La ingeniera peruana Rosa Gálvez-Cloutier (de 57 años), la primera mujer científica de origen latinoamericano con una curul en el Senado de Canadá, se encuentra en Lima para participar en la
Senadora por Quebec, volvió por estos días a Lima como vicepresidenta de ParlAméricas, es decir de los parlamentarios que llegan para la cumbre. A ella le tocará sostener hoy y mañana reuniones con sus compatriotas peruanos en el Congreso de la República.
Uno de los primeros saltos que Rosa dio en su vida fue ingresar a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), donde estudió Ingeniería Sanitaria y donde también conoció al actual
Presidente de la República, Martín Vizcarra. Cuando solo tenía 24 años dejó el distrito de La Victoria y voló hacia Canadá, país que la acogió como su hija.
Allá se casó y tuvo a sus tres hijos, pero siempre siguió estudiando. Hizo su maestría y doctorado sobre Ingeniería Ambiental en la universidad de McGill y trabajó por 27 años en la universidad de Laval como directora de Ingeniería Civil y Aguas, hasta que una llamada telefónica en el 2016 le dio una de las mejores noticias de su vida.
Se trataba del
primer ministro, Justin Trudeau, quien por sus méritos la nombró senadora del Parlamento canadiense. Su esfuerzo y dedicación se veían recompensados con un puesto importante en la política de ese país.
“Es un método diferente de elección, cualquier ciudadano puede aplicar, pero hay un consejo que evalúa rigurosamente cada perfil y después de varios meses de espera me eligieron”, comenta con una gran sonrisa a la Agencia Andina.
Recuerdos de la UNI
La primera parte de su vida la pasó en el Perú y recuerda, con cierta nostalgia, su paso por las aulas de la UNI, su "alma mater". Allí, el ahora presidente Martín Vizcarra se formaba como ingeniero civil y ella como ingeniera sanitaria, por lo que coincidieron en algunas actividades, como las deportivas, en donde ella fue madrina de un equipo de fútbol; sin imaginarse que años después coincidirían lejos de su país (él como
embajador en Canadá y ella como
senadora por Quebec).
“Asistí cuando recibió las credenciales de embajador en Canadá, conversamos y nos dimos con la sorpresa de que tenemos muchas amistades en común. Lamentablemente, no hubo más tiempo para emprender proyectos, pues tuvo que regresar al Perú”, comenta la senadora, quien no es ajena a la situación que atraviesa nuestro país.
“No puedo pedirles más paciencia a los peruanos”
Gálvez tiene una posición muy firme sobre la política peruana. “No puedo pedirles a los peruanos más paciencia, hemos sido muy pacientes; pero a veces cierta clase política nos toma como tontos. Piensan que pueden mentir o defraudar sin descaro y eso está mal, incluso eso debe ser calificado de traición a la Patria”.
Rosa Gálvez tiene la esperanza de que, por estos días, en la reunión con los parlamentarios peruanos se compartan experiencias acerca de que sí es posible hacer bien las cosas. “En Canadá todas las reuniones en el Parlamento son televisadas y todo está registrado en la página web. La rendición de cuentas es algo normal a todo nivel, pues cuando uno no tiene nada que ocultar no debe preocuparse”.
Mujeres deben ser un poco testarudas
Por el momento no piensa quedarse en Perú, pero tiene una mejor forma de retribuir lo que le dio su país de origen y eso se llama educación, una de sus principales preocupaciones. Por ello, el último lunes firmó un acuerdo con la UNI para que sus egresados puedan obtener un doctorado en la universidad canadiense de Laval, donde laboró por casi 30 años.
Y para las mujeres, Rosa Gálvez tiene un mensaje contundente: “Sigan sus ideas, sean un poco testuradas, sean íntegras, den mucho amor porque somos madres. Nosotras no debemos exigir ser iguales que los hombres, pero sí tener igualdad de oportunidades. La mujer tiene muchos talentos, expónganlos, hay que lanzarse”.