Andina

Pensión 65: conoce a Florencio Layme y Martina Sotacuro, maestros del tejido de Paucará

Usuarios del programa social del Midis son referentes del tejido a crochet

10:25 | Lima, dic. 21.

“El amor se construye con cada paso que damos; es como si fuera un gran telar, donde cada hilo y fibra se deben entrelazar bien para que perduren en el tiempo”, reflexionó Florencio Layme, mientras miraba con ternura y admiración a su esposa, Martina Sotacuro, que estaba terminando un chullo a crochet.

Sus conocimientos y habilidades, heredados por generaciones, los han convertido en maestros del tejido y referentes de este arte ancestral en su centro poblado Tinquerccasa, ubicado en el distrito de Paucará, provincia de Acobamba, departamento de Huancavelica.


Ambos se conocieron en 1980, luego de una misa dominical. Así empezó su historia de cortejo, conociéndose cada día más, entre las calles empedradas (algunas ya pavimentadas y remodeladas con el pasar de las décadas), y recorriendo las tradicionales calles donde abundan las hermosas casas de adobe y techos de tejas rojas.

Sus ojos me mostraron la tranquilidad que necesitaba en mi vida”, declaró Martina, tras ser traducida por su esposo porque ella solo habla quechua. “Nos falta poco para cumplir 50 años juntos, hemos pasado momentos bonitos y también complicados, pero hemos salido adelante”, agregó Layme Escolar.


Su perseverancia les permitió construir un hogar lleno de amor. Layme conoció a Sotacuro cuando ella ya tenía 4 hijos de un anterior compromiso. “Luego tuvimos 6 niños más. Con paciencia y cariño, logramos que cada uno tenga su familia. Los 10 nos quieren y respetan, nos sentimos felices por cultivar esos sentimientos en ellos”, contó el sexagenario.

Gracias a sus habilidades, la pareja decidió crear su emprendimiento: “Sumaq Maki”, que en español significa “Mano buena”. Con gran destreza, continúan con la elaboración de ponchos, fajas, mantas, chalinas, chullos, hondas, chicotes, entre otros productos representativos de su localidad.


Para Martina y Florencio, cada día es un regalo de Dios y la oportunidad de disfrutar apoyo de sus hijos, como Benedicta y Brígida, que se sumaron al negocio familiar, y han adquirido el talento de sus padres como un gran legado.

Tradición


Los protagonistas de esta historia son usuarios del programa Pensión 65 y, con apoyo de su municipalidad, participan de los encuentros de saberes productivos, un espacio donde exhiben sus habilidades y los trabajos artesanales que aprendieron desde muy jóvenes, gracias a las costumbres y tradiciones familiares.


Mi papá, Marcelino Layme, y mi abuelo Marcelo, fueron los que me dejaron todos los secretos del tejido”, detalló Florencio. Mientras que Martina contó que su tía fue su ejemplo desde muy pequeña: “Ahora transmitimos todo a nuestros hijos y nietos”. Con total compromiso, aseguraron que empezarán a enseñar a los niños de su bello y tranquilo Tinquerccasa: “De esta forma, nuestro talento vivirá en nuevos corazones”.

Presencia cultural


Para Layme y Sotacuro, la vida es un vaivén de emociones y están dispuestos a seguir juntos hasta sus últimos días, con el objetivo de “contribuir a su país”. Gracias a su destacada labor, Pensión 65 los reconoció el último jueves por su aporte cultural. La pareja aprovechó para invitar al público en general a la feria Ruraq Maki, ubicada en la sala Kuélap del Ministerio de Cultura, donde diversos artesanos exhibieran sus habilidades hasta este domingo.


(FIN) NDP/LZD


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Publicado: 21/12/2024