comerciantes e hicieron recomendaciones sobre cuánto perdieron y ver qué compensaciones se les daban.
–También estuvieron presentes cuando se produjo el ciclón Yaku, que trajo intensas lluvias e inundaciones en varias zonas del país.
–Sí, eso fue en el 2023. Me acuerdo que esto también se inició un fin de semana, entonces rápidamente un equipo de Unicef y del Programa Mundial de Alimentos partieron a Piura, trabajaron sábado y domingo. El lunes llegué y recuerdo haber visto el Estadio Municipal de Paita con 600 personas, pero ya teníamos tarjetas de alimentos cargadas con 350 soles y había un convenio con Plaza Vea para la compra de alimentos y agua. Nuestro trabajo es saber estar, tener estas cosas preparadas; el Gobierno nos conoce y nos tiene confianza, somos buenos socios cuando se producen las emergencias.
–Y cuando ocurre ese tipo de emergencias, ¿cómo se hacen las coordinaciones con el Instituto de Defensa Civil (Indeci) u otros organismos?
–El jefe del Indeci y el jefe de Naciones Unidas presidimos una red humanitaria, acá tengo un oficial de emergencias que está permanentemente conversando con el jefe de emergencias del Indeci, entonces es cosa de una llamada para decir “activamos”. Nuestro jefe de emergencias trabajó varios años en el Indeci, por lo que conoce a sus colegas, tiene la confianza como para saber de inmediato con qué empezar.
–¿Qué nos puede comentar sobre el equipo de trabajo de ONU en el Perú?
–De Naciones Unidas es bueno que se sepa que mayoritariamente los que trabajan son de cada país y en este caso no es la excepción. Nosotros somos 1,200 funcionarios en el Perú y de ellos solo 100 somos extranjeros. Los otros 1,100 son peruanos, y eso tiene la ventaja de que ustedes conocen su país, tienen buenos profesionales y, lo más importante, todos quieren ayudar.
–¿Cómo podría decir que es, después de estos cinco años, la relación entre ONU y el Perú?
–Nos conocemos más y sabemos qué esperar el uno del otro. En nuestro caso, solo tenemos palabras de agradecimiento porque nos reciben con mucha confianza. Nuestra oficina Unesco está dentro del Ministerio de Cultura; en emergencias trabajamos codo a codo con el Indeci. Cada vez que el Gobierno peruano nos ha necesitado, ahí hemos estado, en las fronteras con los migrantes, o con Unicef poniendo carpas, dando kits de alimentos, o cuando se nos ha pedido ayudar en un derrame de petróleo, ahí hemos estado. Se nos pidió ayudar con vacunas, ahí estuvimos. Pero insisto, ese es nuestro trabajo, nosotros estamos aquí para ayudar.
–La migración venezolana es una de las crisis que hemos tenido que afrontar en estos últimos años. ¿Cómo han trabajado ese tema con el Perú?
–Yo solo tengo palabras de agradecimiento con el Perú porque recibir a un millón 600,000 venezolanos es un costo grande. Siento que todavía no se ha hecho un reconocimiento a lo que eso implica en solidaridad. Hemos trabajado con Migraciones para la emisión de tarjetas de permiso temporal de permanencia (PTP) y hasta contratamos personal para que apoye porque todo eso tiene un costo. Así ganas seguridad porque sabes quiénes están en tu país cuando los tienes registrados y el venezolano también puede integrarse a trabajar.
Vivo hace cinco años acá y soy muy consciente de que han habido actos de criminalidad fuertes. El Tren de Aragua existe y son crueles, violentos, hay que meterlos presos. Pero también tengo que decir que de un millón y medio de venezolanos presentes acá, es un porcentaje muy pequeño el que se dedica a la actividad criminal.
Impulso al desarrollo
Garafulic explicó que el trabajo de Naciones Unidas en el Perú, además de la atención de emergencias, está orientado a los temas de desarrollo. Indicó que cada una de sus 22 oficinas en Perú –Unicef, FAO, Fondo de Población, entre otros– se encuentran trabajando con diferentes sectores del gobierno y de la sociedad, mostrando experiencias que han funcionado en otras latitudes y que pueden aplicarse en nuestro país.
Señaló que uno de los retos que les tocó asumir este 2024 es el de la lucha contra la inseguridad alimentaria, para lo cual han organizado cumbres y otras actividades con expertos que aconsejan a las autoridades de los ministerios o los gobiernos regionales sobre cómo combatir la anemia y mejorar el desarrollo infantil temprano.
“Esa es la forma en que trabajamos nosotros porque no importa cuánto consigamos de recursos o cuánta gente. La cooperación es eso, es ayudar, pero el desarrollo lo hace cada ministerio, lo hace cada actor del país”, expresó el coordinador residente de ONU.
Destacó también que durante el 2023 cerca de dos millones de personas accedieron a mejores servicios de salud, educación o nutrición en el Perú gracias al apoyo de Naciones Unidas. Además, ese año consiguieron cerca de 7 millones de dólares para atender los impactos del ciclón Yaku, mediante acciones como el apoyo a la población para el reforzamiento de sus viviendas.
(FIN) DOP/JCC
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Publicado: 27/9/2024