La aventura arenera del tubular y el recorrido matizado por el mar y el desierto con imponentes inquilinos en su hábitat prometían. Y es que la reserva nacional San Fernando (RNSF), ubicada en la región sureña de Ica, es un baúl lleno de tesoros: un escenario natural en el que la vida marina confluye con la vida altoandina que nos regalan biodiversidad y paisajes de ensueño. Un verdadero privilegio.
Antes de empezar, vale la pena comentar que la reserva comprende dos sectores muy diferentes. El lado norte es relativamente accesible, conformado por las desembocaduras de los ríos Ica y Grande, que dan color al desierto iqueño con sus bosques ribereños. Además hay playas de arena donde se forman humedales estacionales cercanos a la Punta Caballas.
La parte sur comprende la ensenada de San Fernando —protagonista del área protegida; es un accidente geográfico único en el litoral peruano—, las lomas costeras y los inaccesibles acantilados del cerro Huaricangana, el más alto de la Costa (1,790 metros sobre el nivel del mar).
La
RNSF es la única área natural protegida (ANP) marino-costera con un corredor biológico natural andino-costero (cóndor, zorro y guanaco), que llega hasta el ámbito marino y se convierte en un corredor marino de especies como pingüinos, aves guaneras, tortugas, ballenas, delfines y lobos marinos cuyo canto acompañará el recorrido.
La biodiversidad no acaba ahí. En lo que a flora marina se refiere, diversas microalgas alimentan a peces como la anchoveta, sardina, pejerrey y lisa. El bosque ribereño de las cuencas bajas posee una rica flora relictual de huarango y toñuz, representativas de la región Ica.
El recorrido
Luego de la merecida presentación vamos con el recorrido. La primera parada fue el mirador del guanaco, camélido sudamericano que habita en los ecosistemas de tillandsial, lomas y desierto costeros del ANP. El paisaje es una estampa digna de un cuadro aunque esta vez no se haya asomado ningún ejemplar: un cielo azul que hace contraste perfecto con el desierto dorado y al otro lado el mar iqueño.
En la siguiente parada la arena hizo las veces de un gran lienzo y sobre ella se exhiben muestras de la variada riqueza de la zona: el esqueleto de una ballena jorobada, fósiles de almejas, caracoles, lapas y hasta restos minerales y de cerámica, entre otros.
Luego había que seguir el periplo en el tubular o buggy hasta llegar a la playa y después a la bahía, donde se podrá disfrutar de un espectáculo sin par. Simplemente, imperdible.
Siete ecosistemas
Si buscabas un destino de relax y de disfrute en armonía con la naturaleza, ya tienes una inigualable alternativa. Este verano puedes descubrir, en un solo lugar, siete ecosistemas: desierto; estuario; tillandsial; bosque (seco y ribereño); lomas costeras herbáceas; marino (pelágico y bentónico); islas, islotes, acantilados y roqueríos.
La temperatura máxima varía entre 26 ºC y 34 ºC, así que no olvides empacar protector solar, lentes de sol y sombrero, además de los binoculares para no perderte ningún detalle del privilegiado paisaje, ropa de baño y una casaca cortaviento.
Además, asegúrate de que tu celular o cámara fotográfica tengan espacio suficiente en la memoria porque querrás hacer fotos de cada paisaje y especie de fauna y flora que habita en la reserva de más de 150,000 hectáreas (
mira el mapa).
La autorización
Previa autorización de la jefatura de la
reserva nacional San Fernando podrás hacer pesca deportiva, buceo,
sandboarding, ciclismo, disfrutar de la playa y hasta acampar frente a la bahía, entre otras actividades.
En la zona sur, por ejemplo, el visitante contará con el acompañamiento de pescadores artesanales locales para ir a los puntos autorizados para pescar y disfrutar del turismo vivencial y que, sin duda, lo motivará a querer regresar con su familia.
Para obtener la autorización de ingreso debes contactarte con la jefatura de la RNSF a través de las redes sociales (rnsanfernando, en Instagram; y Reserva Nacional San Fernando-Sernanp, en Facebook), el correo efuentes@sernanp.gob.pe o al celular 9682-18448.
La recomendación es hacerlo con 24 horas como mínimo. Por el momento no hay cobro por derecho de ingreso a la reserva nacional.
Turismo especializado
El turismo en San Fernando es muy especializado y está dirigido al visitante que disfruta de caminos agrestes (dunas) para los que se requiere de vehículos todo terreno 4x4 o areneros, de vías señalizadas, de un paisaje muy silencioso y solitario, afirmó el jefe de la RNSF, Emilio Fuentes García.
“Hay poca afluencia, pero los turistas tienen mucha sensibilización, lo que ha permitido que la reserva San Fernando se haya mantenido protegida como hasta ahora”, sostuvo a la Agencia Andina.
Para el especialista, “la pandemia ha ayudado a que se construya un nuevo visitante; el visitante actual es consciente del respeto que se debe tener a la naturaleza y lo que busca es llegar al área protegida y disfrutar del paisaje en un entorno lo más armónico posible”.
Durante la etapa más álgida de la pandemia del
covid-19,
el área protegida permaneció cerrada al turismo, pero la conservación de los ecosistemas nunca se detuvo; hasta el 2019 recibía 2,500 visitantes al año.
"Las áreas naturales protegidas son espacios de conservación [...] y la pandemia impactó en todas las actividades que se realizan en ellas. En el caso de San Fernando, en actividades económicas y sostenibles como la pesca, la colecta de macroalgas, el turismo. Eso obligó a hacer una reingeniería de todos los procesos", explicó.
Ante esa realidad, el equipo de especialistas se vio en la obligación de crear espacios de diálogo con los diferentes actores —entre los cuales se encuentra el operador turístico— y generar protocolos.
Reactivación
El jefe de la RNSF comentó que "los guardaparques no solo han sido custodios de los espacios naturales, sino también de la integridad de las personas", pues velan por el cumplimiento de las medidas de bioseguridad por el covid-19.
Ahora, la reserva nacional, que cuenta con el
sello internacional Safe Travel, tiene un aforo de 137 personas por día. Los visitantes nacionales llegan, sobre todo, de Lima y Arequipa, y los extranjeros, de Alemania, Estados Unidos, Japón y China.
“De boca en boca la reserva se ha hecho conocida; es un espacio saludable y seguro, y los turistas saben que se llevarán una experiencia inolvidable”, destacó Fuentes al invitar a visitar San Fernando, la opción ideal para hacer turismo vivencial.
“Si un visitante quiere ir a una zona donde se alimenta al guanaco, ver el majestuoso vuelo del cóndor en la costa del mar peruano y una madriguera de zorros; todo en una zona de ensenada donde la fauna ha sido muy poco impactada porque el camino es agreste, San Fernando es el lugar que está buscando”, aseguró. La invitación está hecha.