La tradicional danza huanquillas del distrito de Pueblo Libre, provincia de Huaylas, departamento de Áncash,
fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, en virtud a sus atributos culturales, tradicionales e históricos.
La declaratoria fue dada a conocer a través de la
Resolución Viceministerial 000337-2023-VMPCIC/MC, firmada por la
viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Haydée Rosas Chávez, y publicada en el cuadernillo de
Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.
La danza huanquillas es una expresión tradicional del distrito de Pueblo Libre y enmarcada dentro del territorio de la Cordillera Negra.
Origen de la danza
La tradición oral relata que se trata de una danza asociada a la madre luna o killa en lengua quechua, lo cual daría cuenta de la importancia que tuvo esta deidad para la etnia de los huaylas, pueblo que habitó esta región en tiempos prehispánicos. También se considera que la danza huanquillas, tiene un estrecho vínculo con la simbología de la Luna.
Gracias a la arqueología se ha recuperado alfarería en la que se identifica una representación que los investigadores han denominado como “felino lunar”, la cual ha sido interpretada como el símbolo de la sombra o la parte oscura de la Luna para los huaylas, quienes habrían habitado el territorio entre los siglos X y XV después de nuestra era.
Estudios realizados y testimonios recogidos señalan que la danza representa las antiguas luchas que existieron entre las etnias de los huaris, dedicados a la agricultura, y de los llacuases, dedicados al pastoreo. Ambos grupos representan la dualidad y complementariedad de los mundos hanan y hurin, respectivamente;
Asimismo, testimonios recopilados asocian la danza con componentes guerreros, en tanto sus personajes llevan espadas y escudos como parte de su traje tradicional.
Por ello consideran que los danzantes simbolizan a los defensores del pueblo y de sus tradiciones, tratándose de una danza con un fuerte contenido ritual que integra la concepción andina de la existencia de varios mundos que se conectan: entre el hanan patsa o mundo de arriba, kay patsa o mundo aquí presente y el rurin patsa, o mundo de abajo.
También se menciona que la danza huanquillas es ejecutada por un grupo de varones, el cual puede variar desde los ocho, los doce, dieciséis a más bailarines, de acuerdo a lo que decidan sus organizadores, siempre y cuando se trate de un número par en tanto que se baila en parejas.
Las numerosas generaciones de danzantes han logrado mantener los pasos o mudanzas de la danza, tal como se ejecutaban desde tiempos antiguos.
La transmisión de la danza se realiza por vía familiar, que va de los abuelos a sus hijos y a sus nietos, quienes enseñan a los niños a querer la danza y los motivan a ser parte de ella. Incluso es común que los más jóvenes reemplacen a sus parientes cuando dejen de bailar.
Los danzantes de los laterales, se visten de blanco con pantalón, camisa, chaleco negro y pañoleta, cascabeles en la parte inferior de ambas piernas, sables, adornados de una corona con plumas de pavo real con espejos con forma de estrellas.
Los awkis llevan capa roja la cual tiene una cruz al medio y la vestimenta blanca, máscara de metal, gorro rojo, banda de cinta peruana donde lleva una comadreja, y en la mano lleva un chicote de cuero trenzado.
Por otro lado, participan los punteros, que son dos danzantes mayores. La danza incluye la presencia de dos grupos principales de danzantes, aquellos que visten de blanco y aquellos que visten de rojo,
En cuanto a los pasos o mudanzas de la danza, se identifican varias figuras, cada cual con su nombre y coreografía particular.
El rompecalle consiste en los recorridos que los danzantes realizan por el espacio público, formados en dos filas y con los músicos en el centro.

Los abuelitos caminan a los lados haciendo sonar su látigo o chicote. De manera simbólica, el orden en que se organizan los danzantes constituye una especie de espejo u oposición simétrica, ya que encontrándose uno al frente del otro realizan juegos en que el danzante de una fila reconoce al del frente como si fuera su doble o gemelo,
Por otro lado, se encuentra la mudanza del ocho, que representa una competencia entre el mundo de arriba y el de abajo, finalizando en la victoria del mundo de arriba,
Durante las presentaciones de la danza, se escenifica también la mudanza denominada como batalla final, momento en el cual los danzantes se forman en dos columnas, representando a hanan y rurin, simulando una batalla ritual al compás de la música, que cada vez se vuelve más rápida, hasta llegar a lo que se conoce como matanza ritual por el uso de espadas o sables, instante en el que seis danzantes que representan al mundo de arriba degüellan a seis danzantes, que representan a su oposición rurin, frente a lo cual los vencedores celebran su triunfo chocando sus espadas.
A este paso le sigue la última escena de danza, llamada la resurrección, que constituye el momento más esperado por los espectadores en tanto el abuelito utiliza su látigo para volver a la vida a los danzantes degollados, quienes se recomponen para volver a danzar.
En ese momento, los danzantes de hanan y rurin se abrazan para volver a bailar juntos e invitan a los asistentes a sumarse al baile, incorporándose el ritmo de huayno como parte de la celebración,
Los instrumentos musicales que acompañan la danza huanquilla es la huanquilla de carrizo, percusión tradicional en esta región del país. Sin embargo, también se dan casos en que las melodías pueden ejecutarse con pincullo una flauta nativa y con caja o tambor, ejecutada por dos músicos.
La danza es apreciada por la mayor parte de las familias del distrito, siendo importante la inclusión de personas de diversas edades. Al ser también los niños protagonistas, la participación en la danza la convierte en un espacio intergeneracional para la transmisión de la cultura viva local a sus nuevas generaciones.
En ese sentido, el aprendizaje y el acompañamiento de la danza es parte de la dinámica de integración de la comunidad, constituyendo un espacio de confraternidad y competencia, lo cual aporta en el sentido comunitario del distrito,
La danza huanquillas, del distrito de Pueblo Libre, es considerada una expresión emblemática de su comunidad, anexos y caseríos, siendo un vehículo de identidad para las diversas generaciones de danzantes y familias, acompañada por sus comparsas, las fiestas patronales y eventos representativos de su localidad.
De esta manera se mantiene viva la tradición oral, memoria e histórica, en tanto sus pasos y mudanzas contienen elementos simbólicos de gran significado, expresando parte de la cosmovisión andina, rituales originarios, mitos y leyendas que permanecen representados en esta danza, vinculando los tiempos del Perú antiguo, la creencia pasada al culto de la Luna, la dualidad y complementariedad andina constituyéndose en elementos identitarios vigentes en nuestros días.
(FIN) JCB
GRM
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Publicado: 2/1/2024