Andina

Nació en Apurímac, estudió en la UNI y ganó el premio Por las mujeres en la Ciencia 2024

La doctora Luz Esmeralda Román desarrolla telas antimicrobianas y con protección a la radiación UV

La doctora Luz Esmeralda Roman se especializó en funcionalización de materiales poliméricos naturales o sintéticos con nanopartículas de óxidos semiconductores.

07:00 | Lima, dic. 4

Por: María Fernández Arribasplata

¡Merecido reconocimiento! A los 37 años, la doctora Luz Esmeralda Román ganó el premio regional UNESCO - L'Oréal Por las Mujeres en la Ciencia 2024, concurso que busca reconocer la labor de la mujer investigadora. Estudió ingeniería textil en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y se especializó en el desarrollo de textiles funcionalizados con tecnología y sostenibilidad. Hoy su historia motiva a más niñas, adolescentes y jóvenes a seguir el camino de las ciencias.

Desde pequeña era muy curiosa, quería saberlo todo y encontró en las coloridas telas que su mamá compraba en la provincia de Grau - Apurímac, su tierra natal, cierta fascinación y comenzó a preguntarse: ¿Cómo se hacían las telas? ¿Qué materiales se utilizan?, entre otras interrogantes que ella misma buscaba resolver.

Fue así cuando cursaba el cuarto año de secundaria que decidió estudiar ingeniería textil, carrera que descubrió gracias a uno de los libros que su papá le dio para leer. "Carreras del Perú a nivel nacional", se llamaba el texto que le abrió los ojos al mundo de las ciencias. 

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"En ese entonces, la UNI era la única universidad donde se dictaba la carrera y dije yo voy a entrar allí y seré una ingeniera textil. Mi proceso de preparación no fue fácil, yo venía de un colegio de provincia, entonces tenía que esforzarme más y luego de dos años de preparación, a los 19 años, ingresé a la UNI”, comenta a la Agencia Andina, la destacada investigadora Luz Esmeralda Román.


Todavía recuerda que en su salón de clases eran 15 mujeres y 60 varones; sin embargo, en ningún momento sintió alguna actitud machista o de discriminación por ser mujer. Todo lo contrario, comenta que entre todos se ayudaban. Luego de cinco años culminó con éxito su carrera y se graduó como bachiller en ingeniería textil.

De la industria a la investigación científica

Empezó a trabajar en la industria pero volvió a las aulas y laboratorios de la UNI para terminar su tesis universitaria y, sin proponérselo, ingresó al mundo de los textiles funcionalizados con propiedades antimicrobianas. En sus inicios trabajó con el peróxido de zinc, en marco de una investigación que lideró la doctora Mónica Gómez.

“La facultad de ciencias sintetizaba las nanopartículas de peróxido de zinc y nos daba a nosotras (a las de ingeniería textil) para aplicarlo en tela, pero nos dimos cuenta que ese no era el proceso correcto porque era difícil disolverlas. Se me presenta la oportunidad de aprender a sintetizar las nanopartículas y las dejaba ya suspendidas en un líquido y entonces se nos hacía más fácil aplicarlo en tela”, señala.

La investigadora también recuerda que las primeras pruebas antimicrobianas de esta tela de algodón con nanopartículas de peróxido de zinc las aprendió en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. 

“Se tenía que trabajar con mucho cuidado porque son microorganismos patógenos. Si tenía un descuido yo misma me podía enfermar”, explica la ingeniera textil. 

Con los resultados de este primer proyecto de investigación obtuvo el título profesional. Luego, junto a su equipo, empezaron a estudiar el óxido de zinc y a sintetizarlo de forma in situ, es decir, en presencia del material textil. Esta investigación le sirvió para obtener la maestría en Textil y Moda en la Universidad de Sao Paulo en Brasil. 

En el 2023, obtuvo su doctorado en Física en la UNI por su tesis “Estudio de las interacciones físico químicas del algodón y los óxidos de cobre en los textiles funcionalizados con propiedades antimicrobianas”.

Beneficios de los textiles funcionalizados


Para la investigadora peruana, cuando el óxido de cobre se aplica en tela le brinda propiedades antivirusidas, antimicrobianas y antifúngicas. Se puede usar este tipo de material donde hay alta carga bacteriana como son los hospitales y en lugares públicos donde hay bastante contacto.

“Tener materiales con esas propiedades nos ayuda bastante a prevenir y controlar esta propagación de enfermedades infecciosas”, señala.

Por otro lado, agrega la ingeniera textil, las telas con protección UV que también vienen desarrollando en la UNI, nos protegen de la radiación solar y podemos evitar el cáncer de piel.

“Hay radiación todos los días, en verano e invierno, por eso, tenemos que comenzar a usar prendas hechas a base de telas que absorban esta radiación o en todo caso dejen pasar muy poco a nuestra piel. Eso nos va ayudar”, indica.

La doctora Luz Esmeralda Román recuerda que, durante la pandemia, se escaló la producción de telas con óxido de cobre y se logró producir más de 1.000 metros de tela.

Para este 2024, junto a su equipo liderado por el doctor José Solis, director del Centro de Energías Renovables de la UNI, presentaron un ambicioso proyecto basado en el uso del óxido de zinc (ZnO), compuesto químico que tiene como propiedades: bloquear hasta el 97 % de la radiación ultravioleta y ser un elemento antimicrobiano. 

Se busca el escalamiento de la producción de telas de algodón y/o poliéster funcionalizadas con óxido de zinc con propiedades antimicrobianas y protección a la radiación UV que busca proteger a la población expuesta a la radiación solar; y aminorar el crecimiento de microorganismos en prendas de vestir.

Para su realización, el proyecto recibió un fondo de 500 mil soles de Prociencia, del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec).

“Ya tenemos todo listo, la documentación y todo lo necesario para transferir esta tecnología a la industria”, precisó la investigadora.

Premio a la Mujer en la Ciencia


El pasado 26 de noviembre, la doctora Luz Esmeralda Román recibió el premio "Por las Mujeres en la Ciencia 2024", un concurso impulsado por L'Oréal -UNESCO con el objetivo de reconocer el papel de las mujeres en la ciencia y destacar su contribución a la investigación y progreso de la sociedad.

En esta edición cuatro investigadoras de Colombia, Ecuador, Panamá y Perú fueron premiadas con 10,000 dólares cada una para apoyar y continuar sus proyectos científicos.

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Para postular a este concurso la doctora Luz Esmeralda Román presentó una innovadora investigación que viene desarrollando en la UNI. Se trata del diseño y caracterización de un nanocomposito de matriz polimérica para mitigar la bioincrustación marina en la acuicultura de conchas de abanico.

“La solución que se propone es aplicar en las linternas, o también conocidas como redes que se sumergen en el agua y se utilizan para cultivar conchas de abanico, productos antibioincrustantes con nanopartículas de óxido de zinc u óxido de cobre para inhibir el crecimiento de microorganismos y así mitigar la bioincrustación marina, un problema muy frecuente en el campo acuicola”, explica.

En el Perú, solo 3 de cada 10 investigadores registrados en el RENACYT son mujeres, y apenas el 25% de estudiantes en carreras de ingeniería son mujeres. Es por ello que recibir este reconocimiento la llena de orgullo y satisfacción.

“Es un honor inmenso, es una felicidad, una fuente de motivación para seguir trabajando en esta área de la investigación. Fueron muchos años de dedicación, de trabajo y a veces frustración también porque no todo sale como uno quiere, pero hay que seguir y esto me llena de orgullo, que mi trabajo haya sido valorado y que se pueda contribuir a la ciencia, especialmente en temas de textiles funcionales, sostenibles e innovación”, destaca emocionada la investigadora ganadora. 

 La doctora Luz Esmeralda Román también hace un llamado a la industria para que apuesten en la creación de sus áreas de investigación con apoyo de las universidades.

“La universidad tiene el conocimiento y la industria la práctica entonces hacer esa unión o esa sinergia nos va a ayudar a desarrollar en innovación y tecnología a nuestro país. Es lo que necesitamos ahora”, señala.

Finalmente, envía un mensaje motivador para todas las niñas y adolescentes que quieren seguir el camino de la ciencia.

“Crean en su potencial, sean curiosas y nunca dejen de hacer preguntas. La ciencia necesita de esa diversidad de ideas que cada una de ellas puede aportar. Es fundamental que se rodeen de personas y que busquen mentores que les den apoyo, que les den esa guía que se necesita. No se dejen de limitar  por estereotipos o barreras de género, además de eso hay que decir que el camino es desafiante, pero también es apasionante, lleno de recompensas, no solo personales, sino también un impacto positivo en la sociedad. Todo esfuerzo tiene mérito y hay que esforzarnos que a la larga va a haber un mérito, un reconocimiento tal cual yo lo he recibido”, concluye la destacada investigadora. 

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Publicado: 4/12/2024