Alimentos en estado de descomposición en el servicio de nutrición y dietética del Hospital Regional José Alfredo Mendoza Olavarría (JAMO II-2) fueron hallados por la Contraloría General de la República que realizó una inspección en el citado nosocomio, se informó.
La
Contraloría indicó que eEntre los alimentos deteriorados se hallaron frutas como tomates, plátanos, naranjas y paltas, además de verduras (lechugas) y tubérculos (papas y yucas) con presencia de moho en su interior y exterior.
El Informe de Control N.º 030-2024-OCI/6010-SCC reveló que estos alimentos en mal estado son un riesgo sanitario para los pacientes, ya que podrían contener virus, bacterias y parásitos que, al ser consumidos, podrían causar intoxicaciones con síntomas como vómitos, diarrea y fiebre.
Adicionalmente, se detectaron carnes de pollo y gallina en estado de descomposición, con color grisáceo, olor fétido y la presencia de un líquido gelatinoso, lo cual indica su avanzado deterioro. También se descubrió que las dietas se estaban preparando con harina de plátano vencida desde junio del 2024.
Según la
Contraloría, el jefe del servicio de nutrición explicó que los problemas con los alimentos se deben a fallas en el congelamiento de los refrigeradores, los cuales no han recibido el mantenimiento adecuado, a pesar de haberse solicitado oportunamente. Esto ha causado una pérdida de aproximadamente 10 kilos de productos entre carnes, frutas y verduras, afectando tanto a la entidad como a los pacientes.
Además, la Contraloría constató la falta de equipos de protección personal para los trabajadores, como lentes de seguridad, respiradores y calzado antideslizante, lo que incrementa el riesgo de accidentes laborales y afecta las condiciones de higiene en el manejo de alimentos.
Por otro lado, el Informe N.º 026-2024-OCI/6010-SCC detectó la presencia de plagas en las instalaciones, como cucarachas, moscas y heces de roedores en el área de almacenamiento, la cual carece de las condiciones adecuadas de seguridad. El último proceso de fumigación se realizó en febrero de 2024 y la desratización en 2023.
Asimismo, se observó la ausencia de nutricionistas que verifiquen que las raciones proporcionadas a los pacientes sean las adecuadas según las indicaciones médicas. El hospital también enfrenta problemas con utensilios y equipos deteriorados, así como la falta de insumos de limpieza, lo que compromete la higiene en las áreas de trabajo.
La Contraloría ha instado al hospital a tomar medidas inmediatas para corregir estas deficiencias y garantizar la seguridad y bienestar de los pacientes.