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Ray Liotta, el niño que quería ser un gángster en "Buenos Muchachos" [video]

Ray Liotta en el mejor papel de su vida: el gángster Henry Hill en "Buenos Muchachos". Foto: Captura de Pantalla

Ray Liotta en el mejor papel de su vida: el gángster Henry Hill en "Buenos Muchachos". Foto: Captura de Pantalla

17:16 | Lima, may. 26.

“Para mí, ser gangster era mejor que ser presidente de los EE. UU.”, decía Ray Liotta como parte de ese inolvidable monólogo que Henry Hill, su personaje, recitaba en el opening de una de las joyas de Martin Scorsese, “Buenos Muchachos”, donde Liotta no desencajó en medio de dos titanes como Robert de Niro y su majestad Joe Pesci.

Entre un galán engominado y un tipo que si se enfadaba era capaz de hacer brotar gotas de sangre de sus ojos, ese era Liotta. Un actor que encajó a la perfección en esta historia lúgubre que llegó a las salas de cine en 1990 y que dejó pegados en sus asientos a todos los espectadores, desde el momento en el que salió en pantalla esas letras que tanto morbo produce: “Esta película está basada en hechos reales”.


Henry Hill, fue un gángster vinculado a la mafia italiana y estuvo involucrado en uno de los robos más sonados de la época: el gran robo a la poderosa aerolínea Luftansa, el mayor robo jamás cometido en suelo americano, 5,875 millones de dólares (algo más de 20 millones al cambio de hoy).



Liotta, quien fue hijo de un irlandés-americano y una siciliana-americana era perfecto para el papel que, al final, lo catapultó a ser una de las estrellas del momento, pero cuyo éxito lo encasilló como el rostro de la mafia italoamericano, y que, por ese recuerdo, solo pudo protagonizar películas de menor nivel.

“Buenos Muchachos” se convirtió en un clásico instantáneamente, consiguiendo varias nominaciones al Oscar (ceremonia en el que Pesci se coronó con el premio a Mejor Actor de Reparto), y es, hasta la fecha, una de las películas de mafiosos más vistas y veneradas desde El Padrino.

Todos vimos crecer a Henry Hill, todos deseamos, como él, ser un gángster en suelo americano, todos recibimos los latigos de su padre por faltar meses a la escuela, todos nos enamoramos del papel de Lorraine Bracco y su bella interpretación de Karen Friedman y ese paso maratónico por el bar Copacabana, donde se aprecia uno de los mejores planos secuencia de la historia del cine.


Hoy el cine está de luto y este no es un réquiem por Ray Liotta, ni un recuerdo del trabajo de este gran actor que el cine nos regaló, tampoco es un triste recuerdo de un época mejor. Si hay algo de cierto en eso de que a un actor se le conoce y reconoce por sus personajes, entonces este es el rendido recuerdo a uno de los personajes más queridos del cine, porque si hay un gángster en el cielo, si hay un mafioso italoamericano al lado de Dios, ese es el Henry Hill de Ray Liotta.

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(FIN) LIQ

Publicado: 26/5/2022