Por José VadilloEl médico endocrinólogo José Benigno Peñaloza Jarrín, pionero en el tratamiento de la diabetes en el país, acaba de publicar un nuevo libro y sumó recientemente 10 preseas a su abultado medallero como nadador.
El día que el doctor José Benigno Peñaloza cumplió 80 años se sintió con muchas fuerzas y decidió continuar lanzándose, dándole a las brazadas. Con determinación participó en un campeonato mundial en los 800 metros en estilo libre y obtuvo el tercer lugar.
Ha pasado otra década y el médico endocrinólogo continúa acumulando trofeos y escribiendo libros.
“Uno puede seguir practicando la natación hasta un día antes de morir”, asegura. ¿Un beneficio de la natación?, pregunto con acuafobia gatuna. “Al nadar, tu cabeza está por delante, hace que tengas mejor circulación”, explica.
Se inició en la natación competitiva internacional cuando otros hombres piensan en jubilarse y pasarse horas frente al televisor. En julio del 2000, con 68 abriles, decidió participar en el Octavo Campeonato Mundial de Natación Máster en Múnich, Alemania.
Desde entonces, se ha hecho parte de su vida tomar las maletas y participar en competencias internacionales. Nueva Zelanda, Italia, Estados Unidos, Canadá, Eslovenia, Ecuador, Brasil, Hungría, Corea del Sur han sido testigos de sus méritos deportivos.
“Mi papá representa a Perú, obtiene medallas y todo lo hace con su dinero”, cuenta con orgullo su hijo Cucho, melómano y rollingstoniano a rajatabla. “Me he paseado casi por todo el mundo, sin ningún apoyo. Lo consideraba como mis vacaciones, para conocer nuevos sitios y viajaba con mi esposa”, complementa el médico, especialista en estilo libre.
En junio, el doctor Peñaloza presentó su nuevo libro "Nadar para una mejor vida. Odiseas de un médico peruano en campeonatos mundiales másters" (California, Windmills Editions, 2022). En sus 438 páginas reflexiona sobre los beneficios para la salud de este deporte, el más completo; da luces sobre su larga vida y su vocación médica y deportiva.
Y esta semana, don José Benigno, con cuatro hijos, diez nietos y dos matrimonios, se estrenó en las nueve décadas. Se define como un “disperso” por vocación –“nunca he estado metido en una sola cosa”, dice– y hasta hace cinco años se iba caminando a su trabajo, en la Clínica Internacional de San Borja.
Las cinco D
Su vitalidad carece de secretos. "Se debe –explica– a las cinco D”: “deseo, disciplina, desempeño, decisión y disfrutar”.
Por ejemplo, él tomó la decisión de ser medallero de los campeonatos mundiales y panamericanos y ya suma 600 preseas. En el 2004, dos meses antes del Sétimo Campeonato Sudamericano de Natación Máster, en Santiago de Chile, fue diagnosticado de hernia lumbosacra, pero siguió un tratamiento de fisioterapia y aún con dolor logró muy buenos tiempos en 800, 400, 50, 100 y 200 metros libres.
Su más reciente logro deportivo fue en julio, cuando participó en Medellín, Colombia, en el Campeonato Panamericano y Sudamericano 2022 y logró diez medallas (seis de oro y cuatro de plata).
“Me ha emocionado más porque nunca creí que en un campeonato en el que participaron competidores de gran nivel impondría un récord panamericano. No me gusta lucirme, pero me he tenido que dar a conocer para incentivar a que las personas de la tercera edad naden”, dice el médico. Él, que llegó a ser capitán de su equipo de fútbol, lamenta que las secciones deportivas no le den espacio a la natación.
El Dr. Peñaloza explica que las preseas logradas son también el resultado de su estilo de vida: no fuma, apenas toma licor y se cuida. “Y tengo buen peso, no soy gordo ni flaco. Con la pandemia me cuidé mucho porque el aumento de peso trae males, uno de ellos es la diabetes”.
En el primer capítulo de su libro escribe sobre la gran tradición de nadadores del Antiguo Perú. Desde los buceadores de la cultura Moche, que se zambullían en las aguas del Pacífico en busca del mullu, pasando por pescadores y navegantes de las culturas Chincha, Paracas y Nasca, hasta el mayor navegante precolombino: el inca Túpac Yupanqui, que con 120 embarcaciones llegó a la Polinesia.
¿Y hoy? Para Peñaloza, Perú es un lugar privilegiado para practicar distintos deportes. Los pueblos a partir de los 2,000 metros sobre el nivel del mar son los mejores sitios para hacer ejercicio, asegura.
Chorrillano
Nacido en Chorrillos (tierra de buenos nadadores) y de raíces huancaínas, Peñaloza era buen deportista desde el colegio. Hacía básquet, fútbol, tenis, atleta de distancias largas, pero solo se dedicaba a ellos los tres meses del verano.
Estudió medicina en San Marcos e hizo un posgrado en Holanda, en endocrinología. Al volver al país empezó a trabajar en el hospital Rebagliati, donde comenzó a dar atenciones gratuitas a los pacientes, preocupado en enseñarles a que ellos mismos podían controlarse y evitar llegar a mayores.
Cuando cumplió 57 años ya tenía acumulados 35 años de servicio y decidió retirarse del Rebagliati. Sin embargo continuó atendiendo a pacientes en forma particular, mediante la Asociación Peruana de Diabetes (la actual Asociación de Diabetes del Perú, Adiper), que había conformado “con el fin de atender a los diabéticos”, en 1954. Y trabajó con pacientes diabéticos hasta que cumplió los 85 años.
“Yo no pierdo el tiempo”, dice el médico y deportista. Ya se retiró de la actividad médica profesional, pero continúa escribiendo y nadando en busca de la siguiente medalla.
Datos:
El Dr. Peñaloza ha publicado manuales de diabetes, libros sobre endocrinología y de historia, entre ellos uno sobre los huancas.
Es familiar de Daniel A. Carrión y en 1954 él y su familia donaron a la Facultad de Medicina de San Marcos cartas inéditas del héroe para el Museo Carrión.
Está emparentado con Isidoro Peñaloza, héroe de la batalla de Junín; su tío abuelo Teodoro y su abuelo Benigno pelearon en las batallas de Lima, Huancayo y Chupaca.
Cifra
600 medallas ha obtenido en campeonatos mundiales y panamericanos desde el 2000. Congreso: oficializan ley que regula el plazo para publicar normas legales
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Publicado: 28/9/2022