Alrededor de 20 millones de personas están relacionadas directa e indirectamente con la violencia a la mujer en el país, reveló hoy la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Silvia Loli, al advertir que solo un 28 % de víctimas se atreve a denunciar.
“Hoy es el día para eliminar la violencia contra las mujeres y el problema es enorme. Hablamos de que 6 de cada 10 mujeres son víctimas de violencia y los agresores son usualmente varones en relación de pareja. A ellos se suman los hijos e hijas y la familia cercana. Estamos hablando de alrededor de 20 millones de personas que están involucradas de manera cercana en el problema”, detalló en entrevista con RPP
Lo lamentable de esta situación, indicó la ministra, es que si bien el 60 % de mujeres peruanas sufrió alguna vez un acto que atenta contra su vida o dignidad, solo un 28 % se atrevió a denunciar el hecho de violencia, de acuerdo con el estudio de prevalencia del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Educadas para el silencio
“Cada uno de nosotros conoce a alguna persona víctima de violencia ahora mismo porque la violencia no se ejerce solo dentro de la pareja. La violencia contra las mujeres puede ocurrir en cualquier momento de su vida y desarrollo de sus labores. Es así como hay acoso político, acoso sexual callejero, hostigamiento laboral, trata de personas, prostitución forzada, un conjunto de expresiones de la violencia”, anotó la titular del Mimp.
Entre las razones de que estos actos no sean denunciados, señaló que desde niñas a las mujeres se les forma para el sacrificio, para aguantar, para pensar que van a perder el tiempo, que no lograrán algo si denuncian o que podría
pasarles algo si denuncian. A esto se suma que no todos los servicios son accesibles, puntualizó.
“Otras mujeres no denuncian porque dependen económicamente de su agresor; por esta razón necesitamos promover una igualdad de oportunidades y su autonomía económica. Sabemos que las mujeres peruanas son luchadoras, hacen de todo para obtener los recursos, pero aún es un problema que solo ganen el 70 % de lo que cualquier varón ganaría por la misma tarea”.
No es una lucha entre hombres y mujeres
Para la ministra, nuestro país es estructuralmente desigual porque trata a las mujeres de forma diferente.
“El reto entonces es preguntarse qué puedo hacer yo desde donde estoy. Por ejemplo, desde la prensa se difunden fotografías de los rostros de las mujeres doloridos, arañados. Eso atenta contra la dignidad de las personas. Quizá en el momento de la denuncia se deja tomar la foto, pero eso quedará por siempre y ella tiene hijos, padres, hermanos (...). En algún momento ella misma va a querer rehacer su vida”.
Indicó que necesitamos transformar nuestra sociedad, cambiar el modo que tenemos los hombres y mujeres de relacionarnos y los modos que tenemos de ver y valorar a las mujeres para erradicar la violencia.
Comentó que el rol de los varones es clave, entendiendo que no se trata de una lucha entre hombres y mujeres.
“Ellos forman parte del problema, pero también pueden formar parte de la solución. El ministerio tiene un programa que se llama
Hombres por la Igualdad y hay programas para varones formados desde las comunidades, universidades, organizaciones de la sociedad civil. Esta no es una lucha de hombres contra mujeres, es una lucha contra una formación de relaciones sociales en las que nos han colocado en una relación de disparidad y opresión”, anotó.
Para la ministra Loli, el país requiere de una transformación social que comprometa a todos y “en la que nadie puede decir estoy fuera”.
Más énfasis en la prevención
La titular del Mimp se comprometió a fortalecer la oferta de servicios de atención y prevención de la violencia.
“Creo que donde menos peso se ha dado es en la prevención y es una tarea de transformación muy importante que no va a tomar siete meses, tomará muchos años, pero lo que debemos tener son rutas trazadas, inversión pública orientada”, dijo la ministra.
Indicó que su sector cuenta con indicadores de prevalencia recogidos por el INEI de mujeres que admiten sufrir mayor violencia, y un segundo indicador de zonas donde se denuncia más.
“Así tenemos una zona como Apurímac, que registra más del 90 % de prevalencia, es decir que el 90 % de mujeres admite haber vivido una situación de violencia y, sin embargo, la denuncia es muy reducida. Eso supone que los servicios están cercanos o la información no está disponible, los derechos no se conocen, la autoestima de la mujer no es suficiente o la autonomía económica no les permite una salida. Todo eso tiene que cambiar.”
Capacitar a jueces de paz
Detalló que en febrero del 2019 se estableció un cronograma de implementación del sistema de justicia especializada, asignándose recursos para Lima este, Lima norte, Cusco, Junín, Arequipa, Lambayeque, Áncash, Callao, zonas con alta prevalencia de violencia, y que para el próximo año se ha previsto también presupuesto -aunque no el suficiente- para ampliar los servicios.
“Hay que fortalecer los servicios de paz en el Poder Judicial. Cerca de 6,000 jueces de paz necesitan ser capacitados y actualizados porque, de acuerdo a la ley, tienen la potestad de dar medidas de protección inmediata. Probablemente, muchos de ellos no lo saben y de igual manera muchas personas del entorno tampoco, y por eso no las exigen”.
Comentó que ya existen centros de emergencia mujer (CEM) en todas las provincias del país y que se seguirá incrementando su número dentro de las comisarías, que atienden todos los días de la semana.
“Quiero agregar que para dar soporte a las mujeres están además los centros de salud mental comunitarios, que son cerca de 200 en el país, porque lo que se requiere no es solo dar una respuesta de acceso a la justicia; se requiere reconstruir la vida de las personas, de las víctimas y de los agresores, y eso es parte de la agenda de estos centros”, comentó.
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(FIN) KGR/RRC
GRM
Publicado: 25/11/2020