Por Gabriel ValdiviaTras años de espera, joven pareja vio su sueño cumplido al adoptar a Emmanuel Gonzalo, un niño que hoy ilumina su hogar con alegría y una curiosidad inagotable, gracias al acompañamiento del Mimp.
Rosa Coronado y Leonel Rodríguez tomaron una decisión que transformó sus vidas: adoptar un hijo. Con 15 años de matrimonio, una fe inquebrantable y la experiencia de enfrentar la infertilidad, encontraron en Emmanuel Gonzalo la pieza que faltaba en su familia.
“Nosotros ya teníamos en nuestro proyecto familiar la idea de la adopción”, cuenta Rosa, quien señala que no fue un camino sencillo.
En plena pandemia, iniciaron un proceso que tomó más de tres años entre la preparación y espera. Ellos acudieron puntualmente a los talleres que desarrolla el Mimp por medio de la Dirección de Adopciones, donde el personal que lidera Mayra Ramos, jefa de esta dirección, les dio todo el soporte y el acompañamiento para llegar al final deseado.
En el 2023, cuando finalmente Emmanuel Gonzalo llegó a casa, todo cobró sentido para esta familia. Aquello que habían anhelado con el corazón lo tenían por fin a su lado: estaban completos.
“Hemos pedido por ti mucho tiempo, para que estés ahora con nosotros”, le dijeron desde el primer día a Emmanuel y desde entonces han tratado de ser sinceros con él. Para ellos, la verdad es clave: “Queremos que crezca con libertad emocional, sin cargas ni dudas”, afirma Leonel, el orgulloso padre. Mientras conversamos, vemos a Emmanuel sumergido en sus juegos. Lo saludo y él me responde de inmediato. Hoy tiene casi 6 años, es un niño observador, expresivo y voluntarioso para todo.
“Nos imita mucho, hasta la forma en que Leo camina cuando está cansado”, cuenta Rosa con su mejor sonrisa. Afirma que en casa participa en las tareas del hogar y muestra gran interés en aprender.
“Si estamos arreglando algo, él quiere participar; nos pasa el desarmador o el alicate”, agrega Leonel, quien nos cuenta que cuando lo adoptaron ya se llamaba Emmanuel y que ellos le pusieron Gonzalo como segundo nombre.
Desafíos
El proceso de adaptación tuvo sus desafíos, especialmente en la socialización. “Al inicio le costaba relacionarse con otros niños, pero la psicóloga nos sugirió la posibilidad de inscribirlo en el colegio y eso hicimos. Hoy es un niño muy sociable y con excelentes calificaciones”, explica Rosa.

Para esta joven pareja que apenas pasa los 40 años, la fe ha sido su mayor guía. “Dios nos adopta como hijos, y ese mismo amor es el que queremos darle a Emmanuel”, dice Leonel, citando Romanos 8:12. Saben que la crianza implica desafíos, pero también claridad y límites. “Los niños necesitan ser guiados. Lo corregimos cuando es necesario, pero siempre con amor”, añade Rosa.
El futuro para esta joven familia sigue en construcción. Y es que ellos han decidido adoptar a un segundo hijo. Ya iniciaron los talleres para eso y esperan confiados en que esta vez el proceso será más breve porque han encontrado en la Dirección de Adopciones del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables gente muy preparada y empática con las personas que optan por este acto de amor puro que representa la adopción.
“La paternidad es un derecho para todos los niños. Emmanuel nos ha cambiado la vida, y estamos listos para volver a abrir nuestro corazón”, aseguran.
Pasos a seguir
La jefa de la Dirección de Adopciones del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Mayra Ramos, señala que las familias interesadas en seguir este proceso tienen que inscribirse para participar en los talleres de preparación para la adopción.
Se trata de seis módulos que duran un mes y se reciben de forma presencial. Como resultado de esta preparación, las familias pueden optar por seguir en el procedimiento o abandonarlo.
“Aquí les explicamos cuáles son las características de los niños, ya que no todos van a ser bebés. Por lo general, cuando llegan a la Dirección de Adopciones declarados judicialmente en estado de desprotección familiar y adoptabilidad tienen 4, 5 o 7 años”, refiere.
“Ocurre que hay una idealización de la figura del hijo. La mayoría lo quiere pequeñito para que se adapte a sus costumbres y no siempre es así. Cuando llegan a nuestros centros pueden ser bebitos, pero mientras se da el proceso judicial, esos niños crecen. Esa información es muy importante que las familias las conozcan y desmitifiquen. No es imposible, pero es más difícil que puedan adoptar bebés”.
Más en Andina:
(FIN) DOP/KGR
Publicado: 21/3/2025