Christian Cervantes Bautista es abogado, investigador y activista quechua. Sus ganas de aprender lo llevaron a la Universidad de Edimburgo y al Instituto de Comercio en India, incluso dio ponencias en Canadá. Ahora, a sus 30 años, cumplió su más grande sueño: servir al país desde la Cancillería.
“Estudiar nunca fue una obligación, sino una oportunidad para salir y conocer el mundo”, comenta el joven talento, quien nació y creció en una zona rural de Arequipa, cerca del formidable cañón de Cotahuasi, uno de los más profundos y hermosos del planeta.
Desde temprana edad, su madre, una profesora de primaria jubilada, le inculcó el amor por los libros; mientras que su padre, comerciante y ganadero, le enseñó sobre la riqueza de su querida tierra arequipeña. Con el tiempo, estos valores evolucionaron en una intensa curiosidad por el funcionamiento de las leyes y las entidades públicas. “Creo que sin querer me estaba proyectando para servir al país”, confiesa.
Es así que, el 2011, ingresó a la escuela de Derecho en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA). Sin descansar, un año después, amplió sus horizontes académicos estudiando a la par una segunda carrera: Administración de Empresas, en la Universidad Católica de Santa María (UCSM).
“Consciente de la competitividad del mundo actual, quise prepararme de manera integral para los desafíos futuros”, dijo.
Durante esta etapa también exploró nuevos campos de la literatura y reafirmó su amor por las letras publicando un libro de poesía y otro de cuentos jurídicos.
Primer paso al exterior
Después de dar una pausa a sus estudios en la UCSM y graduarse de la UNSA, trabajó en consultorías jurídicas y en círculos de investigación, otra de sus grandes pasiones que lo llevó, en 2019, hasta Canadá, como panelista en una conferencia de Políticas Públicas que reunió a más de 1,300 participantes de 84 países.
En el mismo año, ganó una beca para estudiar un curso sobre regulaciones de comercio internacional financiado por la Embajada de la India, donde tuvo su primer acercamiento con el mundo diplomático. “Aunque fue un viaje corto, me sentí orgulloso de poder representar a mi país como investigador”, añade.
De Arequipa a Edimburgo
Tras un arduo esfuerzo por aprender inglés y seguir mejorando su perfil académico, ganó la Beca Presidente de la República, ahora llamada Beca Generación del Bicentenario, convocatoria 2019.
“Cuando vi los resultados, no pude evitar recordar algo que me decía mi abuela cuando era niño: ‘Nunca dejes de estudiar porque es lo único que te va a alejar de la chacra’. Creo que, en lugar de asustarme, me decía algo que ella hubiera querido hacer. Poder estudiar afuera, representar a mi familia y a mi Arequipa, es la mejor oportunidad que me pudieron dar”, nos dice emocionado.
En un año difícil pero fructífero, Christian vuelve a viajar al extranjero, en esta ocasión, rumbo a la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, para empezar su maestría en Políticas Públicas.
“La estancia fue maravillosa. Poder conocer y conversar con profesionales de otros campos y grandes perfiles de diferentes partes del mundo lo convirtió en una experiencia enriquecedora y multicultural”, afirma.
Pero su misión no se limitaba a asistir a clases y aprobar cursos; siempre buscaba intercambiar algo de su querido país con sus compañeros. Es así que, junto a otros investigadores peruanos, organizó un taller de quechua, Kamaq Kachachiqkuna, con el fin de promocionarlo a nivel global.
“El quechua es parte de mi familia y de mis orígenes, y poder entenderlo y compartirlo nos permite reivindicar algo que a veces se va perdiendo con el paso de las generaciones”, agrega.
Regreso al Perú
Como si una carrera y un posgrado en el extranjero no fuese suficiente, tras culminar su maestría, retomó sus estudios de Administración y se graduó por tercera vez en 2021. Un logro que, lamentablemente, su padre no pudo presenciar tras perder una dura batalla contra la covid-19.
“Les prometí a mis padres que si me quedaba en Arequipa sería para estudiar, y debo decirles que lo hemos logrado juntos”, acotó.
Recientemente, cumplió uno de sus más grandes sueños: graduarse de la Academia Diplomática del Perú y poder servir al país desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Todos mis conocimientos son para el Perú”.
“Los animo a elegir su camino con valentía y a construir sus sueños sin límites. En este viaje, que el conocimiento sea nuestra brújula y la curiosidad nuestra guía”, subraya con la fuerza de su juventud.