Era el 2001 cuando nuestro emprendedor Martín Santa María viajó a San Antonio de Mala acompañando a un amigo. Ese viaje fue memorable porque quedó enamorado del paisaje y de esas tierras.
Ese mismo año volvió con su esposa, con quien tenía poco más de un año de casados, y tomaron la decisión de comprar un terreno agrícola asumiendo un préstamo. Así empezó la historia de la empresa Monte Grande.
A pesar de ser ingeniero industrial y dedicarse al sistema financiero siempre había estado vinculado a la tierra por sus viajes de pequeño a Tarma. “Tenía muy claro que quería tener un viñedo. Así fue”, señala en informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.
Aprender de todo
Empezó sin conocimientos sobre la siembra de la vid. Pero en ese camino contó con su principal colaborador con el que trabaja hasta hoy. “Desde un principio sabíamos que queríamos hacer pisco de calidad premium. Para ello, me informaba sobre las técnicas de producción y elaboración. También contamos con especialistas”.
Como solo compró dos hectáreas, le propuso a su amigo, con el que visitó por primera vez Mala, y a otros dos, encargarse de sus viñedos con lo que cuidaba unas 10 hectáreas. Así, además de su producción compraba la de sus otros tres amigos. “De ahí la marca 4 Fundos”, refiere el gerente general de Monte Grande.
Poco a poco se fueron retirando sus amigos de modo que ahora el pisco 4 Fundos es producto de los viñedos propios de Martín Santa María que ahora llegan a cuatro hectáreas en San Antonio (uva Italia) y en el valle de Cañete (uva Quebranta) con cuatro hectáreas más. Pero la marca se mantiene porque recoge la historia de amistad inicial.
Lección
Una lección de nuestro emprendedor es que nunca dejó su actividad laboral en Lima a pesar de haberse embarcado en esta nueva aventura. “Hasta ahora manejo las dos actividades. Tengo mi trabajo en Lima y eso me permitió cubrir los tres años que se toman los viñedos para entrar en producción”.
La primera cosecha llegó en el 2005. En el primer piloto de producción trabajó con una pequeña parte de su producción y destiló su pisco en un pequeño alambique cercano a su fundo. “Mi profesión de ingeniero me ayudó a entender los procesos asociados a la producción del pisco”, dijo.
Para la fase de producción del pisco se apoyó en una bodega pisquera. “Hasta el día de hoy arrendamos la infraestructura para destilar nuestro pisco. Yo mismo me encargo del proceso”.
Haber emprendido este negocio hizo que Santa María leyera toda la literatura disponible sobre el tema. Tanto fue su compromiso que no solo es un autodidacta sino que también dicta cursos de viticultura y destilación, además de historia del pisco.
Distinciones
A la fecha, la marca acumula más de 35 medallas de oro y plata de concursos nacionales e internacionales. Su primer reconocimiento lo obtuvo en el 2005 cuando enviaron una muestra de su producción al concurso regional de Lima promovido por la Comisión Nacional del Pisco (Conapisco). “Eso nos indicó que estábamos yendo por buen camino”. Ya para ese momento había trabajado la parte comercial vendiéndole a restaurantes y bares, también buscaron un distribuidor.
En el 2013 fueron invitados a un concurso internacional en Bruselas y ganaron una medalla de oro. “Con ello comenzamos a recibir el interés de diversos distribuidores. Ahora nuestro producto se vende en restaurantes y bares, entre otros. También exportamos a España y Bélgica”.
Ahora alistan un primer envío para Estados Unidos, el que se realizaría en los próximos meses. Producen unas 10,000 botellas de pisco italia y unas 9,000 botellas de pisco quebranta. “Acabamos de lanzar un tercer producto, un pisco acholado”.
Las perspectivas para 4 Fundos son favorables. Este año han vendido el doble de lo registrado el año pasado para el primer semestre. Ahora con una visión retrospectiva considera que apostar por emprender en el sector vitivinícola fue una de las mejores decisiones de su vida. “Tomar ese préstamo en ese momento que estaba iniciando una familia no fue fácil. Nos tocó hacer algunos sacrificios, pero poco a poco empezamos a ver los resultados de nuestra inversión”, afirma.
Empresa familiar
Santa María resalta que Monte Grande es una empresa familiar. “Este negocio lo estamos llevando adelante con mi esposa y mis tres hijos”.
Sus hijos crecieron entre viñedos y bodegas pisqueras. Ahora el mayor de ellos, con 23 años, acaba de terminar su carrera de ingeniero industrial con una tesis sobre cómo mejorar los procesos del pisco.
El segundo hijo estudia ingeniería mecánica por lo que finalmente estará a cargo de las máquinas. El tercero aún está en el colegio.
Para mí y para mi familia, 4 Fundos es parte de nuestras vidas, asevera.
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(FIN) DOP/SDD