La mirada optimista de Víctor Saras Amiquero esconde la gran tristeza que lleva en el alma. Con mucha resiliencia contó que la gente del valle de los ríos Rímac, Ene y Mantaro (Vraem) vivió una pesadilla por culpa del terrorismo, y sumado a una fatal pérdida familiar decidió plasmar esa realidad en el único título que se atrevió a publicar: “Historia de comités de autodefensa del VRAE”.
“Tuve la necesidad de escribir este libro por lo que sufrimos a manos de Sendero Luminoso (SL). Hubo mucha violencia, pero en un momento, el pueblo tomó la decisión de levantarse y frenar a esos sujetos. Lamentablemente, tuvimos una respuesta. Ellos me pusieron en una lista y atacaron a mi esposa, que llevaba en sus brazos a mi hijo menor, de tan solo un año. Ambos murieron y me quedé con mi hijo mayor, que tenía 12”, describió el adulto mayor.
Perseverancia
Víctor nació el 20 de marzo de 1943, en el distrito de Tambo, provincia de La Mar, departamento de Ayacucho. Sus padres, Germán Saras y Salomé Amiquero, le enseñaron el valor de la agricultura, pero deseaban que su pequeño salga del campo y expanda sus horizontes. Por eso, en 1956 viajó a Lima, donde terminó su primaria y continuaría con la secundaria, en el colegio Raúl Porras Barrenechea, pero por problemas económicos no pudo cumplir su objetivo.
Trabajó de forma constante hasta que en 1968 volvió a su amado Ayacucho, estableciéndose en la zona del Vraem para cosechar diversos productos. En su camino, apareció Marcelina Zapata Vargas, quien se convirtió en el amor de su vida y formó un hogar.
Sin embargo, la tragedia llegó a manos de SL, que le arrebató a su esposa y menor hijo. “En 1987, la atacaron. Quedé sumergido en la pena, pero tenía que sacar fuerzas para darle todo a mi hijo. Un día, esos sujetos cayeron. Luego, asimilé el dolor y no paré de trabajar, hasta que mi niño se convirtió en maestro, él me ayudó a editar mi libro”, relató.
Amor por el Vraem
El escritor del Vraem también plasmó su amor por su amado Ayacucho, más aún cuando fue uno de los primeros habitantes del distrito de Samugari. En su libro también se puede conocer las costumbres y tradiciones que se crearon en su localidad, gracias a los conocimientos de los peruanos que llegaron de diferentes partes del país.
“Nosotros seguimos trabajando porque queremos que las personas entiendan en el Vraem pueden venir a hacer turismo, que tenemos productos para el mundo, como el cacao y el café; y que llevamos los colores de la bandera en nuestros corazones”, enfatizó el hombre que cumplió 81 años en marzo.
Maestro panadero
Don Víctor es usuario de Pensión 65 y desde que se sumó al programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), lidera diferentes grupos de trabajo, como fuente de inspiración por su historia.
Uno de los equipos se dedica a la preparación de panes. Con apoyo de la Municipalidad de Samugari y la Asociación Federación Club de Madres de Samugari, realizan su producción en el Módulo de procesamiento de la localidad. En este emprendimiento están involucrados otros usuarios de Pensión 65, que han mejorado su calidad de vida.
(FIN) NDP/LZD