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Iván Torrey: un embajador del arte peruano en Alemania

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15:15 | Lima, dic. 19.

Con su labor de difusión, mantiene viva las raíces de su amado Perú en la lejana Alemania, donde vive hace más de tres décadas difundiendo el arte de la tierra que lo vio nacer, tanto en lo musical como en la gastronomía.


Iván recuerda sus primeros años en Lima, cuando veía la pantalla chica como un mundo donde la fantasía y todo lo que él admiraba era lejano, pero a la vez un sueño pendiente para “cuando sea grande”.

Ese amor por el arte lo mantuvo siempre a la expectativa y así no tuvo que esperar mucho. Un día logró acercarse a esa gran pantalla ya no como espectador, sino para probarse en el elenco de pequeños talentos de quien con el correr de los años sería su mentora y luego su mejor amiga: Yola Polastri.


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Sin proponérselo se convertiría en uno de los más queridos y populares burbujitos que tuvo la recordada Chica de la tele; sin embargo, con el correr del tiempo, Iván Torrey sentía que debía seguir conquistando escenarios, pero en la producción, algo que le apasionó desde siempre.



“Fue en 1993 que partí del país, no porque no tuviera oportunidades, sino porque sentía que tenía que continuar creciendo en otros campos. Así me fui a Italia ilusionado con estudiar cinematografía en Boloña y enfocarme en el mundo de la moda”, recuerda.

“Llegué, pero no era lo que me había imaginado y así luego de un año de experimentar vivir en esa ciudad me regresé al Perú y decidí que eso no iba a frenarme y que Alemania podía ser una opción para profesionalizar todas esas ideas que me bullían”. Así, volvió a subirse a un avión y regresó a Europa, inicialmente, para aprender otros idiomas, . Tenía ahorros y a la par trabajaba en los restaurantes de mi familia buscando mi camino en las relaciones públicas, pero el arte me seguía llamando”.




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Nunca decaer


Su perseverancia y deseos de integrarse a la cultura alemana le permitieron conocer a personas vinculadas con la moda. “Un día me ofrecieron trabajar como asesor de imagen para clientes de mucho dinero, artistas y futbolistas. Allí me vinculé con diseñadores, vestí a celebridades y personajes de alta sociedad para viajes importantes u ocasiones especiales y me gané un lugar en este mundo”, dice.

“Creo que cuando migras tienes que enfocarte en el lugar al que llegas, hablar su idioma, respetar sus reglas... si no es imposible, ya que siempre estarás pensando en el barrio, los amigos y eso no te permite integrarte”, refiere Torrey, quien incluso trabajó para marcas reconocidas.

Pero si algo tenía claro Iván era que él quería que la cultura peruana se conociera a través de sus artistas, de su historia y tradición musical. Que la moda, los diseñadores y el arte en general tuviera un lugar en el corazón de Alemania.




“Fue complejo al inicio. Me tocó demostrar de qué madera estamos hechos los peruanos, de qué somos capaces y qué historia milenaria traemos en nuestra sangre. Se me cerraron puertas, pero otras maravillosas se me abrieron y logré insertarme en el sistema artístico con todo lo aprendido en el Perú”.

Así, Iván logró incluso ser el bailarín de codiciadas estrellas en videoclips y programas de TV alemanes, “como cuando Gloria Estefan llegó aquí y trabajé a su lado como bailarín, incluso lancé un disco y giré con artistas reconocidos por todo Europa... Y pensar que luego pude traerlos aquí ya como productor e inversionista”.



Así, Torrey hizo posible en estos años la llegada a Alemania de figuras como Daddy Yankee, por ejemplo, hasta Juan Luis Guerra, pasando por otras figuras que reclamaba el mercado germano.

Hoy, ya con el correr de los años, se encuentra al frente de Torrey Mi Fiesta, su productora, con la que apoya a nuevos talentos y que le permite llevar periódicamente artistas de diversos países para realizar presentaciones en toda Alemania.

Determinación pura

“Eva Ayllón fue una de las primeras artistas que llegaron para deleitar a este público que no solo es peruano, sino también alemán. Siempre a lleno total no solo por la gran calidad vocal, sino también por todo lo que ella resume como historia de nuestro canto”, explica.

Para el 2025 proyecta impulsar otros géneros en escena. “Para febrero estamos trayendo a Proyecto Uno, a Tania Pantoja; de los peruanos, a Raúl Romero y el Grupo Río, con los que espero concretar una puesta interesante aquí”, explica. Y aunque una parte de su corazón permanece al sur de Lima, Iván Torrey señala que no cambiaría para nada su historia. “Si tuviera que pasar todo lo que viví, lo haría sin dudarlo.


Esta sociedad es muy correcta, hay un gran respeto y artísticamente permitió mi consolidación en cada proyecto que abracé. Qué más puedo pedirle a la vida”, dice. A los jóvenes que ven el mundo del arte como un sueño, Iván les explica que “hay que estar muy despierto, alerta a las oportunidades. Trabajar siempre dándolo todo, con honestidad, puntualidad y sabiendo que la vida es solo una vez. Hay que saber cosechar para un futuro que enorgullezca a los tuyos y dejar un legado para tu país”.

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(FIN) CFS/CFS

Publicado: 19/12/2024