La cuarentena por el coronavirus SARS-CoV-2 en Bolivia se amplía hasta el 10 de mayo, aunque después de esa fecha las restricciones se pondrán relajar por zonas según evolucione la enfermedad, pero se mantiene el cierre de fronteras y del espacio aéreo hasta el 31 de ese mes.
Las medidas que estaban previstas hasta este 30 de abril de mantienen hasta el 10 de mayo, anunció este miércoles la presidenta interina del país, Jeanine Áñez. A partir del 11 de mayo está previsto que la aplicación de estas medidas sea "dinámica", ya que se podrán flexibilizar o endurecer en función del riesgo de contagios en cada región y municipio, explicó Áñez en un mensaje televisado a la nación.
Las autoridades establecerán zonas de riesgo alto, donde la cuarentena será estricta, y otras donde se considere medio y moderado, en las que se podrá volver al trabajo y a la vida social en determinadas condiciones. Esa vuelta a cierta normalidad en lugares de riesgo medio y moderado mantendrá sin embargo limitaciones en los horarios de trabajo y las horas en que se puede salir a la calle, en especial para menores de 18 años y mayores de 65, entre otras.
Aunque flexibilizará las restricciones para favorecer el funcionamiento de sectores económicos importantes para el país, como la minería, para la banca y para servicios como la comida a domicilio. No obstante, hasta el 31 de mayo las fronteras seguirán cerradas, salvo para el retorno de bolivianos y cumpliendo protocolos de bioseguridad, al igual que el espacio aéreo, que hasta ahora solo admite vuelos excepcionales de repatriación.
Las clases en los centros educativos y los eventos de masas, como los deportivos y religiosos, siguen igualmente prohibidos hasta el 31 de mayo. La mandataria transitoria advirtió de que la cuarentena se puede volver a endurecer si la situación "se descontrola nuevamente" en algunos lugares.
El mensaje de Áñez llega después de una larga deliberación de su gabinete con un comité de expertos, que comenzó el día antes y se prolongó hasta esta jornada. Bolivia reporta 55 fallecidos y 1.053 casos de la COVID-19, con estado de emergencia sanitaria desde el pasado 22 de marzo, que ahora se amplía.
Aunque la incidencia de la enfermedad es menos grave que otros países del entorno, durante la cuarentena se reportaron episodios de incumplimiento que llevaron al Gobierno interino a reforzar los controles policiales y militares, entre críticas sobre restricciones de derechos fundamentales por la forma de aplicar medidas como la prohibición de salir de casa, de circular en vehículos y de actos masivos.