Las autoridades de Sao Paulo y Río de Janeiro, los dos estados brasileños con más muertes y contagios por coronavirus, abrieron este viernes nuevos hospitales de campaña en sus respectivas capitales, en medio de protestas por la falta de test y equipos para el personal sanitario.
En Sao Paulo fue inaugurado el tercer hospital de campaña de la ciudad para pacientes del COVID-19 en el Polideportivo del Ibirapuerta, con 268 camas y para el que fueron contratados 800 profesionales.
Otras dos unidades ya se encuentran en funcionamiento en la capital paulista desde el mes pasado: una en el estadio Pacaembú, con capacidad para albergar a 200 pacientes, y otra en el Complejo de Anhembi, un enorme centro de convenciones en el que fueron montadas 1.800 camas.
A pesar de que estos hospitales de campaña están destinados únicamente para los casos menos graves, ya se han registrado dos óbitos en la unidad instalada en Anhembi.
El estado de Sao Paulo, el más rico y populoso de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, es el epicentro de la pandemia en el país al contabilizar 2.375 óbitos y 28.698 contagios.
En la capital homónima, el alcalde Bruno Covas anunció que bloqueará totalmente algunas calles y ciudades de la ciudad a partir del próximo lunes para reforzar el aislamiento social, cuyo índice ha venido descendiendo en las últimos días.
Todas estas medidas se espera que sirvan para evitar el colapso del sistema de salud pública de Sao Paulo y su región metropolitana, que esta semana ya tenían alrededor del 80 % de las camas de cuidados intensivas ocupadas.
En todo el país se han notificado 5.901 fallecimientos y 85.380 contagios, según el último balance del Ministerio de Salud, que espera que el pico llegue en las próximas semanas.