Si algo caracteriza la carrera de nuestro compatriota Jorge Sasieta Wong es el amor por el Perú, que lo ha llevado por décadas a difundir y relievar la importancia de plantas, como la uña de gato, en el tratamiento de los pacientes.Hoy, este peruano que hace patria en España y Francia, anhela regresar al Perú para aplicar la experiencia obtenida que ha logrado promover tanto en la sanidad pública como en la privada, principalmente en Europa.
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Para este galeno nacional, que se considera un médico integrativo, es fundamental no necesariamente atender la enfermedad, sino también la promoción de la salud; “un bienestar repercute en el desarrollo de una sociedad”, nos dice convencido.
Con orgullo nos habla de su labor, que ahora lo mantiene abocado a una disciplina: “la microinmunogenética, que espero llevar al Perú”.
“Es una terapia de microcomponentes celulares relacionados con la inmunidad y la genética que nos abren perspectivas interesantes para la obtener la salud del ser humano”, explica.
“Es un enfoque que se complementa con la micronutrición y aspectos generales de vida sana. En todo caso, complementario a la medicina convencional”, nos refiere sobre la labor médica desplegada en estas décadas y que lo hacen considerarse un médico integrativo.
Así, en su calidad de miembro de la Sección Colegial de Médicos Acupuntores de Barcelona, Sasieta Wong ha podido introducir en su labor diversas alternativas en pro de la salud.
No en vano su búsqueda lo llevó también a esta práctica tradicional oriental conocida como la acupuntura. “Muchas veces el tratamiento de la salud no reconoce fronteras y raíces. Muchas veces las atenciones pueden ser costosa en el sistema público y tienes que improvisar alternativas más asequibles”, dice.
“En España la sanidad continúa siendo pública, gratuita, universal, y eso es una gran conquista. Por ello, para mí es un anhelo profesional y personal poder aportar a mí país. De momento no han pasado de intentos de algunos proyectos que se me han quedado en el tintero por coyunturas, pero hay mucho por hacer, con las nuevas tecnologías se facilita bastante”, señala.
Pese a las décadas vivenciadas en España y hoy en Francia, Jorge Sasieta Wong mantiene la vitalidad y el empuje de cuando partió en 1974 con el único propósito de ampliar sus horizontes.
“Mis padres me apoyaron en esa necesidad que tenía de conocer otros mundos. Me había ganado su aprobación y respeto. Había ingresado a San Marcos y a la Escuela Nacional de Ingeniería Técnica adscrita a la Universidad Nacional de Ingeniería, pero lo dejé todo y me fui a España”, recuerda a pocos días de cumplir 50 años de haber llegado al continente europeo.
“Me vine en los últimos meses del franquismo y me encontré en una sociedad gris. Recuerdo lo bien recibido que fui como peruano; había mucho cariño por lo que era el Perú; antes no se hablaba de una inmigración con fines laborales y económicos. No existía. No se puede hablar entonces en absoluto de discriminación en la época en que me instalé”, refiere el doctor, quien se formó en España como médico.
Para Jorge, el no volver al Perú nunca fue opción y siempre mantiene latente al país en su corazón. “Migrar es una amputación. Muchos vínculos físicos se cortan y ese es el drama del migrante… que hay una parte tuya que se queda en tu patria”, explica.
“Hasta mi hablar no es el mismo y me pasaba que cuando regresaba te das cuenta de que te quedas en un histórico que ya no es vigente… y eso te pasa factura… confieso que es doloroso”. Sin embargo, no se arrepiente de ningún paso dado. “Me rebelé bastante antes de estudiar medicina y agradezco haberlo hecho por todo lo que me ha dado esta profesión”.
Muchos jóvenes ven hoy la migración como una posibilidad y la aventura de vida que ha vivido Jorge lo lleva a decir que “hay que vivir los sueños, no son para que se queden recostados en la almohada. Los sueños son inspiraciones que incluso a veces no se sabe, solo se intuyen y hay que vivirlos plenamente”, concluye.
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(FIN) CFS/CFS
Publicado: 26/9/2024