Carlos Verano Zelada es director de la Oficina del Sistema Nacional de Información de Recursos Hídricos de la ANA. Se encarga de organizar los datos sobre la presencia de ese recurso natural en el país para que las autoridades puedan tomar decisiones. También impulsa el programa Huella Hídrica, que involucra a los empresarios en el manejo responsable del agua.
Sus recuerdos de las playas de Huacho, los partidos de fulbito a la salida del colegio, con las olas de testigo, quedaron guardados en su memoria como un tierno secreto. Fueron sus estudios sobre el agua durante su formación universitaria que trajeron al presente esos recuerdos.
Verano Zelada halló en ese elemento de la naturaleza la razón de su vida, pues hoy solo le interesa velar por su existencia en el Perú.
Es director del Sistema Nacional de Información de Recursos Hídricos de la
Autoridad Nacional del Agua (ANA) y
su función es sistematizar el comportamiento de las cuencas y ríos para que los ministerios, juntas de usuarios, alcaldes y gobernadores conozcan el ciclo hidrológico del agua en el Perú.
“Manejamos información sobre la presión de cuencas, la presencia de inundaciones, los caudales de ríos que nos envían las 14 regiones hidrográficas administrativas que tiene la institución. Organizamos la base de datos”, comenta el ingeniero agrícola.
El Niño Costero
Antes de ser director de esa importante oficina fue un miembro más del equipo, por eso nos dice de primera mano que los efectos de El
Niño Costero a comienzos de año, desde Tumbes hasta Ica, fueron lo más sorprendente que ocurrió en el Perú en los últimos cinco años.
“Las inundaciones que originó fueron una experiencia extrema. El caudal del río Piura, por ejemplo, nunca había superado los 100 metros cúbicos por segundo. Esta vez superó los 3,000 por segundo, durante días y de manera continua”, recordó.
Este funcionario, hijo de servidores públicos, tiene especial interés en que el cuidado del agua, su gestión y consumo no solo sean asuntos de especialistas, sino también quiere involucrar a los empresarios. Por eso impulsa con vigor el
programa Huella Hídrica.
Esta iniciativa que el ANA creó en el 2015 busca que los negocios, por más diversos que sean, se vuelvan socialmente responsables con el uso del agua ¿Qué propone para lograrlo? Pues, una certificación.
“Con Huella Hídrica, las empresas podrán conocer cuánto de agua usan para producir el bien o servicio, nosotros los ayudaremos; es un trabajo conjunto, nos interesa que la utilicen de manera eficiente. Ya hemos certificado a algunas empresas”, señaló.
Realidades y sueños
Carlos tiene 39 años, aunque no los aparenta. Se forjó como servidor público en esa oficina y sabe que el mayor cambio en esa área es la automatización de procesos, el uso de softwares y otros medios informáticos que los volvieron más eficientes en la información que generan. Por eso ganan en analítica, dice.
Así, hoy desarrollan nuevos proyectos, como el uso que se le puede dar al agua subterránea o sobre seguridad hídrica, pues en el Perú existen 159 cuencas que hay que cuidar.
“Quiero que la gente sepa que la oficina ofrece un servicio de información serio sobre hidrología. Organizamos data del Senamhi, Sedapal y juntas de usuarios. Resguardamos estadísticas, indicadores que sirven para diseñar políticas de Estado a favor de la conservación del agua, elaboramos mapas de oferta y demanda de agua”. Carlos quiere ser útil para el Perú.
Hoja de vida
Es ingeniero agrícola formado en la Universidad Agraria La Molina (UNALM).
Estudió diplomados en Gestión de Recursos Hídricos e Inversión Pública, cursos de especialización en Antropología y Derecho Consuetudinario sobre el Agua y Operación de Redes Hidrometeorológicas en Brasil.
Coordinó investigación en el Programa Qhapac Ñan del otrora INC.
(FIN) DOP/ SMS
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Publicado: 23/8/2017