Seis días después de eliminar al Chelsea en la Copa de Inglaterra con una victoria por 2-1, el Brighton volvió a hacer trizas al equipo de Enzo Maresca en el AMEX Stadium. Esta vez, con un contundente 3-0 que dejó al cuadro londinense tambaleando en su lucha por la clasificación a la próxima Champions League.
El equipo dirigido por Fabian Hurzeler, aún en proceso de adaptación tras la salida de Roberto De Zerbi, encontró en este triunfo el alivio que necesitaba tras dos derrotas consecutivas en la Premier League. Los ‘seagulls’ revivieron su ambición europea y se colocaron a cuatro puntos de la zona continental, mientras que el Chelsea, que ocupa la cuarta plaza, podría perder su puesto si el Manchester City vence al Newcastle en esta jornada.
Mitoma, verdugo implacable
Si en la Copa de Inglaterra Kaoru Mitoma fue clave, en esta ocasión volvió a demostrar su olfato asesino. El japonés inauguró el marcador antes de la media hora con un gol que expuso las carencias defensivas de los ‘blues’. Un saque largo del meta Bart Verbruggen encontró a Mitoma, que superó con facilidad a Trevoh Chalobah antes de definir ante Filip Jorgensen. La escena reflejó la crisis de un Chelsea que apenas ha ganado dos de sus últimos nueve partidos en la Premier.
El intento de reacción visitante fue un espejismo. Ni Pedro Neto, ni Christopher Nkunku, ni Cole Palmer estuvieron a la altura. La única chispa ofensiva de los de Maresca fue un gol anulado a Enzo Fernández por falta previa.
Minteh sentencia y el Chelsea se desploma
El Brighton no tuvo piedad y amplió su ventaja en la segunda mitad con una actuación estelar de Yankuba Minteh. El gambiano, que ya había sido un dolor de cabeza en la Copa, firmó su primer gol con un disparo aprovechando un rechace en el área. El segundo llegó tras una combinación con Danny Welbeck, quien le dejó el balón servido para fusilar la portería de Jorgensen y colocar el 3-0 definitivo.
El Chelsea, desorientado y sin respuestas, apenas generó peligro. Un disparo al palo de Joel Veltman estuvo a punto de convertirse en el cuarto para el Brighton, mientras que Nkunku desperdició la única opción clara de su equipo. La desesperación de Maresca desde la banda era el reflejo de un Chelsea sin brújula, sin argumentos y sin soluciones.
El pitazo final dejó dos realidades opuestas. Para el Brighton, la esperanza de un resurgir en la Premier League y la confirmación de que el AMEX Stadium vuelve a ser su fortaleza. Para el Chelsea, otro golpe duro que lo deja contra las cuerdas en su pelea por Europa. Y con la certeza de que, en este momento, el Brighton es su peor pesadilla.