Como muchos de sus países vecinos, Grecia se despertó este lunes en el confinamiento general, luego de que el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, impuso medidas más fuertes para evitar la propagación del nuevo coronavirus en el país.
Atenas era una ciudad fantasma. Las calles estaban desiertas y la circulación de automóviles era muy reducida.
Desde primera hora de este lunes, "sólo pueden circular quienes van a su trabajo, al médico o a la casa de una persona que necesita ayuda, los que van a comprar alimentos o medicamentos, pasean a su mascota o hacen ejercicio sólo o con otra persona", precisó el primer ministro el domingo, en un mensaje por televisión.
Las pocas personas que andaban en las calles llevaban, en su mayoría, guantes y caminaban a distancia unos de otros.
La policía empezó este lunes a controlar a los ciudadanos, quienes deben llevar un documento firmado donde declaran el motivo de su salida, junto a su documento de identidad. Las infracciones tienen una multa de 150 euros.
"Imprimí y llené el certificado en el sitio web del gobierno. Es un poco molesto, cada vez que tengo que sacar a mi perro, voy a tener que reimprimir uno. Pero esas medidas son necesarias y vamos a cumplirlas", confía María Bourras, una oficinista que lleva una semana en teletrabajo.
En las vías principales, los automóviles, en los que no pueden viajar más de dos personas, eran también controlados.
Hasta la mañana de este lunes, el número de muertos por el nuevo coronavirus en Grecia es de 16 y de 624 los contaminados, en una población de cerca de 11 millones de personas.
Una decena de griegos regresó este lunes de España y fueron puestos en cuarentena en un hotel del centro de Atenas.