Para muchas personas, la primavera es sinónimo de vitalidad, un renacer tras los días fríos y grises del invierno. Jóvenes, que durante meses se sintieron atrapados en la monotonía de las bajas temperaturas, ahora sonríen con entusiasmo, despertando con más ánimo y energía para afrontar sus actividades diarias. El sol que antes se ocultaba ahora brilla más alto, y con él parece elevarse el espíritu de quienes disfrutan de esta nueva temporada.
Sin embargo, no todos los jóvenes reciben la primavera con los mismos brazos abiertos. Para algunos, el cambio de estación trae consigo una sensación de oposición. Mientras el mundo a su alrededor se llena de vida, ellos experimentan desmotivación, cansancio y una falta de energía que resulta difícil de explicar.
De acuerdo con la especialista, el contraste entre su propio estado de ánimo y el bullicio primaveral puede generar frustración, como si no estuvieran sincronizados con la alegría que parece impregnar el ambiente.
¿A qué se debe esto?
Para Caycho, esto sucede en parte porque la primavera en el Perú llega en un momento en que muchas personas ya experimentan cierto agotamiento acumulado por las actividades de los meses anteriores y la presión de cerrar bien el año, sumado a los efectos que ha dejado el invierno en su bienestar.
El cambio de temperatura, tras una larga estación fría, puede influir en el estado de ánimo de los jóvenes, particularmente en aquellos que se encuentran bajo presión académica. Durante las primeras semanas, este grupo suele enfrentar situaciones de estrés, somnolencia, bajo ánimo o tristeza inexplicable. Síntomas que irán mejorando progresivamente conforme el cuerpo se adapte a esta nueva estación.
“Cuando uno se desadapta al entorno generalmente hay un desequilibrio emocional. Por ejemplo, si en el invierno estuviste tranquilo y ya te estabas adaptando a la situación, este cambio de estación puede hacer que te irrites, te pongas ansioso, que tengas cambios en tus horarios para levantarte o dificultad para estar más activo el resto del día”, comentó a la Agencia Andina.
¿La primavera afecta las hormonas?
Como dice el popular refrán “la primavera la sangre altera”, la llegada de esta estación puede influir en ciertas hormonas y neurotransmisores. El incremento en las horas de luz natural estimula la producción de serotonina y reduce la de melatonina, hormonas esenciales para regular los ciclos de sueño-vigilia, el nivel de energía y el estado de ánimo.
Estos cambios hormonales pueden generar en algunas personas un mayor bienestar emocional, haciéndolas sentir más alegres, con mejor ánimo y ganas de realizar diversas actividades. Sin embargo, en otras, la reducción de las horas de sueño puede provocar una apatía transitoria, acompañada de tristeza, cansancio e insomnio.
En esa línea, la especialista de EsSalud indicó que, tanto el aumento de energía como la apatía inexplicable son situaciones normales y transitorias que podemos experimentar con el inicio de la primavera.
Aumento de episodios maníacos
La primavera también puede tener un impacto considerable en las personas con trastorno bipolar, dado que los cambios de estación tienden a influir en su estabilidad emocional. En particular, se ha observado que las personas con este trastorno presentan una mayor recurrencia de episodios maníacos durante las primeras semanas.
De acuerdo con Ana Maria Zamalloa Torres, psiquiatra del Hospital Nacional Víctor Larco Herrera, es más probable que estos pacientes experimenten un aumento de energía y euforia en primavera, en contraste con el letargo o la desmotivación que predomina durante el invierno.
“Si una persona ha tenido depresión o tiene depresión de manera recurrente, pacientes bipolares o de otros trastornos afectivos, tienen mayor tendencia a cambiar su ánimo en los cambios de estación. Por ejemplo, en la entrada de primavera se pueden ver un poco más alegres o motivados, comparado con la llegada del invierno en la que se mostraban más desganados”, precisó.
Aunque las recaídas pueden ocurrir a pesar de estar en tratamiento, es importante no asumir que la medicación haya dejado de ser efectiva. Los cambios estacionales, y no necesariamente la falta de adherencia al tratamiento, pueden ser los responsables de estas fluctuaciones en el estado de ánimo. Por ello, recomendó un monitoreo constante y un enfoque proactivo en el manejo de la enfermedad, para evitar complicaciones más serias.
Señales de alerta
Entre las señales de alerta que indican que el estado de ánimo puede estar siendo afectado por la primavera, se encuentra la sensación de cansancio y debilidad al despertar, falta de energía a lo largo del día, problemas para dormir, pérdida de apetito o una apatía social marcada.
Además, la irritabilidad y los cambios emocionales repentinos, como ansiedad o llanto inesperado, son otros signos importantes. Algunos jóvenes también pueden experimentar cefaleas y dolores musculares, asociados a esta adaptación estacional.
Para afrontar estos síntomas y evitar una afectación prolongada del estado emocional, se recomienda trabajar en el autocuidado y la automotivación. Recuerda que los pensamientos también juegan un papel importante en tu proceso de recuperación.
Asimismo, la actividad física es clave para la liberación de hormonas como la dopamina, que está vinculada a la sensación de bienestar. Cambiar de rutina, acompañado de una alimentación saludable y horas de sueño adecuadas, también ayudará a mejorar nuestro estado de ánimo.