Resiliencia financiera: SBS define retos para mantener la estabilidad del sector

Sistema peruano posee una fortaleza inherente, capaz de sortear fluctuaciones macroeconómicas

Informe de la SBS confirma la solidez de nuestras instituciones financieras, capaces de resistir escenarios adversos. ANDINA/Vidal Tarqui

Informe de la SBS confirma la solidez de nuestras instituciones financieras, capaces de resistir escenarios adversos. ANDINA/Vidal Tarqui

08:30 | Lima, jun. 2.

Por William Rios Rosales

El sistema financiero peruano tiene desafíos latentes que exigen vigilancia constante y una mirada atenta a la microesfera, con la digitalización y la gestión de riesgos.

El “Informe de Estabilidad del Sistema Financiero” de marzo del 2025, emitido por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), ofrece una radiografía detallada y, en gran medida, tranquilizadora de la salud de nuestras instituciones financieras. 

A primera vista, los datos sugieren una fortaleza inherente, capaz de sortear las fluctuaciones macroeconómicas y los desafíos externos que caracterizan el panorama global y local, señala informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.

Sin embargo, una lectura más profunda revela que la estabilidad actual es el resultado de una gestión prudente y de marcos regulatorios robustos, pero también de una dinámica económica global y local que exige una vigilancia constante, una adaptación proactiva y una capacidad de anticipación a nuevas amenazas. 




La solidez aparente no debe llevarnos a una complacencia que impida ver las grietas potenciales en el andamiaje, especialmente aquellas que emergen del comportamiento de los agentes más pequeños del sistema, de la interconexión con las tensiones globales y de la rápida evolución tecnológica.

El informe inicia su análisis con un exhaustivo contexto macroeconómico, fundamental para comprender el telón de fondo sobre el que opera el sistema financiero.

La economía global se mueve en un delicado equilibrio, con una inflación que, si bien muestra signos de moderación en algunas economías avanzadas, sigue siendo una preocupación persistente y un factor de incertidumbre para la toma de decisiones de inversión y consumo a nivel mundial.

Políticas monetarias


Las políticas monetarias restrictivas implementadas por los bancos centrales más influyentes, como la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos y el Banco Central Europeo, continúan generando ondas expansivas que llegan hasta nuestras costas. 

La subida de tasas de interés a nivel global, aunque necesaria para contener la inflación, inevitablemente impacta en los costos de financiamiento para las empresas y los hogares peruanos, ejerciendo presión sobre la liquidez, la capacidad de pago y, en última instancia, la calidad de la cartera crediticia. Este entorno de “tasas altas por más tiempo” exige una calibración cuidadosa de las estrategias financieras por parte de las entidades.

En el ámbito doméstico, la economía peruana navega por un camino de recuperación gradual, consolidándose tras períodos de turbulencia, pero no exento de incertidumbres. La inflación local, aunque contenida por la acertada política monetaria del Banco Central de Reserva (BCR), sigue siendo un factor por monitorear, especialmente en su impacto en el poder adquisitivo del consumo y en los márgenes de las empresas. 

Las proyecciones de crecimiento económico, aunque positivas y que auguran una expansión, están sujetas a riesgos asociados a factores externos, como la desaceleración de socios comerciales clave o las fluctuaciones en los precios de los metales, y a factores internos, como la fluctuación de la inversión privada, la implementación de grandes proyectos de infraestructura y el siempre presente clima político.

Este escenario mixto, con luces y sombras, es el que define el entorno de operación de bancos, aseguradoras y fondos de pensiones, y demanda una gestión de riesgos muy sofisticada.

Estrés de solvencia


Un aspecto central del informe es el análisis de resistencia del sistema financiero, mediante ejercicios de estrés de solvencia y liquidez. Estas simulaciones son cruciales porque ponen a prueba la capacidad de las entidades para absorber choques severos, como una recesión económica profunda, un aumento significativo de la morosidad o una crisis de liquidez repentina y a gran escala. 

Los resultados presentados, en general, son alentadores y ofrecen una señal de confianza. La banca peruana, en particular, demuestra tener colchones de capital adecuados, superando los requerimientos regulatorios, y una gestión de riesgos robusta que le permitiría enfrentar escenarios adversos sin comprometer su solvencia ni su capacidad de cumplir con sus obligaciones. 

Esta resiliencia es el producto de años de regulación prudencial implementada por la SBS y del propio aprendizaje y adaptación del sector frente a crisis pasadas, lo que ha cimentado una cultura de cautela y disciplina necesaria. Es este andamiaje el que permite que el sistema opere como un pilar de estabilidad económica.

Sin embargo, la resiliencia no es sinónimo de invulnerabilidad. El Recuadro 1 del informe, que aborda las “Tensiones comerciales: desarrollos recientes y principales canales de transmisión hacia la economía y el sistema financiero peruano”, subraya la importancia crítica de los riesgos externos. 

En un mundo interconectado y globalizado, las disputas comerciales entre grandes potencias, las interrupciones imprevistas en las cadenas de suministro globales o las fluctuaciones volátiles en los precios de los commodities clave para nuestra economía pueden tener un impacto directo y significativo en nuestra economía nacional. 

Choques


Estos choques externos pueden afectar las exportaciones, la inversión, el empleo y, consecuentemente, la capacidad de pago de los deudores tanto corporativos como minoristas. Aunque el informe evalúa cómo estos choques se transmiten a través de diversos canales, la constante evolución y la imprevisibilidad de estas tensiones exige una vigilancia activa y una capacidad de respuesta rápida y coordinada por parte de las autoridades reguladoras y las propias entidades financieras, reforzando la necesidad de planes de contingencia dinámicos.

En este punto, es vital poner el foco en la microesfera del sistema, donde las decisiones individuales se agregan para formar tendencias macro. El informe dedica una sección relevante al comportamiento de las tasas de interés, diferenciando entre “deudor nuevo” y “total”.

Esta distinción es fundamental y merece una atención especial. Si bien las tasas promedio de colocación de crédito pueden ofrecer una visión general del costo del financiamiento, la dinámica de las tasas para nuevos deudores, que reflejan las condiciones de acceso al crédito para quienes ingresan al sistema o buscan nuevos financiamientos, es un termómetro más preciso de la inclusión financiera, de la competitividad del mercado y del costo real del endeudamiento para los segmentos más vulnerables de la población y las pequeñas y medianas empresas.

Costos


Un incremento sostenido en las tasas para nuevos deudores podría significar un obstáculo significativo para el acceso al financiamiento, limitando el crecimiento de pequeñas empresas, el consumo de los hogares y, en última instancia, el dinamismo económico.

La mención de metodologías para calcular estas tasas, incluyendo la selección de deudores antiguos con comportamientos similares a los nuevos, es un paso valioso para un análisis más fino y una supervisión más orientada a la protección del usuario y la promoción de un acceso equitativo al crédito.

Además, el monitoreo del riesgo de mercado, particularmente el “Riesgo de Mercado (Tasa de interés)” analizado en el Recuadro 2, es crucial en un entorno de alta volatilidad.

Las fluctuaciones inesperadas en las tasas de interés pueden impactar significativamente el valor de los activos y pasivos de las instituciones financieras, afectando directamente su rentabilidad, su posición patrimonial y su solvencia. Si bien los ejercicios de estrés demuestran la capacidad de las entidades para resistir estos choques teóricos, la realidad del mercado es dinámica y los escenarios extremos pueden materializarse con mayor frecuencia o intensidad de lo esperado.

La capacidad de las entidades para gestionar activamente sus descalces de plazos, sus posiciones de tasa de interés, y sus exposiciones a instrumentos financieros derivados, será clave para mantener la estabilidad y mitigar pérdidas inesperadas. Esto implica no solo un cumplimiento regulatorio, sino también una gestión proactiva y sofisticada de los portafolios.




Mirando hacia adelante, el sistema financiero peruano enfrenta retos continuos que van más allá de los ciclos económicos. La digitalización, si bien ofrece oportunidades inmensas de inclusión, eficiencia operativa y acceso a nuevos mercados, también introduce nuevos y complejos riesgos. La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación primordial, con la amenaza constante de ataques informáticos que pueden comprometer la información de clientes, interrumpir operaciones y generar pérdidas millonarias. 

Monitoreo


La estabilidad del sistema financiero no es solo una cuestión de números, balances contables y ratios prudenciales, sino que tiene un impacto directo y palpable en la vida cotidiana de los ciudadanos. 

Un sistema sólido y bien capitalizado garantiza que las personas puedan acceder a crédito para sus viviendas, sus negocios, su educación o incluso para enfrentar emergencias; que sus ahorros estén seguros y protegidos; y que puedan protegerse a sí mismos y a sus familias a través de productos de seguros.

En este sentido, la labor de supervisión y regulación de la SBS, combinada con la prudencia y la responsabilidad de las propias entidades financieras, es un pilar esencial no solo para el desarrollo económico del país, sino también para el bienestar social y la confianza de la población en sus instituciones. La resiliencia no es un estado estático, sino un proceso dinámico de adaptación y mejora continua.

El informe de marzo del 2025 nos muestra un sistema financiero peruano robusto, capaz de navegar en aguas turbulentas y de absorber choques. Sin embargo, la complacencia es el peor enemigo de la estabilidad.

Es imperativo mantener una vigilancia constante sobre las tensiones macroeconómicas globales y locales, así como una atención particular a la dinámica de las tasas de interés para los nuevos deudores, a la gestión del riesgo de mercado y a los desafíos emergentes de la digitalización. 

Solo a través de esta atención continua, una regulación ágil y una adaptación proactiva por parte de todos los actores involucrados, podremos asegurar que el pulso financiero del Perú siga siendo fuerte, vibrante y un motor fundamental para el crecimiento sostenible y la mejora de la calidad de vida de todos los peruanos. La salud financiera del país es un bien público que requiere el compromiso y la visión de todos.

Datos


- La SBS ha estado atenta a estos desafíos, desarrollando marcos regulatorios que promuevan la innovación (como la banca abierta) sin comprometer la solidez, la seguridad y la protección al consumidor. 

- La capacidad de las entidades para adaptarse a la evolución tecnológica, invertir en infraestructura de ciberseguridad robusta, capacitar a sus clientes en el uso seguro de plataformas digitales y desarrollar estrategias de resiliencia operativa será fundamental para asegurar un futuro financiero digitalmente seguro y confiable.

- Además, la aparición de criptoactivos y otras tecnologías financieras emergentes presenta nuevos desafíos regulatorios que la SBS deberá seguir abordando con visión de futuro.

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(FIN) DOP/SDD 
JRA


Publicado: 2/6/2025