Andina

Tater Vera, el ceramista cusqueño que anhela crear una corriente artística [video]

El Ministerio de Cultura lo reconoció como Peruano del Bicentenario por rescatar técnicas precolombinas

Tater Vera Vizcarra, artista popular cusqueño, reconocido por el Ministerio de Cultura como Peruano Bicentenario por "rescatar técnicas precolombinas del uso de arcilla cristalizada y plasmar la cerámica vidriada virreinal en piezas de diseño contemporáneo”.

Tater Vera Vizcarra, artista popular cusqueño, reconocido por el Ministerio de Cultura como Peruano Bicentenario por "rescatar técnicas precolombinas del uso de arcilla cristalizada y plasmar la cerámica vidriada virreinal en piezas de diseño contemporáneo”.

07:00 | Lima, dic.1

Jugar sin zapatos y observar las piezas de arte popular antiguas que coleccionaba su madre fueron parte de su niñez. Las piezas de cerámica vidriada captaron su atención, tanto, que hoy se dedica a producir obras en base a esa técnica y gracias a ello revestirá la pileta de la plaza de Armas de Lima con azulejos diseñados por él.

Tater Camilo Vera Vizcarra no sabe exactamente cuándo apareció su pasión por la cerámica vidriada, pero encuentra en las visitas que hacía diariamente a la tienda de su madre, una famosa anticuaria cusqueña, los orígenes de ese sentimiento que le permitió romper esquemas.

Porque valgan verdades, hace tres décadas atrás era difícil que una persona afirmara que podía vivir del arte; aún ahora ocurre, pocas le hacen caso a su corazón para seguir lo que este le dicta, sobre todo cuando de realización personal se trata.


Le ocurrió a este artista popular, que de niño sintió atracción por las obras de cerámica vidriada que doña Juana, su progenitora, exhibía en la tienda de antigüedades, entre retablos, platería, piezas de hojalatería y pinturas. Tal vez los colores, los diseños, el brillo de las obras inquietaron el alma creativa del pequeño Tater.


Pero eligió estudiar economía y ser empresario de turismo hasta que se rindió, y tuvo que admitir que “el bicho de la cerámica vidriada” continuaba intacto habitando su corazón. Dejó todo y empezó a investigar durante una década en qué consistía esa técnica de trabajo traída por los españoles, que dejó de usarse luego del terremoto en Cusco de mayo de 1950 porque las alfarerías quedaron destruidas.

Intrépido y artista


No solo descubrió la técnica, sino que la mejoró en varios aspectos, pues gracias al uso de altas temperaturas hoy es menos tóxica, tiene una excelente paleta de colores y además diseños modernos que rescatan el sincretismo cultural entre lo hispano y andino.

En el nuevo milenio orientó los años perdidos a la fabricación de cruces, jarrones, vírgenes de Cocharcas, máscaras y lo que el ingenio lo ha inspirado a crear. Ha consolidado su taller, exhibido sus obras en Ruraq Maky, en muestras internacionales como Chile y México y el Ministerio de Cultura lo ha reconocido como Peruano del Bicentenario por “rescatar técnicas precolombinas del uso de arcilla cristalizada y plasmar la cerámica vidriada virreinal en piezas de diseño contemporáneo”.


“Ganó el intrépido, el artista libre, y valió la pena. Siento que estoy más allá de la mitad del camino recorrido trabajando lo que quiero, no solo para mí sino para mi ciudad y mi país. Mi sueño es contagiar a más personas de lo nuestro, por eso estoy impulsando una escuela-taller donde las personas interesadas puedan desarrollarse en cerámica, pintura o tejido, quiero dejar un legado”, comenta.   
 

Además del taller, y este proyecto que saca adelante, actualmente Tater está cumpliendo el encargo que le ha dado Prolima de intervenir la pileta de la plaza de Armas de Lima con azulejos que debe colocar en su interior de acuerdo a diseños que han encontrado en piezas de 1535. Ha elaborado más de 2,000 que, según el artista, deben durar más de mil años y soportar el agua. En abril del próximo año debe entregar la obra.



“Soy muy exigente. Nuestros pueblos ancestrales dejaron un legado cultural que ponemos en valor con el arte popular, no podemos seguir soslayándolo, hay que darle continuidad. Ser reconocido como Peruano del Bicentenario no solo me convierte en un paradigma, también me obliga a crear una escuela y una corriente artística en la que es necesario convocar a nuevas generaciones. Somos capaces de generar cambios”.

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(FIN) DOP/ SMS
JRA




Publicado: 1/12/2021