El movimiento es inusitado: camisetas celeste y blanco o azul, banderas, buses y cánticos como saludo improvisado se observan este sábado en Asunción, una ciudad de 520.000 habitantes que acoge la final única de la Copa Sudamericana entre Racing y Cruzeiro, que además de su fútbol trajeron a sus fieles fanaticadas.
La capital paraguaya, que desde 2019 no vivía una fiesta deportiva similar tras la final entre Independiente del Valle y Colón, se alistó para la llegada de unos 60.000 visitantes, entre ellas las 45.000 almas que colmarán el estadio General Pablo Rojas, "La Nueva Olla".
Los aficionados han agotado todos los recursos para llegar a la cita que se disputará con una temperatura estimada de 37 grados centígrados.
En avión, autobuses, vehículos particulares e incluso cruzando en lancha por los puntos limítrofes se han observado a aficionados, muchos de los cuales seguirán desde cuatro grandes pantallas instaladas en la ciudad el compromiso entre dos viejos rivales, que ya se habían encontrado en la instancia decisiva de la extinta Supercopa Sudamericana, en 1988 y 1992.
La fiesta entre el jueves y viernes se ha apoderado del microcentro capitalino y la Costanera, una avenida que bordea el río Paraguay, pero también los comercios viven su agosto con numerosos turistas recorriendo tiendas y aprovechando la espera para comprar.
Racing, una pasión desbordada
El regreso, 32 años después, del equipo de la ciudad de Avellaneda a una final internacional ha marcado un hito para uno de los clubes más importantes de Argentina y así lo han vivido sus seguidores, quienes han llegado en masa a Paraguay.
Con una pancarta con la fotografía de su padre fallecido y luciendo la camiseta de Racing, Andrea Cardozo contó a EFE que viajó 30 horas desde Buenos Aires para apoyar al equipo del que asegura su "viejo" la hizo hincha, al igual que a sus hermanos y a ocho de sus nueve "pibes", ya que admitió que uno de ellos se "desvió" y sigue a River.
"Venimos sin entrada, venimos a bancar a Racing", confesó esta mujer, que, junto a sus familiares, invirtió alrededor de 1.000 dólares en este periplo.
También desde la capital argentina arribó Darío González, quien pasó la noche en el "micro" estacionado sobre la Costanera Norte tras más de 26 horas de viaje y quien esperaba, entre el incesante sonido de una batucada, por el pitido inicial.
Cruzeiro, por el renacimiento
Del otro lado de la ciudad, sobre la Costanera Sur, se encontraba la hinchada de Cruzeiro distribuida en más de una veintena de buses.
Mishel Mara, una joven de 20 años, aseguró a EFE que recorrió en 38 horas más 1.800 kilómetros desde su natal Belo Horizonte, en su primer viaje internacional, siguiendo al Cruzeiro.
"Nosotros acá los 12.000 cruzeirenses vamos a representar a los tres millones de cruzeirenses", señaló a EFE esta aficionada, para quien este "es un momento de renacimiento para el club".
Leandro, otro de los seguidores de La Bestia Negra, se mostró emocionado por haber salido por primera vez de Brasil para "acompañar a su más grande amor".
"Es una sensación única, es algo que yo no creo que viviría años atrás", refirió.
Cifras oficiales
El jefe del Departamento de Operaciones del grupo Lince de la Policía Nacional, Marcos Godoy, explicó a EFE que prevén la llegada de entre 100 y 150 buses brasileños a la Costanera Sur, espacio exclusivo para la hinchada brasileña, el cual será resguardado por unos 600 agentes motorizados.
Hasta el mediodía del sábado, la Dirección Nacional de Migraciones contabilizaba la llegada de 189 buses, entre privados y de transporte de pasajeros, a través de los puestos limítrofes de Puerto Falcón, Ciudad del Este, Encarnación y Salto del Guairá, así como miles de personas "cruzando en vehículos particulares y haciendo trasbordo en los cruces" fronterizos.
El esquema de seguridad, por tierra y airea, incluye a unos 7.000 policías y un grupo de militares como apoyo.