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Jorge Medina Rubio: “Amamos con el cerebro, no con el corazón” [video]

Neurocirujano advierte que enfermedades del cerebro son cada vez más frecuentes en el Perú.

El neurocirujano Jorge Medina Rubio en el Museo del Cerebro. Es director del INCN, por tercera vez, y promueve la creación del Centro de neurociencias, neurocirugía y neurología en el país. ANDINA/Andrés Valle

El neurocirujano Jorge Medina Rubio en el Museo del Cerebro. Es director del INCN, por tercera vez, y promueve la creación del Centro de neurociencias, neurocirugía y neurología en el país. ANDINA/Andrés Valle

07:04 | Lima, oct. 17.

Jorge Medina Rubio, cumplirá cinco décadas al servicio de la salud pública el 2023. Casi todos dedicados a la neurocirugía. Gracias a ella y al conocimiento que tiene del cerebro, es portavoz de un proyecto que anteriores directores del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN) impulsaron: crear la gran ciudad de la salud mental en el hospital Víctor Larco Herrera.

Su primer contacto con un traumatismo cerebral fue en la antigua Asistencia Pública ubicada en la avenida Grau, Cercado de Lima, a una cuadra de la Facultad San Fernando de la UNMSM. Jorge Medina Rubio estudiaba allí y era practicante de medicina, y veía con frecuencia cómo ingresaban al local pacientes con tremendos golpes en la cabeza.

“Llegaban con heridas sangrantes que son bien aparatosas cuando se producen en el cerebro. Nadie quería hacerse cargo del paciente. A mí en cambio me llamaba la atención resolver el problema y ayudar a quienes llegaban con esas lesiones. Allí aprendí a coserlas”. Fueron los años 1973, 1974 y 1975, recuerda.


Aún no era neurocirujano, la decisión de seguir esa especialidad vendría después, luego de ver a un entrañable amigo morir al día siguiente de su cumpleaños. Se había golpeado la cabeza por una caída y amaneció muerto. 


A él le tocó realizar la necropsia del caso: había fallecido de hematoma epidural. Fue un punto de quiebre. Así que en 1981 ingresó al Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN) a estudiar la carrera y quedarse allí para dedicarse a ella, sin horario ni fecha en el calendario.

Protagonista


Actualmente es director del INCN, establecimiento conocido hace tres siglos atrás como el Hospital de Incurables y luego como el Hospital Santo Toribio de Mogrovejo. Lugar solicitado por quienes buscaban el “buen morir” y lo llamaban, por esa razón, el hospital de la buena muerte. En la década de 1980 se convirtió en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, como se le conoce hoy.


Medina Rubio es parte de la historia de esa institución, ha sido su director dos veces, y conoce de los esfuerzos que han realizado sus colegas y autoridades que lo precedieron para posicionar la neurología y la neurocirugía en el país. 


Por su entrega y experiencia en operar traumatismos, aneurismas, tumores, quistes del cerebro y la columna, cuando no existía la tomografía, sabe que la demanda neuroquirúrgica aumenta cada día y su atención no puede posponerse.

“Ahora con la tecnología podemos hacer diagnósticos precoces de las lesiones cerebrales, muchas de las cuales se pueden operar para evitar complicaciones. Antes, los que padecían hidrocefalias crónicas no la superaban, porque la trataban como si fuera un problema de salud mental pues se presenta en personas entre los 50 y 55 años, y se manifiesta con demencia, desorientación e invalidez.

Ciudad de la salud mental


Entre las múltiples tareas que desarrolla por su cargo, hay una que ha retomado con más certeza y argumentos: lograr que en la Comisión de Salud del Congreso de la República se elabore un anteproyecto para traspasar la propiedad del Hospital Víctor Larco Herrera, que pertenece a la Beneficencia Pública de Lima, al Ministerio de Salud.


La idea la gestó el que fuera ministro de Salud, durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry, Juan Franco Ponce, con la finalidad de reunir en un solo lugar al hospital de psiquiatría y de neurología, y crear un área de prevención de la salud mental.


Existe un terreno en el hospital donde se puede construir un centro de neurociencias, neurocirugía y neurología para atender a pacientes con enfermedades del cerebro. Este órgano se conecta con todo nuestro organismo, genera emociones y si está tranquilo, aumentan nuestras defensas. Amamos con el cerebro, no con el corazón”.

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(FIN) DOP/ SMS

Publicado: 18/10/2022