Un primer caso documentado en Francia de un gato contaminado por la COVID-19, probablemente por sus propietarios, ha llevado a los investigadores que lo han estudiado a pedir a los enfermos que limiten los contactos con esas mascotas para protegerlas.
La Escuela Nacional de Veterinaria de Alfort (EnvA) aconseja este sábado en un comunicado que los dueños de gatos cuando se hayan contaminado con el coronavirus, además de limitar esos contactos, se pongan mascarilla cuando estén con ellos y se laven las manos antes de acariciarlos.
La unidad de virología conjunta de la EnvA, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de los Alimentos, del Medio Ambiente y del Trabajo (Anses) y del Instituto Nacional para la Investigación Agronómica (INRAE), asociados con el Instituto Pasteur, han detectado un gato cerca de París que ha sido diagnosticado positivo.
El animal, que presentaba signos clínicos respiratorios y digestivos, es el cuarto caso de este tipo documentado en el mundo hasta ahora, y resultó contagiado "probablemente por sus propietarios".
Los investigadores recuerdan que los gatos no se consideran vectores de la COVID-19 y que, con los conocimientos disponibles, "no hay ninguna prueba de que los animales de compañía o de granja tengan un papel epidemiológico en la propagación del virus".