Durante la pandemia del covid-19, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) ha redoblado los esfuerzos supervisando los mataderos, centros de faenamiento avícola, plantas de tratamiento y empaque, pensando en la seguridad alimentaria de millones.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria por la pandemia del covid-19, los establecimientos dedicados al procesamiento primario de alimentos agropecuarios y piensos han continuado laborando para no generar un desabastecimiento de los productos cárnicos que consumimos millones de personas. Por ejemplo: los pavos para la campaña navideña ya han sido beneficiados y hoy son procesados para llegar a la mesa de su hogar.
El
personal que trabaja en el centro de proceso de la planta de beneficio Chincha de la empresa San Fernando, en la prepandemia ya realizaba el lavado y desinfección de las manos y usaba mascarillas. Ellos contaban con
sistemas de gestión ISO para sus diferentes procesos (calidad, inocuidad, medio ambiente, salud y seguridad en trabajo). Esto debido que la planta, además de abastecer con carne de aves a Chincha y Lima, cuentan con una autorización sanitaria para exportar, emitida por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).
Cambios por el covid
Las nuevas medidas de bioseguridad implementadas por el Ministerio de Salud (Minsa), el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y Senasa por el covid-19 les significaron adicionar el uso de mascarillas en todo momento y el de caretas, fuera del área de proceso. Se ha ampliado la desinfección de llaves y teléfonos celulares. Y cada trabajador cuenta con un kit de seguridad para implementar un pequeño ambiente de desinfección a la entrada de sus hogares.
El jefe de esta planta beneficio chinchana, el ingeniero Juan Panduro Solano, recuerda que la región Ica está golpeada por el covid-19, y San Fernando, para continuar con el abastecimiento continuo, adaptó
por áreas y turnos el traslado de los 254 trabajadores: han separado por áreas inclusive comedores, vestidores y servicios higiénicos.
Si hay algún indicio del covid, se activa el protocolo, se realiza una prueba rápida al trabajados en el tópico y, de dar positivo, se le hace una prueba molecular y un “cerco epidemiológico” para realizar la trazabilidad.
Estas medidas y el tener las áreas aisladas ha permitido tener una rápida reacción, asegura Panduro Solano. “A la fecha actual, no tenemos ningún caso reportado con indicio de covid-19. Todo el personal está en estado operativo”, explica.
Labor continua
“Si bien hubo disminución de las actividades y procesos por la pandemia, las empresas no han parado en su totalidad ya que los productos alimenticios deben llegar a la mesa de todos los peruanos”, dice el jefe de Senasa, Miguel Quevedo.
A nivel nacional hay 1,366 establecimientos de procesamiento primario: 214 de origen animal y 1,152, de origen vegetal; existen 77 mataderos, 197 centros de faenamiento, 5 cámaras frigoríficas, 70 establecimientos de procesos de piensos, cuentan con autorización y son inspeccionados por el servicio sanitario.
Nivel de cumplimiento
Quevedo enfatiza que Senasa tiene asegurado hasta el 2021 el personal suficiente para hacer estas supervisiones en todo el Perú. Con respecto a problemas a la hora del cumplimiento de los protocolos de bioseguridad por parte de las empresas, comenta que han primado las buenas prácticas de producción durante la actual emergencia.
Cada planta, ha adoptado medidas cumpliendo de las disposiciones de las entidades del Estado, estableciendo sus propios protocolos de prevención del covid entre sus trabajadores para continuar con la dinámica de la producción diaria.
Recuerda que hay prácticas que son reguladas por cada empresa y se dan en forma permanente, como, por ejemplo, las buenas prácticas de higiene, producción y manufactura. Estas medidas se continuarán supervisando mientras dure la emergencia sanitaria implementada por el Gobierno hasta el próximo año, “para salvaguardar a los trabajadores y la salud pública a nivel nacional”.
Finalmente, para identificar posibles contaminantes que pueden dañar la salud de los consumidores, el jefe del Senasa recuerda que los procesadores de alimentos agropecuarios primarios “deben
realizar un análisis de peligros, determinar puntos críticos de control en su proceso, establece límites críticos y un sistema de vigilancia, entre otras medidas, para ello el establecimiento de procesamiento primario ha implementado un sistema de Análisis de Peligros y de Puntos Críticos de Control (HACCP), con el objeto de asegurar la calidad sanitaria e inocuidad de los alimentos”.
Mucha bioseguridad
Los establecimientos de procesamiento primario de alimentos agropecuarios deben de cumplir con una serie de medidas sanitarias de bioseguridad: uso de equipos de protección personal (mascarillas y/o caretas), implementos para el lavado y desinfección de manos. Deben evitar aglomeraciones. Y su Sistema de Gestión de la Inocuidad debe de contar con procedimientos para asegurar las condiciones higiénico-sanitarias durante el procesamiento del alimento.
Acciones que ejecuta
Las visitas de los supervisores del Senasa a las plantas que exportan, es permanente. En el caso de los mataderos, la frecuencia de supervisión es 2 o 3 veces por mes.
Para contar con una autorización sanitaria, los establecimientos deben cumplir con una serie de medidas, entre ellas la implementación de las buenas prácticas de manufactura y el análisis HACCP.
Frente a la pandemia, las empresas deben elaborar su ‘Plan para la vigilancia, prevención y control de covid-19 en el trabajo’ y registrarlo en el Siscovid-19 del Minsa.
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