Con gran fervor, fe y esperanza, más de 1,000l internos del penal Castro Castro acompañaron al anda del Señor de los Milagros en su recorrido por el recinto penitenciario.
La actividad comenzó con una misa eucarística oficializada por el obispo de Lurigancho – Chosica, Jorge Izaguirre, quién se dirigió a los internos con un mensaje de arrepentimiento y conversión para sus vidas. También participó, el presidente del
Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Javier Llaque, entre otras autoridades.
Los internos se organizaron para rendir homenaje a la imagen del Cristo de Pachacamilla y con un mes de anticipación se prepararon con el valioso trabajo de las hermanas Carlota Calle, de la congregación de las Hermanas Misioneras de la Sociedad de María; y Teresa Ganuza, de la Congregación de las Hermanas Apostólicas del Corazón de Jesús, quienes cada año trabajan con los privados de libertad en el penal Castro Castro mediante el mensaje Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundancia.
Recorrido
Este tipo de actividades contribuyen a su proceso resocializador. El recorrido inició en la rotonda del penal, la sagrada imagen del Señor de los Milagros estuvo acompañada de sahumadores, así como de canticos emotivos por el sacrificio de Jesucristo.
Luego, se dirigieron al pabellón 11, donde los internos elaboraron alfombras, además de la decoración de sus ambientes. La música estuvo presente con la canción El todopoderoso, a cargo de internos con habilidades para el canto e instrumentos musicales.
Por su parte, el subdirector del penal Castro Castro, Víctor Barco, afirmó que permitir que los internos se organicen y participen del recorrido de la imagen del Señor de los Milagros les ayuda a reflexionar sobre las razones por las que se encuentran privados de libertad y cómo a partir de tomar conciencia de ellos pueden trabajar en sus cambios a favor de sus familias y de ellos mismos.
Continuando con el recorrido, la santa imagen se dirigió al pabellón 5. Aquí, se brindaron ofrendas relacionadas al cuidado de la vida y el cuidado del medio ambiente. Y en este aprecio por la vida, Ignacio, interno mexicano, explicó que, al ingresar al penal hace más de 17 años, se refugió en Dios y gracias a ello logró arrepentirse del delito cometido, ser consciente de ello y trabajar en su cambio.
A pesar de ser mexicano, confía y cree en el Señor de los Milagros por las experiencias que ha vivido estando recluido y que el mismo dice que Dios ha sido quien lo ha salvado.
Asimismo, Elías Villanueva, interno que acompañó la sagrada imagen durante todo el recorrido, enfatizó en su arrepentimiento y exhortó a sus demás compañeros de pabellón a trabajar en un verdadero cambio.
Para los internos del penal Castro Castro, el Señor de los Milagros también sana y así lo reafirma el interno Víctor, del pabellón 3, quien padece un cáncer y que manifiesta que, desde que entregó su vida a Dios, siente bastante mejoría en su salud.
De esta manera, los internos de este centro penitenciario expresaron fe y esperanza, pero, sobre todo, dieron muestras de trabajar por su resocialización.
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(FIN) NDP/VLA