Francia pondrá a la venta a partir del 4 de mayo, una semana antes del inicio del desconfinamiento, mascarillas textiles lavables destinadas al conjunto de la población, que el Gobierno estudia que puedan distribuirse en farmacias, supermercados, ayuntamientos o estancos.
El anuncio lo hizo la secretaria de Estado responsable de Consumo, Agnès Pannier-Runacher, que en una entrevista publicada este viernes por "Les Echos" indicó que desde el 4 de mayo se harán las primeras pruebas de distribución, y agregó que no se plantea la regulación de los precios de esas mascarillas textiles.
Pannier-Runacher lo justificó porque, a diferencia de las quirúrgicas que son muy similares entre sí, las textiles presentan muchas diferencias, en particular por el número de lavados que pueden soportar unas y otras. Para ilustrarlo, señaló que una que se venda a 1,5 euros y que se pueda lavar 30 veces representa un coste de cinco céntimos por uso. A partir de ahí, cada consumidor podrá decidir rápidamente qué le conviene más.
Como canales de distribución, el Gobierno baraja diversas hipótesis, sobre todo utilizar farmacias, establecimientos de la gran distribución, estancos, ayuntamientos o empresas de comercio electrónico. Las mascarillas textiles que se pondrán a la venta en menos de dos semanas tienen que estar homologadas según unas normas fijadas por la Administración para garantizar un nivel de filtrado de partículas.
A ese respecto, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, afirmó este viernes en la emisora France Inter que Francia apuesta por "mascarillas muy filtrantes" (habló de un porcentaje de al menos el 70-80 % de las partículas) aun a costa de tardar más tiempo en fabricarlas.
Según la responsable de Consumo, la pasada semana se fabricaron más de 10 millones y, gracias a la producción nacional pero también a las importaciones de países del Magreb, de Portugal y del este de Europa, el ritmo de aprovisionamiento pasará a más de 25 millones de esas mascarillas lavables por semana a finales de abril.
La salida del confinamiento será progresivo en Francia a partir del 11 de mayo, cuando deberían empezar a abrir los centros escolares, un proceso que se escalonará a lo largo de tres semanas.
Hasta la noche del jueves, un total de 21.856 personas han muerto en hospitales o residencias de ancianos en Francia por la COVID-19, enfermedad de la que se han confirmado 120.804 casos.