El abuso constante de fertilizantes en zonas de cultivo puede tener efectos negativos, esto debido a que el uso repetitivo de fertilizantes químicos altera el balance del suelo y hace, irónicamente, menos fértil. Por ello, tres estudiantes de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) empezaron un proyecto que busca combatir este problema.
El incremento de la demanda de alimentos durante los últimos años no es una sorpresa, pues está ligado al aumento poblacional en el mundo, el cual se ha evidenciado en los diversos ámbitos sociales, económicos y culturales. Al haber más personas, se necesita más comida y solo existen dos soluciones para esto: o se expanden los terrenos dedicados a la agricultura o los productores agrícolas hacen que sus territorios produzcan más cantidad de alimento. Es por esto que muchos agricultores empiezan a abusar del fertilizante con el fin de poder suplir la demanda creciente.
El problema con el fertilizante químico, es que tiene consecuencias negativas en el suelo, provocando un desbalance microbiano que termina dañando estas áreas de cultivo. Esto se evidencia en los reportes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la cual señala que el 40% de los suelos dedicados a la agricultura se encuentran severamente dañados por los insecticidas y otros productos empleados para promover el crecimiento de los alimentos.
Debido a esto, esas áreas de cultivo no pueden ser nuevamente utilizadas para producir otra cosecha, lo que genera pérdidas de aproximadamente 247,3 millones de dólares al año.
Para luchar contra esta problemática Alen, Belén y Rosa, tres estudiantes de la Universidad Cayetano Heredia, crearon
Paqta al unir sus conocimientos en Ingeniería Ambiental y Biología.
Belén Balta, de 26 años y estudiante de noveno ciclo de Ingeniería Ambiental, comenta que los motivó la necesidad del gerente del Fundo San José, en el cual ella y
Alen Zimic, de 22 años y en la misma carrera, se encontraban trabajando en el verano.
“El estaba muy interesado en saber las funciones microbiológicas de su suelo, porque usualmente en la agricultura y agronomía moderna no es algo que los gerentes de fondos agrícolas vean o analicen, porque usualmente no se tiene la tecnología para eso. Entonces, nosotros aprovechamos que, siendo alumnos de la Cayetano, teníamos el acceso a la infraestructura para comenzar estos estudios”, señala Balta.
Durante su estancia en este fundo, Belén y Alen recolectaron cientos de muestras, con las cuales comenzaron a levantar una base de datos en la que podían guardar la información de cada tipo de suelo que encontraban en el fundo.
¿Qué es lo que hace PAQTA?
La idea surgió en el 2022, cuando, junto a 14 personas de otras universidades, el equipo de Paqta participó por primera vez en el iGEM. Años después, luego de continuar con sus estudios, especializaciones y encontrar una problemática específica, Belén Balta, Alen Zimic y Rosa Barrera retomaron el proyecto para convertirlo en una startup que busca mejorar la producción agrícola peruana; y lo llamaron Paqta.
Zimic, al explicar un poco más de la problemática, señala que los años de fertilización excesiva han disminuido las bacterias del suelo, las cuales no existen de manera unitaria, sino que viven en grupos, como pequeñas ciudades. Estas le dan al suelo determinadas funciones, como la de poder degradar carbono o generar nitrógeno, o incluso la de resistir las heladas. Es decir, hace que el suelo sea mejor o peor para la planta.
“Lo que nosotros hacemos es, en primer lugar, identificar cuáles son las funciones que tiene el suelo y cuáles son las funciones que le falta para hacerlo un mejor suelo. Esto se hace mediante la extracción y análisis de su ADN, es decir su materia genética. Pero analizar el ADN es una tarea complicada, entonces lo que nosotros hacemos es analizar solo pequeños fragmentos de este ADN”, explica.
Una vez con esta información, se podrá diseñar un consorcio microbiano externo que pueda otorgarle las funciones que le hacen faltan.
Balta señala que el levantar la base de datos durante su estadía en el Fundo San José ayudó mucho a la clasificación de suelos que tienen y también les ayudó al establecer su propuesta de valor como startup.
“Nosotros vamos al fondo agroexportador, le entregamos un kit Paqta con lo cual ellos pueden recopilar una muestra de suelo agrícola, o varias muestras de suelo. Nosotros analizamos los fragmentos de ADN y hacemos una comparación con las muestras que tenemos en la base de datos, así podemos saber qué funciones le faltan a ese suelo y cuál sería la mejor combinación de bacterias benéficas que ayudarán a que ese suelo recupere sus funciones. Nosotros propondríamos estas formulaciones al cliente y se le entregaría una formulación líquida de biofertilizante en la cantidad requerida, la cual hemos calculado sería de aproximadamente 4 o 5 litros por hectárea”, explica Balta.
Se habla en futuro de la formulación química debido a que esa parte del proceso aún no ha sido realizada, debido a que es un procedimiento bastante costoso. Por ello, se encuentran actualmente en la búsqueda de financiamiento, mientras que al mismo tiempo afinan su base de datos. Contaron con un financiamiento, tanto del fundo como de la universidad, pero señalan que las técnicas de secuenciamiento son muy costosas.
Debido a esto es que buscan acercarse un poco a las grandes industrias agrícolas, las que obviamente tienen los recursos necesarios como para pagar un método que está empezando a desarrollarse en Perú.
La solución que plantea esta startup podría ayudar a culminar con el ciclo vicioso del fertilizante, pues muchos productores utilizan esta solución, ven que obtienen resultados y continúan utilizando fertilizante mientras que van afectando y matando la diversidad de microorganismos del suelo.
“Es muy difícil ver qué es lo que está pasando debajo del suelo y más aún saber qué efectos en realidad va a tener este impacto en el suelo para ti y para el resto de agricultores de acá a 20 o 30 años. Las bacterias del suelo guardan relación directa con la salud de la planta, si tienes menos diversidad bacteriana, el suelo va a ser menos fértil, va a tener menos funciones y entonces va a necesitar más fertilizantes. Al echar más fertilizantes reduces la diversidad de bacterias y con ello, las funciones del suelo, por lo que será necesario un mayor uso de fertilizantes, cumpliendo así el ciclo vicioso”, explica Alen.
Hacia París con el iGEM 2024
Sobre su participación en el iGEM, Rosa Barrera, de 25 años y quien está cursando el noveno ciclo en la carrera de Biología, señala que comenzó a aprender sobre startups y transferencia tecnológica para poder llevar a más el proyecto que desarrollaron en el 2022.
Su participación de este año está en la rama del
iGEM 2024 dedicada a startups. En este compites con todos los equipos que ya pasaron por el concurso en el que se desarrolla el proyecto con el equipo grande, pues lo que esta rama busca es que puedas
validar y vender tu propuesta.
Consta de tres fases, la primera tuvo lugar en el mes de abril, en el que se distribuyeron a los participantes en dos grupos. Paqta se encontró en la corte de América, en la que competían con equipos de Estados Unidos, Canadá, Brasil y México. Tuvieron todo el mes de abril para desarrollar la propuesta y obtener las herramientas de negocio necesarias y cuando expusieron su propuesta recibieron el premio a la mejor presentación.
Actualmente se encuentran en la segunda fase, la de mentoría, en la que el concurso les asigna un mentor. En este caso, su mentora es una especialista en transferencia tecnológica de Lituania, quien los acompañará tres meses asesorándolos en todo lo relacionado a la presentación y el sistema de negocios. Por otro lado, cuentan con tres asesores oficiales: Mirko Zimic, Pascal Ascencio e Irving Rivera.
La fase final del concurso será en octubre de este año, en la que los 5 equipos elegidos a nivel mundial podrán exponer su proyecto en un showcase en París.
El premio de esta competencia es el financiamiento de los días de conferencia de la iGEM, la cual usualmente cuesta aproximadamente 600 dólares por persona. Además, el ganador tendrá la posibilidad de tener un stand con el nombre del equipo y la posibilidad de exponer la idea de negocio frente a otras empresas y startups de nivel mundial.
Paqta es el único equipo peruano que ha llegado a esta etapa del iGEM y los tres miembros declaran estar muy orgullosos y felices de ese logro, pues se trata de un trabajo de años, en el que todos han puesto de su parte y han estudiado para poder impulsarlo una vez contaran con los conocimientos suficientes.
Además, su participación brinda luz al capital biológico y genético que tiene el Perú y evidencia que hay muchas opciones para la agricultura en lo que respecta a la parte ambiental. Si bien existen muchos problemas en está área en nuestro país, estas pueden verse como oportunidades para buscar mejoras y soluciones.