Aunque las vacaciones sean una época de descanso y relajación para los escolares, muchos padres de familia y tutores se interesan porque los niños, niñas y adolescentes del hogar inviertan su tiempo en recuperar el terreno perdido en algún curso y comiencen el próximo año escolar con pie derecho.
La asesora pedagógica del colegio de la Inmaculada, Ximena Pastor, señaló que este tiempo libre es perfecto para reforzar esos conocimientos que se vieron durante el año.
“Sin la presión de exámenes y tareas, el verano es una oportunidad para que los estudiantes se enfoquen y disfruten aprendiendo de manera efectiva. La clave está en establecer metas claras al inicio, identificando los retos por venir. Seguir estas recomendaciones ayudará a crear rutinas que favorezcan el aprendizaje”.
La especialista precisó que no se les debe obligar a pasar todo el verano leyendo libros o frente a un escritorio. La clave, dijo, está en hacer del aprendizaje algo divertido y práctico a través de juegos educativos, vídeos interactivos, ejercicios creativos o hasta pequeños retos diarios pueden marcar la diferencia.
“Lo importante es dedicarles un espacio adecuado para que refuercen lo aprendido, sin estrés, a su propio ritmo y con herramientas modernas que realmente capten su interés”, explica Pastor.
Tips para un aprendizaje divertido
Aprender jugando: Existen aplicaciones, juegos educativos y recursos en línea diseñados para que los niños refuercen conceptos clave mientras se divierten. Desde desafíos interactivos como Sudoku hasta acertijos o trivias educativas, estas herramientas hacen que el aprendizaje sea parte del juego.
Estudio práctico y creativo: Dedicar solo una o dos horas al día a actividades como resolver problemas, repasar temas pendientes o practicar lo aprendido en el año puede marcar una gran diferencia. Además, se puede complementar esto con actividades creativas, como proyectos caseros que involucran temas vistos en clase.
Recursos accesibles para todos: Bibliotecas digitales, vídeos educativos en plataformas gratuitas como Khan Academy o en YouTube, que ofrecen cursos y lecciones sobre diversos temas.
Fomentar el aprendizaje colaborativo: Organizar sesiones de estudio en familia donde tus hijos puedan compartir lo aprendido y explicarlo a los demás. Por ejemplo, hacer una "noche de preguntas" sobre los temas que están viendo en clase. Esto refuerza los conocimientos de manera divertida y fomenta el trabajo en equipo.
Mantener un ritmo relajado: No se trata de saturarlos, sino de encontrar un equilibrio a través de un horario ligero pero constante. Es ideal que los chicos mantengan el hábito del estudio sin sentirse abrumados. Así, llegan al próximo año escolar con más confianza y seguridad.
Para Diego Gallegos, coordinador pedagógico del colegio de la Inmaculada, equilibrar el tiempo de descanso y diversión con actividades que contribuyan al desarrollo integral de los menores abre la puerta a estos beneficios:
Evitar el temido “borrón y cuenta nueva”. Esto puede afectar materias claves como matemática, computación o inglés. Pero el verano no tiene que ser una pausa en el aprendizaje; al contrario, es una oportunidad perfecta para reforzar conocimientos de manera divertida y práctica.
Invita a tus hijos a aplicar lo que saben en actividades cotidianas. Calcular juntos el presupuesto para un paseo, leer un libro, analizar noticias, planificar rutas para una excursión o incluso diseñar un itinerario familiar. Estas pequeñas acciones mantienen sus habilidades frescas y los preparan para comenzar el nuevo año escolar con más confianza.
Crear hábitos que los llevarán lejos. Un poco de práctica diaria refuerza la disciplina y los convierte en estudiantes autónomos, capaces de enfrentarse a cualquier desafío con seguridad y determinación. Estas características son esenciales para el éxito académico.
Prepararlo para destacar en el nuevo año escolar. Revisar lo aprendido y avanzar a los nuevos temas convierte a los niños en pequeños gigantes académicos.
“Con la combinación adecuada de estudio y recreación, niños y adolescentes podrán regresar al colegio más seguros de sí mismos, listos para enfrentar nuevos retos y con habilidades que marcarán la diferencia en su desempeño escolar”, finaliza Gallegos.