En Puno, ya se vive el fervor religioso de la festividad de la Virgen de la Candelaria, cuyo día central es el 2 de febrero. Las celebraciones litúrgicas empezaron en la víspera, con las tradicionales misas de novenas, como antesala de la trascendental fiesta mágico-religiosa del Altiplano.
El s
antuario de la Virgen de la Candelaria, ubicado en el centro de la ciudad de Puno, quedó abarrotada de fieles que se dieron cita en forma masiva para ser partícipes de las misas de novenas programadas por la Diócesis de Puno.
“Las
misas de novenas es un acto preparatorio de la fiesta y se realiza 9 días antes del día central, yo soy devota a la
virgen por eso vengo”, narró Juana Calsina, portando en sus manos un ramo de flores y una vela encendida.
Por su parte, Félix Cahuana rezó hincado de rodillas ante la venerada imagen Virgen de la Candelaria, en señal de gratitud y pleitesía a la sagrada imagen al que los puneños llaman como la madre protectora.
De esta manera, s
e inició la veneración de los puneños a su santa patrona, que concluirá el 12 de febrero, con la peregrinación de los conjuntos de trajes de luces.
Otros fieles que asistieron a la misa de novenas, entre ellos trabajadores de mercados y de instituciones públicas, destacaron la virtud milagrosa de la virgen y por eso cada año participan de los principales actos litúrgicos.
En noviembre del 2014 la
Festividad de la Virgen de la Candelaria fue declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La razón que llevó a este reconocimiento mundial fue las combinaciones rituales religiosos, con tradición musical, danzas y artesanía, que además reunir a las comunidades quechua y aimara de Puno, las que heredaron saberes de sus antecesores y los transmiten a los jóvenes, otorgándoles un sentido de continuidad y pertenencia.
(FIN) JCB/MAO
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Publicado: 25/1/2018