Andina

Peruano realiza investigación sobre cultura afroperuana en Harvard

Se identifica con José María Arguedas, por ser sanmarquino y haber nacido entre una cultura y otra.

Profesor sanmarquino, investigador de la cultura afroperuana en el Instituto Afro latinoamericano de Harvard.

Profesor sanmarquino, investigador de la cultura afroperuana en el Instituto Afro latinoamericano de Harvard.

16:49 | Lima, jun. 24.

Luis Fernando de Jesús Reyes Escate se siente afrodescendiente, pero reconoce que conviven genes chinos y cholos en su ADN. Es antropólogo, terminó estudios de posgrado en San Marcos y obtuvo un financiamiento para desarrollar en la U. de Harvard sobre lo que significa ser afroindígena o afrocholo, teoría etnográfica que ha generado gran interés en el mundo académico.

Para Luis Reyes, la mujer más inteligente que ha conocido hasta ahora es su abuela materna, doña Reina. Ella le enseñó que tenía que aprender la lengua de los que mandan: escribir y conocer. Creció en una hacienda iqueña, fue hija de padre chino y madre afrodescendiente y supo labrarse un camino en el que nada le impidiera progresar con trabajo y dignidad, del que Luis fue testigo desde su infancia.

Las palabras de la abuela, dichas con ternura y sabiduría, quedaron como tesoro en el cofre de la memoria de su nieto, quien las recuerda siempre que se aventura a ampliar sus conocimientos en el campo del estudio afroperuano, que él ha elegido como su razón de vida.


Actualmente, Luis, natural de Subtanjalla, distrito ubicado a cuatro horas de la ciudad de Ica, ha adquirido relevante notoriedad debido a su estancia como investigador en el Instituto de Estudios Afrolatinoamericano de la Universidad de Harvard.

Esa experiencia académica es resultado de su historia personal, caracterizada por el empeño de ser un escolar destacado, ocupar los primeros puestos y ser un líder reconocido por sus compañeros. Representó al Perú en un encuentro mundial de adolescentes organizado por Naciones Unidas, donde descubrió que la formación recibida por antropólogos y sociólogos para explicarle por qué los derechos de la niñez y adolescencia debían ser respetados, era un bagaje de conocimientos que deseaba alcanzar.

Tenía 16 años, y me di cuenta de que eran temas que quería estudiar y conocer más”, manifiesta.


Afroperuano


Así lo hizo. Eligió la carrera de antropología, pero a su mamá le pareció que mejor estudiara derecho. Postuló a San Marcos para ser un futuro abogado, pero no ingresó. No se quedó quieto, quería estudiar. Postuló para seguir bachillerato en Estados Unidos y antropología en una universidad del Estado de Idaho.

De regreso a Perú, y a su tierra, Subtanjalla, notó que sus amigos se referían a él como afrodescendiente, en su familia era el único afro y sus tíos escuchaban con pasión Armonía 10. Tenía 23 años, y empezó a preguntarse qué era el mestizaje y ser afrodescendiente.

Se le ocurrió que, para obtener la maestría en San Marcos, podía visitar la comunidad boliviana de Tocaña, en La Paz, en donde vivían familias afrodescendientes rurales, ahí los hombres usan ojotas y las mujeres, polleras. “Allí aprendí que había muchas afrodescendencias”, comenta.


Entonces, apareció otra inquietud en el joven antropólogo: si existen diversas afrodescendencias, cuál es la suya. Fue su abuelo materno, don Lucho, su tocayo, quien legitimó su inquietud, pues le decía que “en sus adentros era negro, en sus afueras cholo, y no sabía cómo definirse”.

Contrapunto


Tenía que comparar lo vivido en Subtanjalla con otra experiencia de mestizaje relevante. Viajó al conocido distrito de Zaña, en Chiclayo, Lambayeque, en donde descubrió en una noche de jarana organizada por el músico y zañero Jim Rodríguez, que el contrapunto era un excelente método para “hacer dialogar al norte y al sur”, anota.

Si la guitarra llama a cajón y la voz primera a la segunda, el hombre sale a bailar y la mujer responde. Subtanjalla dice algo, y Zaña responde. Me di cuenta de que no puede existir el primero sin el segundo, ni el segundo sin el primero. Lo he visto en mí. No puedo ser afro sin ser cholo, ni afro dejando de ser chino”.


Luis ha llevado el contrapunto afro a la antropología, y se siente gratificado que en los debates académicos del instituto de Harvard sean reconocidas sus propuestas. “Me siento recompensado. No estuve loco al apostar por esto”. Su objetivo es desarrollar una teoría etnográfica que explique lo que significa ser afroindígena o afrocholo.

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(FIN) DOP/ SMS

Publicado: 24/6/2024