Soñar despierto, conocido como "daydreaming", es una práctica común que puede estimular la creatividad y ayudar en la resolución de problemas. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva, puede afectar la concentración y la salud mental, advirtió Giovana Hernández, psicóloga de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).
Según la especialista, este fenómeno puede estar motivado por la necesidad de escapar de situaciones estresantes, resolver problemas o simplemente relajarse.
“El daydreaming es un proceso mental que permite a una persona alejarse temporalmente de la realidad para focalizarse en fantasías o escenarios imaginarios. Es un escape cognitivo, y es que la mente humana tiene una inclinación natural hacia la creación de escenarios alternativos que pueden ofrecer consuelo o un sentido de control sobre situaciones externas”, explicó Hernández.
Si bien soñar despierto puede ser una herramienta creativa, su abuso puede convertirse en una distracción perjudicial. “Cuando una persona se encuentra constantemente sumida en pensamientos internos que le impiden cumplir con sus responsabilidades o disfrutar de la realidad presente, el daydreaming deja de ser beneficioso”, advirtió la especialista.
Algunas señales de alerta incluyen la dificultad para concentrarse en actividades cotidianas, la preferencia por el mundo imaginario sobre las interacciones sociales, sentimientos de culpa por el tiempo dedicado a la fantasía y pensamientos recurrentes que generan angustia emocional, menciona.
Para Hernández, el equilibrio es importante: “Establecer límites de tiempo para la reflexión y la fantasía puede ser útil. En el contexto terapéutico, se puede trabajar en la reestructuración cognitiva para que los pensamientos se vuelvan más realistas y adaptativos. Además, fomentar actividades creativas, como la escritura o el arte, puede canalizar de manera saludable las tendencias al daydreaming”, señaló.
Asimismo, el mindfulness y otras técnicas de atención plena pueden ayudar a redirigir la concentración al momento presente, mejorando la productividad así como el bienestar emocional. Sin embargo, cuando el daydreaming interfiere con la vida diaria y genera malestar, buscar ayuda profesional es una opción recomendable para identificar las causas subyacentes y desarrollar estrategias de control, puntualizó la psicóloga de la UCSS.