Hace más de 50 años la vicuña estaba al borde de la extinción en Perú y ahora alberga la mayor población de la especie en el mundo. Esta exitosa historia de recuperación es muestra del trabajo articulado entre el Estado y las comunidades altoandinas para su conservación y manejo sostenible, un esfuerzo que tiene como escenario siete áreas naturales protegidas (ANP), donde hay 21,977 ejemplares.
Esta estrategia de conservación es impulsada por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y que hoy se busca reforzar con un protocolo de monitoreo de la vicuña en las ANP, pieza clave para mejorar la calidad de información técnico-científica y generar datos que permitirán gestionar mejor el manejo de esta especie en los ecosistemas altoandinos.
El diseño de este protocolo se hace bajo la visión de que la vicuña no se encuentra aislada en un área natural protegida, sino que también se desplaza en todo un paisaje con diversos actores.
Por ello, en su elaboración participan en forma articulada las jefaturas de las siete áreas naturales protegidas en las que se registra esta especie junto a instituciones aliadas como WCS, Instituto de Investigación y Desarrollo de Camélidos Sudamericanos (Conopa) y
Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Protocolo pionero
El jefe del Sernanp, Pedro Gamboa, destacó que este será el primer protocolo de monitoreo de la vicuña en las áreas naturales protegidas, el cual consideró importante estandarizarlo a escalas nacional e internacional.
Asimismo, informó que como parte de su implementación se realizará en el 2020 un censo en simultáneo en las siete áreas naturales protegidas, en las que habita esta especie.
La información generada a partir de este protocolo de monitoreo no solo contribuirá a la estrategia de conservación de la vicuña, sino también permitirá establecer indicadores ambientales y económicos del manejo de la especie en cuatro áreas naturales protegidas.
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(FIN) NDP/JOT
Publicado: 4/12/2019