El informe de Euromonitor estima que para el año 2023, los servicios de lujo en alojamiento y en alimentos y bebidas generarán 67,000 millones de dólares a escala mundial.
Entre el 2013 y el 2018, ambos han tenido un crecimiento sostenido. Por un lado, aunque aún es considerado como una categoría pequeña en el sector de experiencias, el servicio de alimentos y bebidas de lujo creció a un ritmo promedio anual del 13%, y en el 2018 fue valorado en 342 millones de dólares. Por su parte, el servicio de alojamientos de lujo ha crecido a una tasa anual del 4% y en el 2018 alcanzó los 54,000 millones de dólares.
Estas cifras señalan un cambio importante en la forma de consumo del segmento. Si antes predominaba la compra de bienes, ahora lo hace el vivir más experiencias. Por ello, se espera que los resorts de lujo lideren en temas como neutralidad de carbono, eliminación de desechos, protección del medioambiente y apoyo a comunidades locales.
Perú como destino de lujo
Ante este panorama, el Perú se proyecta como un potencial destino de lujo en Sudamérica. De hecho, ya existen servicios de viaje y establecimientos de hospedaje y alimentación en regiones como Cusco, Loreto, Ica, Puno y Madre de Dios, preparados para atender a los visitantes con gran poder adquisitivo.
Travesías inolvidables por el río Amazonas y el lago Titicaca en embarcaciones de máximo confort; estadías cautivantes en hoteles y resorts instalados cerca de atractivos emblemáticos como Machu Picchu, el valle del Urubamba o próximas a áreas naturales protegidas como Tambopata, Manu, Pacaya Samiria o Paracas, son algunos ejemplos.
A ello se suma los crecientes esfuerzos conjuntos del Estado y del sector privado, con participación activa de la sociedad civil para desarrollar iniciativas destinadas a garantizar la sostenibilidad de los atractivos turísticos.
Otra importante iniciativa es
“Menos plástico, más vida”, que busca reducir el uso de bolsas y otros productos hechos de plástico que contaminan los recursos naturales. Como consecuencia de ello, en todas las áreas naturales protegidas está prohibido el uso de objetos de plástico y se fomenta alternativas con productos biodegradables.
De acuerdo al
Perfil del turista de lujo que visita el Perú, elaborado por World Travel Monitor y reseñado por Promperú, estos visitantes permanecen
ocho noches y gastan
4,758 dólares en promedio durante su estadía. Además,
tres de cada cinco turistas de lujo visitan el Perú para vacacionar.
Millennials ricos en busca de experiencias
Los millennials y la generación Z están impulsando el crecimiento del turismo de lujo. Se proyecta que estas generaciones representen cerca del 55% del mercado mundial para el 2025.
En el 2019, más del 57 por ciento de millennials con ingresos entre 100,000 y 150,000 dólares al año prefirieron adquirir servicios que les provean de experiencias novedosas más que comprar bienes. Una de sus principales preocupaciones es el tener un impacto positivo en el medioambiente y en las comunidades que visitan durante sus viajes.
Más naturaleza y experiencias trasformadoras
Los consumidores de lujo están dejando de lado las vacaciones tradicionales, con las compras y el alojamiento en resorts, por viajes con más autenticidad y opciones de experiencias nuevas, como actividades al aire libre e inmersión en la cultura local.
De acuerdo con Euromonitor, la rápida urbanización y el aumento de los niveles de contaminación motivan su deseo de salir de las ciudades y volver a la naturaleza, algo que el 26% de los turistas de lujo preferirían hacer en sus viajes.
Asimismo, la oportunidad de tener un impacto positivo en el mundo a través del ecoturismo y el voluntariado se considera deseable. Las personas con altos ingresos le dan más importancia a estas actividades que otros segmentos, y están dispuestos a pagar más para obtener experiencias únicas y transformadoras.
En ese sentido, el
turismo rural comunitario está cobrando cada vez más importancia en el Perú, gracias a la vasta riqueza cultural de las poblaciones cuyos conocimientos y tradiciones ancestrales interesan a los turistas dispuestos a viajar largas distancias y solventar prolongadas estancias para conocer, convivir y aprender de la sabiduría de estas comunidades.
(FIN) LZD/MAO