El distrito piurano de Catacaos vivió una jornada de fiesta y tradición con el apoteósico y colorido corso de cierre del Carnaval Bicentenario, que recorrió la emblemática avenida Cayetano Heredia, reuniendo a miles de vecinos y visitantes que se dieron cita para disfrutar de esta expresión cultural y festiva.
Este año, el
tradicional carnaval cataquense tuvo un
matiz especial al conmemorar los 200 años de creación del distrito, motivo que inspiró a las ocho sociedades carnavalescas participantes y a delegaciones invitadas a mostrar toda su creatividad, colorido y alegría en cada uno de sus carros alegóricos.
Si bien en esta ocasión no se disputaban puntajes, las comparsas y carrozas lucieron su mejor presentación, fusionando elementos tradicionales con propuestas innovadoras que destacaron por su armonía, color y originalidad. Entre los más aplaudidos estuvo el carro de la Bandera Verde Alejandro Taboada, cuya alegoría de un imponente papagayo sirvió como escenario perfecto para que la reina del carnaval, Astrid Nayelid Armas Barrientos, demostrara por qué se hizo merecedora de la corona.
El público elogió también las propuestas de la Bandera Roja Encarnada, que presentó un vistoso colibrí y elementos de naturaleza; así como la alegoría incaica de la Bandera Verde Autónoma, ambas destacadas por su creatividad y riqueza visual.
En cuanto a las comparsas y presentaciones de baile, la Bandera Auriverde se llevó los aplausos gracias a su impecable coordinación, energía y entusiasmo. En el ámbito musical, las bandas de la Bandera Roja Encarnada y de la Bandera Auriverde sobresalieron por su calidad y conexión con el público.
Uno de los momentos más esperados fue la tradicional lectura del testamento de Ño Carnavalón, donde un séquito de viudas, entre exagerados lamentos y dramáticos sollozos, desató carcajadas entre los asistentes, reforzando el humor característico de esta celebración.
En paralelo, los
barrios de Catacaos mantuvieron viva la tradición con la instalación y el derribo de las coloridas yunzas, donde vecinos y visitantes se unieron en la búsqueda de los premios ocultos, consolidando el espíritu comunitario que caracteriza al carnaval cataquense.
Con esta multitudinaria celebración, Catacaos se despide del Carnaval Bicentenario, dando paso a un periodo de reflexión y espiritualidad con el inicio de las actividades por Semana Santa, festividad declarada Patrimonio Cultural de la Nación y reconocida como la celebración religiosa más importante del distrito y de toda la región.