El Banco Mundial (BM) planteó la necesidad de promover una reforma institucional integral que sitúe al ciudadano en el centro de las prioridades del Estado, además de impulsar la competencia y hacer más atractiva la formalidad, para retomar la senda del desarrollo en nuestro país.
En sus notas de política del BM, tituladas Repensar el Futuro del Perú, señalan que para enfrentar estos desafíos se debe priorizar medidas que permitan asegurar que el Estado cumpla tres funciones básicas:
1) facilitar los emprendimientos productivos,
2) promover oportunidades para todos y
3) proteger a sus ciudadanos.
“Estas funciones requieren a su vez asegurar la sostenibilidad fiscal y acercar al Estado a sus ciudadanos”, dijo la directora del BM para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, Marianne Fay.
Roles previstos
Considera que el primer rol de un Estado es facilitar los emprendimientos productivos, para lo cual se requiere un entorno de negocios eficientemente regulado.
“Ello implica que el Estado supervise de forma eficiente y asertiva las actividades económicas, y evite establecer requisitos innecesarios o excesivamente costosos para las empresas”, añadió.
Además, subrayó que es necesario un Estado que haga atractiva la formalidad y promueva la competencia, así como la inclusión digital y financiera.
Explicó que el segundo rol es el de un Estado que provea oportunidades a todos los ciudadanos para favorecer un crecimiento inclusivo, y para lograrlo se requiere mejorar la provisión de servicios de educación, salud, agua e internet, entre otros, los cuales afectan directamente en la acumulación de capital humano.
El tercer rol es el de un Estado que es capaz de proteger a los ciudadanos frente a las vicisitudes de la pobreza, los desastres naturales y la violencia familiar, lo que demanda fortalecer el diseño del esquema de asistencia social, la gestión de riesgo de desastres, y el reporte y atención a sobrevivientes de violencia, entre otros esfuerzos.
Enfoque renovado
“Los apuntes de política del BM aportan a un enfoque renovado para transformar al Estado en un gestor de bienestar y desarrollo. Para ello, es importante construir sobre los avances logrados por el país y realizar los cambios necesarios para que la población pueda disfrutar de los beneficios del progreso”, dijo la directora del BM.
Comentó que la coyuntura demanda un Estado enfocado en proteger a sus ciudadanos, generando oportunidades con la provisión de servicios públicos de calidad, creando mayor empleo y facilitando el emprendimiento.
“Si se logran avances en estas áreas, el Perú podrá retomar la senda del desarrollo inclusivo y sostenible”, manifestó Marianne Fay.
Diagnósticos y recomendaciones
Las notas de política, tituladas Repensar el Futuro del Perú, ofrecen información de diagnóstico y recomendaciones de política en 15 sectores prioritarios para contribuir a la reactivación económica y al desarrollo inclusivo y sostenible del país.
Además, proponen una serie de medidas para impulsar reformas en áreas clave como Salud, Educación, Agua, Política Fiscal, Descentralización y Formalización.
En otro momento, el BM refirió que durante los primeros 20 años de siglo XXI, el Perú logró reducir la pobreza a casi la tercera parte (de 59% en el 2004 al 21% en el 2019) e incrementar los ingresos del 40% más pobre de la población, impulsado por sólidas políticas macroeconómicas y condiciones favorables para sus exportaciones.
No obstante, al culminar el ciclo de auge de los precios de los minerales, el modelo de crecimiento comenzó a mostrar signos de desgaste en el 2019, a lo que se sumó el impacto de la pandemia por el covid-19, que puso de relieve debilidades estructurales en el Estado, mencionó.
Algunas debilidades
Entre estas debilidades, destacó la la baja efectividad del Estado, en aspectos como la deficiente provisión de servicios públicos o la excesiva regulación empresarial, y la informalidad, que deriva en baja productividad, recaudación fiscal e innovación.
“Estas debilidades se retroalimentan en un círculo vicioso, generan grandes desigualdades en el acceso a servicios y limitan las oportunidades para emprendimientos productivos, aseveró.
Ello a su vez, perjudicó el desempeño de la economía y acarreó otros efectos perniciosos, como la poca confianza de la ciudadanía hacia las instituciones, la degradación ambiental y la baja diversificación económica, lo cual incrementó la vulnerabilidad del país, manifestó.
El organismo internacional manifestó que sus notas de política señalan que el éxito en el cumplimiento de estas funciones dependerá en gran medida de dos condiciones fundamentales.
El Estado necesita ser fiscalmente sostenible para poder llevar adelante las políticas que estabilicen el producto bruto interno (PBI) y que atenúen los choques sobre este y ,además, requiere estar más cerca de los ciudadanos, introduciendo mayor transparencia, predictibilidad y equidad en el sistema de descentralización, anotó.