Especialistas del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSN-SB) retiraron un metal punzocortante que ingresó por accidente por la parte superior del ojo derecho de un niño de 3 años y que penetró a una zona profunda del cerebro, logrando que el menor vuelva a caminar y sonreír, informó la institución.
El hecho ocurrió mientras el pequeño jugaba cerca a su casa, en el anexo de Bellavista, distrito de Carhuanca, provincia de Vilcashuaman, en la región Ayacucho. Su madre Lidia Rojas Huaraca contó que en un descuido el pequeño jaló algo que estaba en un desmonte de construcción y este se le vino encima.
El pequeño fue referido al Instituto desde el Hospital Regional de Ayacucho, ingresando por Emergencia en agosto del año pasado. Debido a su delicado estado, los médicos de turno decidieron intervenirlo de inmediato pues había el riesgo de que perdiera la vista y se quería evitar que el objeto punzocortante ocasione un daño irreversible a nivel neurológico o incluso la muerte.

Durante cerca de tres horas el equipo de neurocirujanos liderado por el doctor José Flores Sánchez, como cirujano principal, hizo lo posible para salvar al menor, quien presentaba un traumatismo craneoencefálico penetrante ocasionado por un objeto metálico punzocortante de aproximadamente 10 centímetros, que ingresó hasta una zona profunda del cerebro.
“El objeto ingresó a la cavidad intracraneal a través de la órbita del ojo, en el borde superior, desplazando las estructuras y el techo de la órbita, perforando la dura madre y llegando a una zona profunda del cerebro, en la región de los ganglios basales del lado contralateral”, explicó Flores.
Señaló que pacientes con traumas similares generalmente fallecen en el acto o quedan con graves secuelas a nivel neurológico, pues además fue operado después de varios días de ocurrida la lesión, lo que demoró trasladarlo desde su comunidad.
En la operación se hizo una craneotomía, abriendo el cráneo con una incisión debajo del cuello, y usando las técnicas de microcirugía se repararon las estructuras dañadas y la dura madre para evitar que haya demasiado sangrado.
Luego de la intervención, el pequeño Dylan pasó a UCI recibiendo tratamiento para controlar el edema cerebral y evitar riesgo de infección, además de la rehabilitación que ha continuado por varios meses durante toda su estancia hospitalaria hasta la actualidad; todo ello cubierto por el Seguro Integral de Salud (SIS).
Hoy, doña Lidia, quien además es madre soltera, agradece a Dios, a los médicos y al personal de salud del Instituto por hacer que su niño vuelva a caminar y hablar, pues al inicio quedó hemipléjico.
Para esta madre, el pequeño Dylan es un milagro desde su concepción, pues lo tuvo a los 39 años pese a que no le daban esperanza de ser madre porque tenía mioma.
El INSNSB realizó a la fecha más de 55 mil cirugías complejas en casos de malformaciones congénitas del corazón, cabeza y cuello, columna, del aparato digestivo y urinario, tumores cerebrales y otras anomalías o lesiones neurológicas, niños con graves quemaduras, leucemia, trasplante de órganos, entre otros síndromes.
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